Empieza un nuevo día de verano en la vieja ciudad de París, las calles llenas de flores y el canto de las aves, dan inicio del nuevo día. Daniela, era una chica de mente brillante, su vida transcurre entre sus estudios y la presión de su conflictiva familia, su única “diversión” era salir los fines de semana con su hermana pequeña a pasear al Parque, siempre la misma rutina, nada diferente en su día a día.
su familia adoraba a Luis, un chico tranquilo de buena familia que pretendía a Daniela y le ofrecía un futuro por delante, pero Daniela lo veía como una persona egocéntrica, arrogante y presumida a la que sólo puede querer por presión de sus padres.
Daniela escuchaba a sus amigas de la U hablar de sexo y eso le despertaba la curiosidad, pero por ser una chica tímida se limitaba solo a escuchar a sus amigas que le decían que no sabía de lo que se perdía, al llegar a casa, luego de salir de clases, se encuentra con Luis al que le pregunta por sus padres, y este le responde que tuvieron que salir a solucionar unos problemas de la empresa, bueno, dijo ella y se retiró hacia su habitación. Daniela entra a su habitación y se quita la ropa para meterse a tomar una ducha, miéntras sentía el agua caer sobre su cabello, ella recuerda las palabras de sus amigas sobre el sexo y empieza a fantasear una rutina de sexo con Luis, tocándose lentamente el cuerpo y sintiéndose excitada mientras juega con sus pezones… al escuchar el sonido de la puerta pregunta con voz asustada,
-quien es?, soy yo, contesta Luis, demora, necesito hablar contigo.
Dame un segundo, responde ella, quien se pone una toalla y teniendo en su mente las palabras de sus amigas, habría la puerta y le dice que entre.
Al entrar Luis a la habitación de Daniela y verla solo con la toalla cubriendo su cuerpo, se sentó en la cama observándola detenidamente,
Daniela se acerca hacia Luis con la curiosidad y las palabra de sus amigas, pero al intentar tocarlo los nervios se apoderaron de ella al punto que sus manos temblaban, Luis al notar los nervios de ella, se puso de pie y de manera abrupta le pone las manos en los senos, lo que hace que ella se ponga más nerviosa aún a tal punto que se le cae la toalla, Daniela, sin saber que hacer, se queda congelada mientras Luis le besa las senos y toca su cuerpo, los nervios de Daniela se convirtieron en confusión, ya que no sentía lo que las amigas decían sentir, Daniela sintió al final de todo, que el sexo no era lo que sus amigas decían, sintió una fuerte decepción y jamás lo volvieron a hace alegando que seria mejor esperar a que estuvieran casados.
Capitulo 2
El tiempo pasó y Daniela volvió a su rutina diaria. un día Daniela estaba en el parque con su hermanita, y ve a un chico que era mayor que ella, de tes morena, poco agraciado pero con una mirada penetrante, que causó asombro en ella, ya que aquel chico no era alguien común, Daniela lo sigue fijamente con la mirada y escucha que la hermanita la llama, al mirar a su hermana para ver qué quería, ella le dice que quiere irse, Daniela vuelve a alzar la mirada pero aquel chico había desaparecido.
Pasó una semana de aquel evento, y Daniela algo molesta por problemas con sus padres, caminaba por la calle hacia una tienda, al entrar a este lugar se encuentra frente a frente con aquel hombre de mirada penetrante, quien también al verla, cruza sus mirada con la de ella, ambos se ven fijamente pero ninguno se decide a tomar la iniciativa, y aunque los dos deseaban conocerse, no se atrevieron a decirse nada, ella algo nerviosa siguió caminando olvidando lo que iba a comprar, y el siguió caminando recriminándose por no tener nada que decir.
A la mañana siguiente, al llegar Daniela a la universidad, se encuentra con las amigas quienes le preguntan por Luis, a lo que ella les responde, “ no es lo que quiero para mi vida”, y entra al salón de clases.
Mientras todos en el salón estaban distraídos y conversando, entra al curso el decano de la facultad y les dice que lastimosamente el docente de filosofía tubo que ausentarse por un tiempo, pero que saluden a su nuevo profesor, el lcdo. Andrés, siendo esté aquel chico de mirada penetrante que Daniela añoraba volver a ver. Al presentar, Andrés se percata que en ese curso estaba Aquella chica que lo había dejado sin palabras, y de manera titubeante se presentó ante el salón.
Daniela no lo podía creer, su corazón palpitaba más de lo normal al escuchar a aquel chico que causaba en el cosas que no había sentido antes. Al terminar la clase, ella sale de manera apresurada del salón, tropezando para finalmente caer y lastimarte el pie, al ver esto Andrés rápidamente la ayuda a pararse, y la lleva a la enfermería donde comienzan a charlar.
-Andrés. Te encuentras bien?.
-Daniela. Si, creo que sí!
-Andrés. Quién diría que te encontraría aquí! No sé si es casualidad o destino!!
-Daniela. Las cosas pasan por un motivo, así dicen los sabios.
--Andrés. Tu crees en el destino.
Daniela se empezaba a poner nerviosa, ya que estaba frente al hombre que la dejaba sin palabras. Se puso de pie y al intentar caminar, sintió dolor y le dice a Andrés que le duele mucho el pie.
Andrés le quita el zapato y pone sus manos sobre sus pies, haciendo que ella suspire, pero ese suspiro no era por el dolor, ella no podía identificar ese sentimiento, una mezcla de placer al sentir las manos de Andrés tocando su piel, con algo de dolor.
Mientras Andrés acariciaba el pie de Daniela, esta empezaba a fantasear sexualmente con el que ahora era su profesor. Y comprendió en parte lo que las amigas le decían sobre el placer.
-Andrés. Puedes caminar
- Daniela. Si, gracias, aunque aún siento algo de dolor
-Andrés, deseas que te lleve a casa.
Daniela, algo nerviosa por lo que estaba pasando, aceptó la ayuda de Andrés.
Caminaron despacio por las calles de París, y el le confiesa que desde aquel día que la vio en el parque, no dejaba de pensar en ella, y que cuando se encontraron en la tienda, el quería saludarla y buscar una escusa para hablarle, pero sintió que ella no estaba interesada por la forma fija de mirarlo.
Daniela, al escucharlo, sonríe y le dice que ella pensó lo mismo, qué quería conocerlo, hablarle pero se sintió intimidada por su mirada, ambos sonríen hasta llegar a casa de Daniela.
Quieres pasar, dice Ella, no se molestarán tus padres, exclama Andrés. No te preocupes, ellos llegan en la noche, dice Daniela, a lo que él responde, está bien, y entran a casa de Daniela.
Estando dentro de casa, Daniela le pregunta si quería algo de vino, y Andrés tomando la copa, le agradece.
Que linda casa, dice Andrés, seguramente tus padres han de ser empresarios o algo así, responde Daniela, mi madre es Dra. En el hospital general y mi padre es el jefe de la policía. Provocando esto último, algo de nervio a Andrés, que sin querer derrama vino en su camisa…
-que tonto he sido, discúlpame.
-Daniela, ( sonríe) no te preocupes, quítate la camisa para ponerla a lavar y así sacar la mancha de vino.
Andrés se quita la camisa, Daniela algo sorprendida mira detenidamente a Andrés mientras se saca la camisa, ve una figura de una abdomen marcado y un cuerpo atlético. Bueno, mientras lava tu camisa, aprovecho y me doy un baño, dijo ella. Al estar en la ducha, la imagen de aquel hombre alteraba su tranquilidad y se percata que su interior estaba mojado. Cuando se duchaba, suena el teléfono, Daniela sale rápidamente a responder la llamada, solo vistiendo con la toalla, lo que provoca de Andrés se sienta algo extraño. Al colgar el teléfono ella le dice que aún siente dolor en el pie, a lo que el le pide que se siente para ver cómo estaba el pie.
Andrés de manera muy tranquila comenzó a sanar el pie de ella, Daniela al sentir las manos fuerte pero suaves de el, comenzó a excitarse, lo miro fijamente a los ojos y tomando su cara, lo besa apasionadamente, las manos de Andrés pasaron de los pies a subir por las rodilla
Andrés, aunque quería aferrarse a su ética profesional, le pudo mas la curiosidad por conocer mas de cerca a aquella chica que lo dejaba sin palabras, Daniela dejando los miedos hacia su familia, no le importó el peligro, solo le importaba aquella extraña corriente que la mano de Andrés le había hecho sentir en todo su cuerpo, por un momento sintió que se excitaba al estar junto a aquel hombre que la hacía sentir algo que se asemejaba mucho a lo que contaban sus amigas sobre el sexo, Daniela sintió como su vagina se humedeció completamente y sus fuerzas la abandonaban.
Andrés la despojó de la toalla, sus dedos firmes apretaban cada dedo, cada pedazo de piel sin dejar nada sin tocar, Daniela no podía hablar, quería que ese momento no terminara jamás, sin pensarlo se abalanzó sobre Andrés y lo besó con pasión, él intentó detenerla pero el contacto de sus labios le rompieron la guardia, por un momento dejo de ser el profesor y solo se sintió hombre, ambos se besaron con pasión sin decir una palabra, se tiró a sus brazos buscando mas de aquella sensación que la embargaba y la volvía loca de placer, se desnudaron a prisa, empezaron en el sofá, él besó sus pies y fue subiendo poco a poco hasta su sexo, sintió su lengua caliente jugueteando con sus partes, sintió como sus labios se aferraban a su clítoris hasta volverlo parte de su boca, de su ser, el se encaramó lentamente sobre ella y mirándola fijamente a los ojos la penetró con fuerza, ella sintió su miembro duro romperla por dentro, sin pausas, sin miedos, sin tapujos, se agarró a sus nalgas y abrió sus piernas para entregarse al hombre que la envolvía , que la devoraba, sus ojos fijos en los suyos, sintió su lengua juguetear con la suya, sintió como todo su vientre se revolvía exigiendo mas de aquel placer que se constituía en su única verdad, su mas grande anhelo, de pronto sintió como las fuerzas la abandonaban, como sus piernas se adormecían, como su ser se desmoronaba ante la fuerza de aquel pene duro que la llevaba a otro mundo que jamás había conocido ni pensaba conocer, su primer orgasmo llego sin avisar, tan violento que solo pudo aferrarse a el y gritar cosas sin sentido, Andres siguió hasta q sintió que ella se desvaneció en sus brazos, luego la giró y la penetro de espaldas, ella sintió como volvía su cuerpo a elevarse y como su vagina se volvía una fuente de placer de la que no quería salir, el la apretó fuertemente atrayéndola hacia si de sus hombros, y se corrió dentro de ella con un gemido animal, se quedaron así, en silencio, uno sobre el otro, oliendo a sexo y a placer, Luis no importaba en ese momento, solo el infinito placer que su cuerpo había descubierto y que ya jamás abandonaría.
Desde ese día se buscaban y se devoraban, el sexo pasó a ser su mas fiel amigo y confidente, se exploraron, aprendieron a conocer sus límites y a derrotarlos para ir cada vez mas allá, usando cada parte de sus cuerpos dominados como fieras salvajes hambrientas de placer sin percatarse que la vieja Paris se perdía en un invierno frio y oscuro, pero a ellos ya nada les importaba.
Capítulo 3
Con la llegada del frío invierno parisino, también llegaron los problemas, cada vez más Daniela hacia notario que algo estaba pasando con ella, la madre al verla tan diferente empezó atener sospechas, le preguntó a Luis sobre sus sentimientos hacia su hija y éste, con una mirada cabizbaja le dice que no sabe a ciencia cierta que responder, ya que todo lo que el desea es casarse con Daniela, pero ella ya no lo ve con los mismos ojos de antes, siempre está ocupada, siempre está distraída y pensativa, ya pasa más tiempo en la universidad que con el.
La madre le dice a Luis que tiene que ser más detallista, y que le pida matrimonio, a lo que Luis le dice que seguirá su consejo y que lo acompañe porque le iba a dar una gran sorpresa. Al salir de casa de Daniela, a la madre se le ocurre pasar por el trabajo del esposo en la estación de policía, para contarle lo que iba a hacer, y el padre de Daniela reside ir con ellos porque no se quería perder ese gran momento. Luis se dirige a comprar un gran ramos de rosas junto a un bello anillo de compromiso y se dirigen hacia la universidad para sorprenderla con tan lindo detalle. Al llegar a la u, logra ver a Daniela platicando con las amigas, Luis se acerca hacia ella y recitando un poema le entrega el ramo de flores, ella sorprendida al ver a sus padres junta a Luis, le invaden los nervios y les pregunta de manera titubeante ¿que hacen aquí?, Luis colocando su rodilla derecha en el piso, se dice, “ por el amor que tengo hacia ti, me atrevo en este día donde la nieve con su belleza es testigo fiel de mis grandes sentimientos hacia ti, y con la bendición de tus padres por delante, quiero pedir que permitas que tu corazón palpite junto al mío para el resto de nuestras vida, ¿aceptas casarte conmigo?... Daniela, sorprendida por tan noble acción y con los nervios característicos en ella, y más al ver a sus padres que le provocaban un miedo atroz, mira a Luis, luego mira a sus padres que la observan fijamente, toma la mano de Luis y de una manera clara y dudosa responde que sí.
Todos se alegran por el hecho, las compañeras gritan a aplauden de emoción, era un momento de alegría para todos, menos para uno, Andrés, quien desde la puerta de la facultad, observaba detenidamente lo propuesta de matrimonio, bajo la mirada y decidió alejarse de aquel lugar mientras sonaba el timbre para volver a las aulas de clase.
Cae la noche fría y taciturna sobre la ciudad del amor, de fondo se escucha el sonido de un acordeón acompañado de una guitarra vibrante y llorona, la celebración por el compromiso llena de música la casa, mientras afuera, caía de a poco la nieve, Daniela decide complacer a los padres dejando a un lado su propia felicidad, decidiendo terminar con su romance secreto con Andrés.
Los días pasan, Daniela y Andrés no cruza palabras ni vistas durante los últimos meces en la u, y aceptando la decisión de ella, Andrés intenta seguir si vida como antes. Llega al fin el día de la boda, las campanas alegres retumban en el altar mayor, todos juntos reunidos en espera de aquellas palabras que todo quieren escuchar, “acepto”. La boda concluye de la mejor manera, ya son un solo cuerpo ante los ojos de la sociedad, una pajera de esposos nuevos en la vieja Paris.
Capítulo 4
5 años han pasado, y Daniela aparenta ser una mujer Feliz, es una ama de casa que cumple con todos sus deberes como esposa, y un Ejemplo de mujer ante sus padres. Todo transcurre en una relación de monotonía, aunque su esposo no lograba complacer su cuerpo enteramente, aunque Luis poseía su cuerpo, no lograba encender su llama y se confirmaba con los gemidos fingidos de Daniela.
Una noche Daniela es invitada por sus amigas a un bar para celebrar el cumpleaños de una de ellas, esa noche todo cambiaría. Al llegar al bar se sientan en una mesa, y entre risas, recuerdos y una copa de vino, van pasando una velada amena, todos salen a bailar y en medio de tal diversión ella observa la figura de un hombre conocido sentado en la barra, Daniela, sorprendida, les dice a las amigas que tiene que ir al baño, camina hacia la barra buscando con la mirada aquel hombre, pero ya no lo encuentra. Camina hacia los baños, ya estando dentro, se moja la cara y se ve en el espejo, llegando a su mente los cálidos recuerdos de aquel hombre que logró encender su pasión, y al que creyó haber visto en la barra. Al salir el baño tropieza con un hombre al que le pide disculpas por su descuido, al alzar la mirada su corazón palpito más de lo debido, y de manera titubeante solo logra decir, ¡Andrés!.
Andrés, perplejo al encontrar a Daniela, solo sonríe y la toma de la mano, ella sin saber que hacer y dominada por los nervios, intenta retroceder hacia la Mesa pero Andrés la toma de la mano y le dice, “solo dime qué aún estando con tu esposo, no piensas en mí, tanto como yo pienso en ti”, Daniela cierra los ojos y suspira profundamente, da la vuelta, lo mira fijamente, y de manera desesperada lo empuja hacia el baño haciendo que ingresé, ella sierra la puerta y le dice, “no existen noches en las cuales no dejo de pensar en ti”, Andrés la toma de la cintura y sin perder tiempo la besa apasionadamente, ella le quita la camisa y le afloja la correa, Andrés la toma de la cintura y con fuerza la sube en el mesón del lavamanos, afloja cada botón de su blusa mientras sus labios acarician su cuello, con su mano izquierda logra aflojas su sostén, y dejándola semidesnuda acaricia con la llena de sus dedo sus suaves pechos, el desea era grande e intensos que con su mano izquierda y por detrás de su cabeza apretó su cabello besando su cuello hasta bajar hacia sus pechos jugando con su lengua sobre sus pezones, ella empezó a sentir en la humedad de su vagina el fuego que desde hace 5 años no sentía. Andrés le quitó el pantalón de ella y posando su boca en su vagina dejo que su lengua juego plácidamente en su clítoris haciendo que Daniela pierda la noción y mezcle sus gemidos con la música de aquel bar. Entre gemidos y placer ella solo decía “ hazme tuya una vez más” Andrés se puso de pie y Daniela al bajar de del mesón afloja el pantalón de su hombre y empieza a besar su abdomen bajando hasta llegar a su miembro donde comienza con su lengua a jugar con el pene de Andrés. Al ponerse de pie Andrés la coloca de espaldas y la inclina sobre el mesón donde la toma del cabello y la penetra por detrás haciendo que sus piernas tiemblen del placer haciéndola llegar al orgasmo más intenso que ella ha podido llegar a tener.
Al salir del baño, ella se dirige hacia la Mesa donde las amigas le preguntaron, mujer que te paso, a que se debe esa sonrisa, y ella de manera muy alegre les dice, “ hoy he tocado el cielo” gracias a ustedes. Pero ya tenemos que irnos, ya es tarde, pero les prometo que vendremos aquí más seguido. Pidieron la cuenta y tomaron un taxi hacia sus domicilios respectivos.
Al llegar a casa noto encontró una nota sobre la mesa la cual decía: “ mi amor, tuve que salir de viaje por cuestiones de mi trabajo, Es algo de emergencia, salgo rumbo a Venecia por una semana, te dejo dinero en el cajón del velador, te quiere, Luis”.
Daniela se tira en la cama mirando la lámpara en el techo y recordando su apasionada encuentro, toma la almohada y la aprieta fuertemente pronunciando el nombre de Andrés. Al dirigirse hacia la ducha, empieza a quitar el la ropa y nota que en el bolsillo del pantalón había una nota que decía, “ no dejes que se apague la llama nuevamente búscame” junto con su número de teléfono. ella Apretó aquel papel y lo tiro. Mientras tomaba una ducha no dejaba de pensar y recriminarse por lo que hizo, y diciéndose, no volverá a pasar, refregaba su cuerpo con mucho espuma, pero la fricción de sus manos sobre su senos, le recordaba más aquel instante vivido. Al salir de la ducha, tomo su toalla y se sentó frente al espejo y noto sus pechos firmes y sus pezones cálidos, y pensó, Dios, que es esta sensación, porque no dejo de pensar en el, al mirar al piso ve el papel, lo recoge y va por su teléfono, Andrés! cual droga fuerte, retumbaba en la mente de Daniela, y ella no pudo aguantar las ganas, que llamó a Andrés para concretar otro encuentro, el le dio la dirección donde se hospedaba, Daniela, sin pensarlo acudió hacia aquel lugar. Era un hotel de buena reputación en donde ella pregunto llegó y pregunto al recepcionista por la habitación de Andrés, subió hasta donde se encontraba él, tocó la puerta, y cuando Andrés abrió ella se abalanzó sobre diciéndole, “ te deseo en mí como las plantes desean el agua". Andrés quitándole la ropa, le hizo el amor toda la noche.
Capítulo 5
Con el sonido del teléfono inicia un nuevo día, Daniela despierta después de una noche intensa de placer, detenidamente observa a Andrés que aún duerme, se levanta lentamente con la intención de no hacer el mínimo ruido para no despertarlo, se viste y sale a prisa de aquella habitación. Al llegar a su casa, y después de tomar una ducha, prepara una café, se sienta en su sofá y de manera repentina empieza a llorar.
Daniela se dio cuenta que lo que sentía por Andrés era algo muy fuerte, era algo más que solo sexo ocasional, era algo que crecía muy rápido, era algo, que no podía ser!!…
Esa tarde, llena de confusiones y de miedo por lo que estaba viviendo, decide caminar hasta llegar a la playa, donde sentada en la arena contempla las olas que con fuerza irrumpen y golpean la orilla, pero pierden su intensidad al ser tocadas por la arena para finalmente convertirse en espumas y empezar de nuevo. Así paso la tarde, entre brisa fresca y la inmensidad del mal, que la hacían olvidar por un instante su problema pasionario.
Al llegar a casa, se relaja y luego de tomar un baño, prepara una taza de café, y se dirige hacia el pequeño balcón de su apartamento a contemplar la vista de la vieja ciudad llena de luces y cosas deslumbrantes. Mientras contempla el parque que se encontraba decorado con juegos de luces y música clásica, observa a una pareja de adultos mayores caminar de la mano, y la nostalgia invade su cuerpo, se imagina caminar con Luis de esa manera cuando ya estén viejitos, Daniela toma su teléfono y marca el número de Luis, pero éste no respondía, volvió a insistir por 4 veces más sin tener éxito, lo que provocó que se empiece a impacientar, ya que no era la primera vez que ocurría este. Las horas de la noche van pasando, y recostada en el mueble pensando en los posibles motivas de la falta de respuesta de Luis, vuelve a marcar, por fin contesta, y con voz intrigante le pregunta, porque no respondías las llamadas, pero solo escucha el sonido del silencio , y al final, una risa femenina muy baja que sembró en Daniela, el árbol de la duda.
Con la ira como amiga, y el desconsuelo de testigo, Daniela se dirige hacia su habitación, observa la foto de Luis de manera triste, abre su ropero y toma su chaqueta, sus llaves, su teléfono y sale a caminar sin rumbo incierto hasta observar una cafetería en donde ingresa, se sienta en la barra y pide un café, saca de su bolsillo su teléfono, lo observa pensativa, y luego de una minutos hace una llamada.
No se porque haga esto, pero necesito que venga por mi, dijo en la llamada Daniela, te paso mi ubicación. ¡Su pedido!, dijo la mesera, ¡Gracias! respondía Daniela, disculpa, ¿ Donde están los baños? pregunta Daniela, en la puerta al final del pasillo respondió la mesera, muy amable respondió Daniela, y con una pequeña sonrisa mira su reloj. Transcurrían la 11 PM, cuando al local llegó Andrés, se acercó hacia la barra donde estaba Daniela que al verlo y percatarse que el local estaba vacío, lo tomo de la mano y le llevo hacia el baño, Andrés algo sorprendido pero a la vez encantado de estar con Daniela, la beso apasionadamente, Daniela desesperadamente quita la camiseta de Andrés y desabrocha su pantalón, él acarició las mejillas, ella inclinó hacia un lado su cabeza de manera tierna, suavemente acarició las manos de su amado amante y saboreo sensualmente sus pulgares. Andrés la toma por la cintura y fuertemente levanta a Daniela y la sienta en el mesón, le quita aquella chompa de terciopelo que cubría su cuerpo semidesnudo, solo un sostén se interponía entre la nudez de sus pechos y la boca de Andrés, el desespero era tal, que arrancó el sostén de su cuerpo para proceder a besar aquellos pechos que enloquecía a este hombre. Daniela afloja el pantalón de Andrés y le pide que le penetre con todos sus fuerzas, eso noche solo quería sentirse deseado, sentirse amada, esa noche solo quería entregarse al placer y sustituir el dolor del engaño de su esposo por el dolor del placer que le proporcionaba este hombre.
Capítulo 6
6:45am, suena el teléfono, Daniela entre sueño agarra su teléfono y ve que Luis es quien la está llamando, decide no responder y apaga su teléfono, para seguir durmiendo. Pocas horas después, despierta, y se prepara para tomar un baño, prepara su café, se sienta en su sofá a ver la televisión, se recuerda de la llamada de su esposo y va por el teléfono, al encenderlo observa que tiene un mensaje de voz y decide escucharlo, “ Daniela, te he estado llamando y no sé porque no me respondes, espero todo esté bien por la casa, llámame cuando puedas, tengo que contarte algo”…
Daniela aún enojada con Luis, piensa mucho en llamarlo hasta que se decide en hacerlo, pero, antes de que lo llame le entra una llamada de Andrés, dudosa de si responderle o no, decide responderle y escucha aquella voz que le dice, te espero frente a la cafetería en 10 minutos.
La duda invade su mente, no sabe si acudir al llamado del hombre que la llena de placer y del cual está sintiendo cosas muy fuertes, pero el recuerdo de aquella risa misteriosa en aquella llamada pudo más, mira la foto de su boda que está en la mesa de centro, la toma y la colada Baca abajo, se dirige a su habitación , se pone algo cómodo y va al encuentro con Andrés.
Al llegar al sitio ve a Andrés en un auto, el cual le dice que se suba, a donde vamos, pregunta extrañada ella, es una sorpresa, responde él, Daniela mira hacia ambos lados de la calle, y sube en el auto.
En el trayecto del viaje ella ve los más bellos paisajes, sembríos de girasoles, rosas y uvas que hacían que Daniela se olvide de todo por un momento, llegan hasta un lugar majestuoso, lleno de árboles de todo tipo, y un bello cultivo de uvas, se dirigen hasta un viejo establo en donde Andrés saca un hermoso corcel blanco en donde ambos suben para pasear por aquel lugar. Daniela empieza a tener miedo, ya que nunca había subido en un caballo, Andrés sosteniendo su cintura fuertemente le dice “ no temas, todo está bien”. Cabalgaron despacio por la pradera, él sostenía su cintura y ella apretaba con fuerza las piernas para sujetarse sobre el caballa, pero eso provocaba que ella se excitara por el Rose de su entrepierna sobre el caballo, Andrés percatándose de lo que estaba ocurriendo, sutilmente susurra en el oído de ella su nombre “ Daniela, Daniela, eres con quién yo sueño día y noche, faltan estrellas en el firmamento para igualar el número de veces en las que pienso en ti”, el nivel de excitación en ella fue subiendo, Andrés comenzó a besar su cuello, mientras la mano izquierda Se deslizaba debajo de su blusa para acariciar sus pechos, su mano derecho sostenía fuertemente las riendas del caballo, ella no podía aguantar tan fuerte sensación provocada por el momento, Andrés inclina el cuerpo de Daniela sobre el lomo del caballo, ella sintiendo el galope del animal y el roce en su entrepierna, se deja llevar por el momento, él detiene la marcha del caballo para poder bajar el shorts de ella y subirla en sus piernas, mientras el caballo sigue su curso Andrés penetra a Daniela con el ritmo del galopar de aquel animal que esa tarde fue el único testigo y cómplice de aquel juego peligroso de estos amantes, esa día, Daniela vivió la mayor experiencia sexual que nunca antes había vivido.
Al llegar a casa se acuerdo del mensaje de Luis y decirle llamarlo, Luis responde y con todo enérgico le pregunta dónde se había metido en todo ese tiempo, a lo que ella le responde que solo había salido con las amigas, ya que el la tiene abandonada y engalana, Luis sorprendido, pregunta a Daniela ¿ Engañada, a qué te refieres con eso?, yo seriara incapaz de engañarte, estás seguro, responde ella, yo te llamé hace dos días, y tu Amante respondió el teléfono, la muy descarada hasta se burló de mi, riéndose porque te llamé.
Luis, con un tono de risa, le dice que justamente de eso quiero hablar con Tigo, la persona que respondió mi teléfono, era mi hermana, estoy viviendo el casa de ella hasta conseguir un apartamento en donde podamos vivir los dos, al parecer me tocó quedarme a vivir un muy tiempo en esta ciudad, necesito que bellas al banco y retires lo que te voy a depositar, eso es para que mañana mismo viajes para acá en la mañana, yo pasaré recogiéndote en la tarde, estimo que llegas entre las 5 o 6 de la tarde, mi amor, no sabes cuánto te extraño. Un viento frío recorrió el cuerpo de Daniela, que salía a escondidas con Andrés por despecho, pensando que su esposo la había engañado todo este tiempo, cuando en realidad ella era la que falló a la relación, y siendo peor aún, se había enamorado.
Se recuesta en la cama viendo la foto de su esposo, y recordando el verdadero motivo por el cual se había casado con el, pero con un gran cargo de conciencia, ya que Luis era un buen hombre, que nunca le había faltado el respeto, que luchaba por darle todo lo que quería, pero por otro lado estaba aquel hombre que encendía y complacía sus más íntimos deseos. Que conflicto tan grande Dios, exclama Daniela mientras de sus ojos fluían sus lágrimas.
A la mañana siguiente, se dirige al banco a retirar sus fondos, pero antes Pasa por la cafetería para desayunar, sentada en la barra recuerda aquella noche que vivió junta a Andrés en ese lugar, mientras la tristeza se adueña de ella, toma su teléfono y lo llama, pero éste no responde, volvió a llamar pero solo responde la contestadora, “ gracias por los bellos momentos que me hiciste vivir, pero esto ya no puede seguir pasando, solo te llamaba para despedirme de ti, me voy muy lejos, espero que encuentres a alguien que te haga feliz, Adiós”. Pide la cuenta y sale del lugar.
Llega al banco y espera por su turno, mientras lo hacía, siente que todo le da vueltas, y sufre un desmayo, el guardia, al ver lo ocurrido corre en su ayuda, levanta a Daniela del piso y la coloca sobre el sofá que se encontraba en el banco y llama a una ambulancia. Al despertar, se percata que se encuentra en el hospital, y a su lado se encontraba Andrés, ella al verlo se sorprende y le pregunta, ¿Donde Estoy? ¿ Que haces aquí?, estás en el hospital, le responde, sufriste un desmayo en el banco, y te trajeron aquí, pero tu qué haces aquí, cómo supiste, pregunto Daniela, recibí una llamada de una enfermera quien me indico que estabas aquí, y vine a verte…
Veo que despertó, dice una enfermera, La trajeron porque sufrió un desmayo en el hospital, buscamos en su teléfono y llamamos al primer contacto que encontramos y pudimos llamar a su amigo, intentamos llamar al número de su esposo, pero no respondía. Su condición es estable, por suerte solo fue un desmayo, pero esperemos los resultados de los exámenes para que la doctora le indique si se puede ir a su casa, solo descanse y esperemos, descanse por favor.
Al salir la enfermera, Andrés aprovecha y le pregunta, ¿Cómo es eso que te vas.? Después de todo lo que vivimos, me piensas dejar, así no más, solo respóndeme algo y me alejo de ti, ¿Qué sientes por mí? Acaso, no sientes lo mismo que siento yo por ti, solo responde y me marcho, Andrea solo asienta la cabeza y con lágrimas en los ojos intenta responder, pero es interrumpida por la doctora, buen día, como te sientes, pregunta la doctora, usted debe de ser el esposo, no, responde Andrés, yo solo soy su amigo, ok, nos puedes esperar un momento afuera, indica la Dra. Al salir de la habitación, la Dra. Saca los resultados de los exámenes y le indica que todo los exámenes realizados estás bien, que no presenta ninguna complicación y lo que tiene es algo muy natural, ¿natural? Pregunta Daniela, si, responde la Dra. Es natural que eso pase cuando se está embarazada, felicidades sra. Daniela sintiendo que el mundo se le venía encima, no podía creer lo que le estaba pasando, no pudo contener las lágrimas, entiendo la felicidad que ha de sentir , le dijo la Dra. Tenga estás indicaciones, se puedo ir, la espero para su primer chequeo dentro de 3 semanas.
Al salir la Dra. Entra Andrés al cuarto y nota que Daniela estaba llorando y le pregunta, ¿Que te dijo la Dra.? , Nada respondió, solo era producto del estrés, me puedes ir a comprar un café, bueno, respondió Andrés. Al salir a comprar el café, Daniela aprovecho y salió de la habitación, camino hacia la puerta del hospital, y se alejó sin darle alguna explicación. Al llegar Andrés a la habitación con el café, se percata que ya no estaba ella, pero en su rápido partir, había dejado los resultados del examen, André corre desesperado en busca de Daniela al enterarse de los resultados, pero no logra encontrarla.
Daniela Había regresado al banco a retirar el dinero para poder viajar, Mientras que Andrés la busca desesperado por todas partes en busca de respuestas, ya que el niño que ella esperaba podría ser de él.
Daniela llega a su apartamento y se siento en el sofá, toma la foto de su esposo y con una sensación de culpa por lo que estaba pasando, inclina su cabeza llena de tristeza, y solo llora recriminándose por todo lo que había echo, ya que el gusto, la pación y la lujuria la habían segado, y sus actos le estaban pasando factura.
Tomo su celular que se encontraba apagado, y al prenderlo nota que le había llegado un mensaje, “Amor, no sabes cuánta falta me haces, ya quiero que estés aquí.” Le había escrito Luis lleno de ansias por ver a su amada, pero aquel mensaje lograría que Daniela se deprima aún más, y con lágrimas le responde, “amor, tuve un inconveniente, y me toco retrasar el viene, no te preocupes que estoy bien, te confirmo mi hora de salida”.
Al enviar dicho mensaje, todo que tiene muchas llamadas perdidas de Andrés, y un mensaje que decía “Daniela, respóndeme por favor, estoy muy preocupado por ti, se que estás embarazada, se que ese niño es mío, no sabes la alegría que siento por esta noticia, es grande la sensación que invade mi cuerpo al saber que estás esperando un hijo mío, y luchare por mi hijo, respóndeme, tenemos que hablar”, Andrés, le respondió ella, esto no puede estar pasando, es más, esto nunca debió haber pasado, tengo mi esposo, y este hijo es de mi esposo, no se de dónde sacas que es tuyo, por favor, yo amo a mi esposo, y no lo dejaré por ti. Olvídate de mí y gracias por todo, perdóname por esto, pero ya esto no puede ser, Adiós.
Daniela prepara su maleta y llama a un taxi para que la lleve a la estación del tren, el taxi llega y ella baja con su equipaje, el taxista se percata que ella está angustiada y triste. Permítame ayudarle, dice el taxista, Daniela sin emitir ninguna palabra asienta la cabeza y le entrega sus maletas, el taxista le abre la puerta trasera del taxi y ella sube.
Disculpe Srta. Desea una botella de agua, tal vez un jugo, mi nombre es Carlos, es un placer atenderla, noto cierta tristeza en usted, se que no es de mi incumbencia, pero sea por lo que sea que esté pasando, recuerde todo en esta vida tiene una solución, se lo dice alguien que ha pasado por los peores problemas de esta vida. El taxista intenta hacerle conversa para que se sienta más tranquila, y ella le responde, de este problema no creo que nadie me salve. No creo que sea algo tan imposible, pregunta dice el taxista, que sentiría usted si se entera que su esposa va a tener un hijo, responde Daniela, a lo que el taxista le responde, sería el hombre más feliz del mundo, ella le responde, y si el hijo que ella espera, no es suyo… el taxista sin saber que responder, hizo silencio y siguió manejando sin emitir una pregunta.
El viaje hacia la estación , siguió en silencio, al llegar a la estación del tren, Daniela le paga por la carrera y el taxista se dice, suerte con su problema.
Ya en el tren, toma su teléfono y le envía un mensaje a Luis, indicándole que llegaría a Venecia al medio día, Luis con alegría le responde, muy bien amor, estaré puntual, tengo muchas cosas que contarte, Te amo.
Al llegar a su destino, baja del tren y camina lentamente con la mirada perdida, Luis llega a recogerla y la ve algo intranquila, amor mio, le pregunta, no sabes cuánto te extrañe, te sucede algo, hola amor, responde ella, no nada, solo estoy algo cansada por el viaje. Estás segura vuelve a preguntar él, si tranquilo, solo es producto del viaje en el tren, bueno, vamos a casa entonces, te presentaré a mi hermana.
Mientras iban camina a casa, Luis nota que Daniela está con la mirada perdida y pensativa, imagina que tiene que ser por el cambio de ciudad y el tener que dejar todo atrás, deside parar en la playa, ya que estaba de camino a su casa. Era una linda vista, una playa llena de palmeras y cabañas, con arena blanca que solo invitaba a despejar la mente, Luis toma la mano de Daniela y la lleva hasta el mar, por un instante ella sonríe al ver tan bella lugar, Luis, toma sus manos, la mira fijamente a los ojos y le dice, “Se que todo esto es nuevo para ti, se lo mucho que te gusta el mar, por eso decidí aceptar este nuevo empleo en este lugar, y será aquí donde tú y yo formaremos nuestro hogar, te construiré una casa, que digo casa, una mansión que estará justa aquí, cerca al mar, con todos los lujos para que tú no tengas que hacer nada… Daniela voltea la mirada hacia el mar y viendo las olas llegar a la orillo y luego retroceder, solo le dice, vamos, llévame a casa, quiero descansar.
Al llegar a casa, Daniela conoce a Ana, la hermana de Luis, quien se emociona al conocer a su cuñada, Ana, ella es Daniela mi esposa, por fin tengo el gusto de conocerte, responde Ana, Luis me ha hablado mucho de ti, aunque nuestro primer contacto por medio del teléfono no fue del todo grato, me disculpo por eso, solo fueron celos de hermana, ya sabes!
No te preocupes, responde Daniela, y el gusto es todo mío, mucho gusto en conocerte, y, gracias por darnos hospedaje, mujer traes una casa de cansancio fatal, ven, este es tu habitación, tu siéntete como en tu casa. Gracias, me siento muy agotada, quiero descansar, Luis me llevas a la habitación.
Al dejarla en la habitación, Ana le dice a Luis, la nota algo pálida, estará bien, si, responde Luis, a de ser por el viaje, estás seguro Luis, responde Ana, si hermana, tu tranquila. Bueno, te dejo, tengo que ir a la oficina, quiero que estés pendiente de ella hasta que regrese, por favor. No te preocupes, responde Ana, ve tranquilo.
Mientras Ana preparaba la cena, escucha a Daniela vomitando en el baño, y empieza a sospechar.
-Daniela! Te sientes bien?, pregunta Ana. - si, no te preocupes Ana, a de ser que me callo mal el viaje, ya sabes, el movimiento del tren, seguro me mareo. Mmm, bueno, si te sientes mal me avisas y vamos al médico, dice Ana, no te preocupes, ya se me pasará. Ana vuelve a la cocina a terminar la cena, pero su sospecha crece se aplica, será que esta chica está embarazada? Murmura en voz baja, mmmm esto se pondrá feo.
Ana llama a Daniela a la mesa, y le sirve la cena, lasaña con vegetales y una copa de vino, Ana establece un diálogo agradable con Daniela sobre su vida pasada, la universidad, su familia incluso de ex novios, diciéndole que ella tubo un novio en París hace mucho tiempo, pero tubo que dejarlo cuando se cambio de ciudad, todo iba bien hasta que Daniela abandona rápidamente la mesa, y se dirige al baño a vomitar.
Capitulo 7
Luis llega a casa agotado después de un día duro de trabajo, pregunta por su esposa y Ana le responde, - No está, ella salió, dijo que se iba a la playa, a ella le encanta ver las olas cuando llegan a la arena, exclama Luis, voy a buscarla, espera, dice, dice Ana, quiero hablar contigo, no sé si lo has notado, pero tu esposa se la ve muy rara, ayer pasó todo el día con mareos y vómitos, eso tubo que ser por el viaje, le dice Luis, a lo que Ana le responde, no hay más ciego que aquel que no quiere ver!, Que tratas de decir, le dice Luis, Ana responde, pues, vómitos mareos malestar, dale Luis, blanco es y gallina lo pone, eres más inteligente que eso, para mí que tú mujer está embarazada, Luis con una mirada de asombro y voz titubeante le dice, ¡QUE! EMBARAZADA…
Luis sale de casa muy enojado hacia la playa a buscar a Daniela, ésta se encontraba sentada sobre la arena contemplando el ocaso, y pensando que hacer con el embarazo, después de dar vueltas por el lugar, Luis la encuentra y nota que ella está con los ojos hinchados de tanto llorar, por fin te encuentro Daniela, necesitamos hablar, le dice con tono enérgico, ¿tú estás embarazada?, Daniela lo observa y sin saber que hacer o decir ante la pregunta de su esposo, toma la decisión más sabia, hacer silencio, y agachar la cabeza.
Luis, desilusionado, y con la pena que trae una traición, le pregunta a Daniela, dime por qué, dime en qué falle, si todo te he dado, nunca te he faltado el respeto, siempre he estado cuando algo te ha faltado, he trabajado de sol a sol para que nada te falte, para que vivas como una reina, y tú, tu me pagas así, Luis totalmente destrozado por el engaño de su esposa, se sienta sobre la arena, el silencio se apoderó del momento, solo eran dos cuerpos destrozados por la misma razón pero en circunstancias diferentes, la luna era el único juez y testigo de la pareja que esa noche cosechaban los frutos de las malas decisiones.
Quien es él, pregunta Luis, al menos dime su nombre, Andrés, su nombre es Andrés, era mi antiguo profesor en la universidad. responde Daniela, lo conocí antes de que me casara contigo, pero, acaso no te vasto con lo que te daba, pregunto Luis, lo que tú me dabas solo eran cosas materiales, y yo buscaba algo más que una posición social. Al principio solo era un juego, pero cuando me sentí sola porque tú te fuiste, él estuvo ahí para apoyarme. Cada palabra que Daniela le decía mientras le contaba la verdad, causaban en Luis solo repudio, y un gran vacío en su corazón, y mientras ella le daba los justificativos por sus actos, el ponía en su mente aquellas imágenes en las cuales pensaba que hacía feliz a su esposa, aquellas veces que juntos salían lugares caros, aquellas veces que intento hacerla feliz… mientras intentaba recordar los momentos felices, también llegaron las imágenes provocadas por los celos, el coraje, aquellas imágenes de su esposa revolcándose con otro hombres, Luis se pone de pie, mira fijamente a Daniela, mueve la cabeza con un gesto de negación le dice, “tu no eres la culpable, el único culpable de todo esto soy yo”, Luis da media vuelta y se aleja de Daniela, ella con lágrimas en los ojos, ve como se alejó Luis y con un grito desesperado le grita, LUÍS, TE AMO, Luis al escuchar a Daniela, se detiene y voltea hacia a ella diciéndole, ¡Lo sé, yo también te amo! Solo dame tiempo, esto no es fácil, vamos a casa.
Al día siguiente Daniela despierta y nota que Luis ya no estaba en la casa, le pregunta a Ana, y está le responde que había salido muy temprano, y sabes a dónde, pregunta Daniela, creo que iba a viajar, imagino que usted como esposa debe de saber. Daniela entra a la habitación y habré los cajones, percatándose que no estaban algunas camisas y no estaba su maleta, empieza a pensar entonces en que él se había ido a París, ella se sienta en la cama pensando en que hacer, y de repente se percata que en el suela estaba caída una bala. Agarra el teléfono y llama a Luís, quien tenía el teléfono apagado, La desesperación invade a Daniela quien piensa lo peor, se viste con lo primero que encuentra, mete algo de ropa en la maleta y sale de prisa hacia la estación de tren.
El viaje se vuelve lento por una fuerte lluvia, Daniela saca su teléfono y vuelve a llamar a Luis quien esta vez si responde, Luis, sé dónde vas, piensa lo que vas a hacer, no lo hagas por favor. Luis solo escucha y cierra la llamada. Daniela busca entre los números bloqueados, el contacto de Andrés y lo llama, Daniela, eres tú, responde Andrés, si, te llamo para advertirte, Luis lo sabe todo, y temo que valla a buscarte, pienso que está armado, te llamo cuando esté en la ciudad, y cierra la llamada sin darle opción a decir algo.
Luis, al llegar a la ciudad, se dirige a la universidad a buscar a Andrés, llega al sitio y pregunta en la puerta por él, y le indican que se encontraba el la biblioteca, Luis ingresa a el sitio y le pregunta a la bibliotecaria donde se encontraba Andrés y ella señala hacia el lugar donde estaba sentado la persona que había destruido su matrimonio.
Tu eres Andrés? Pregunta Luis, si, soy yo, responde Él, podríamos charlar, pregunta Luis, Andrés se pone de pie y con firmeza le responde, sé quién eres, por favor, sígueme. Andrés llevo a Luis hacia el jardín de la universidad, Luis ve las flores, las acaricia y sin verlo le pregunta, sabes quién soy, eres el esposo de Daniela, responde Andrés, al menos sabías que ella era casada, y aún así decidiste estar con ella, Andrés suspira y le responde, que haría usted por el amor de una mujer, por estar a lado de alguien a la que ama con toda su vida. Luis lo miro fijamente y le pregunta, en verdad la amas, más de lo que tú crees, responde Andrés, más de lo que tú dinero puede comprar, respóndeme algo, acaso tú dinero le puede dar el placer que yo le pude dar? Entiendes eso, no se trata de dinero, se trata de sentimientos y de eso tengo de sobra. Luis se acerca hacia Andrés hasta estar frente a frente, lo mira fijamente a los ojos y le dice, que le hace pensar que no amo a mi esposa, como sabes que todo lo que hago y logro, no es por ella. Luis da la vuelta y camina con lentitud diciéndole, Amo a mi esposa y no dejaré que nuestro amor se derrumbe por nada ni por nadie, y mucho menos ahora que seré padre, me iré con mi esposa y cuidare de ese niño, ¡¡pero ese niño es mío!! responde Andrés, agarra una roca grande y se acerca rápidamente a Luis diciéndole, ¡tú no me dejaras sin mi hijo!! , Luis al escuchar las palabras fuertes de Andrés, saca una pistola que tenía escondida en la cintura y rápidamente da la vuelta dispuesto a disparar, pero ya Andrés estaba con la roca sobre la cabeza de Luis quien logra accionar el arma, Luis cae gravemente herido por aquel fuerte golpe en la cabeza, Andrés, ve caer a su rival sobre la calzada de aquel parque, pero se dobla y coloca su mano sobre su vientre y nota que fue herido por el arma de Luis y cae gravemente herido.
Al llegar Daniela a la estación toma el taxi rumbo a la universidad, intenta llamar a Luis y solo escucha repicar de la llamada y por último la voz de la contestadora mandando la llamada a buzón de mensaje, vuelve a intentarlo sin tener suerte, sucede lo mismo al intentar comunicarse con Andrés, ésta entra en pánico imaginando lo peor, al llegar a la universidad logra ver a las personas asustadas y amontonadas, Daniela ya esperando lo peor ingresa al lugar y queda perpleja al ver la imagen del hombre que fuera su esposo y de aquel que le había despertado la pasión, sus dos amores ya muertos sobre la calzada, en el mismo lugar, donde todo había empezado.
Han pasado dos años de aquel trágico día, en la ciudad aún se escucha pocos rumores de aquella historia de cómo dos hombres perdieron la vida por el amor de una mujer, pero nadie sabe los motivos reales que hicieron que sucediera aquel hecho, las personas que acuden a la playa, diariamente pueden ver a una mujer con un pequeño niño sentada en la arena cerca al mar, día tras días sin faltar uno solo. Ana, quien ha estado buscando a Daniela desde hace mucho tiempo, se entera de la existencia de esta chica que se sienta en la arena con el niño, y acude en busca de ella. Al llegar al sitio se percata que era Daniela aquella mujer, y se acerca hacia ella, Daniela, eres tú, pregunta Ana. Daniela mira a Ana y solo sonríe, hola Ana cómo has estado, que haces aquí Daniela, le pregunta Ana de una manera muy triste, estoy pagando mi condena, responde Daniela, sabes me gustaría ser como las olas, ellas siempre llegan a la playa se desvanecen pero vuelven con más fuerzas. Mira, te presento a mi hijo, el pequeño Luis Andrés, Ana sonríe al ver al bebé, y le pregunta a Daniela, ya comieron? Ella responde que no, bueno, entonces vamos a mi casa, Daniela acepta la invitación de Ana quien toma al bebé y le dices, pues vamos, Ana camina con el pequeño en brazos sintiéndose muy alegre, pero se percata de que Daniela ya no estaba, retrocede en busca de ella, pero solo ve las huellas de Daniela que se dirigían hacia el mar.
Fin
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Daniela
Short StoryEl placer es más fuerte que el amor, y más peligroso que un fusil, esto lo descubre Daniela