Lotófagos 06

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"Pero este es un regalo de un amigo".

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".... Es el acontecimiento más impactante e inesperado de este caso desde que se abrió la investigación. La tarde del 5 de mayo, el día después de que terminara el juicio, el abogado defensor, Herstal Amalette, entró en el hotel donde se alojaba Slade con una pistola y disparó tres veces a quemarropa, ahora..."

(Cambia la estación.)

"... impactante. Dos horas después del intento de asesinato, el WLPD y los detectives federales involucrados en el caso realizaron una conferencia conjunta. En la conferencia, el jefe de policía de Westland, Benjamin Everton, dijo que..."

(Cambia la estación.)

"Había una gran cantidad de sangre y signos de lucha en el apartamento, y tras las pruebas de ADN realizadas por el laboratorio de criminalística, estas pertenecerían al doctor Albariño Bacchus, quien desapareció en torno al momento de la detención de Amalette. Como se recuerda, el médico forense en jefe de la Oficina de Medicina Forense de Westland fue suspendido de sus funciones tras ser señalado por perjurio. El Dr. Bacchus fue visto por última vez..."

(Cambia la estación.)

"El Sr. Holmes, socio principal del bufete de abogados A&H, se negó a comentar sobre el asunto y la fiscalía aún no ha..."

(Cambia la estación.)

"... Sigue en cuidados intensivos y, según los informes, aún no ha salido de la situación de riesgo vital. Los expertos en el caso afirman que el hecho de que Slade sobreviva o no, será clave para el caso, ya que si Slade muere trágicamente, la fiscalía puede presentar cargos por asesinato en primer grado..."

(Se presiona el botón de apagado y la pantalla, cubierta de polvo, se pone negra con un chasquido.)

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Albariño Bacchus estaba tumbado encima de un viejo y descolorido sofá, con los pies apoyados en una mesa frente a él, que también estaba llena de cajas de pizza ya vacías. El interior poco iluminado, oscuro y lúgubre de la casa en la que se encontraba ahora era estrecho, con una capa de polvo acumulándose en el suelo y en la superficie de la mesa; los muebles estaban desgastados y el papel tapiz descascarillado. Esta es la decoración interior más común de los edificios en el barrio pobre de Westland, y también es una de las redes de seguridad que Albariño había preparado para sí mismo.

Aunque muchos piensan que el jardinero dominical actúa de forma imprudente e indiscriminada, Albariño ciertamente se había aprovisionado de dinero en efectivo difícil de rastrear hasta su origen, una casa y un coche que no daba cabida a que lo investigaran directamente, y un conjunto completo de trámites para salir del país con una identidad falsa. Y aunque el camino que Herstal había elegido para él era uno que no había previsto previamente, de todas formas no lo había agarrado por sorpresa.

Sin embargo, ahora no tenía intención de fugarse del país, como si lo había previsto Herstal. Albariño apagó el televisor, suspiró ligeramente y se llevó los dedos al puente de la nariz: la articulación del pulgar se había puesto de un color morado, pero a juzgar por el dolor no parecía que se hubiera fracturado el hueso en el ángulo equivocado cuando se lo había dislocado, por lo que no se preocupó por ello en absoluto.

—Lo que ciertamente le preocupaba ahora era Herstal.

Por mucho que Albariño no quisiera admitirlo, Herstal lo había puesto en una posición muy incómoda. Realmente no podía presentarse ante la gente ahora, de lo contrario no podría explicar todo el asunto: ¿por qué Herstal fingiría su muerte antes de ir a matar a alguien? ¿Y qué necesidad había de hacerlo?

Vino y armasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora