1.

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Tenía una vida perfecta, realmente perfecta; Una bonita y acogedora casa, un auto del año, un trabajo exitoso, buena apariencia, una hija preciosa y un esposo amable y consentidor.

Mark Lee de 25 años, salió de la ducha, llevaba la toalla enrollada en la cintura, de su cabello castaño caían ligeras gotas de agua mientras trataba de peinarlo con un peine color azul.

—Mi cabello está muy enredado —se dijo así mismo frente al espejo ovalado del tocador mientras trataba de arreglarse.

—¿Te vas? —pregunto el chico que se encontraba en la cama, el que sólo usaba una camisa blanca para cubrir su desnudes, tenía su cabellera azabache despeinada que le daban un toque infantil, el chico con calma tallaba sus ojos y bostezaba.

Mark asintió.

El azabache de labios finos hizo un puchero y dijo: —No quiero que te vayas... Quiero estar contigo.

Siempre...

—Sabes que debo irme —contestó de vuelta Mark. Terminó de vestirse, acomodó su corbata roja y dobló las mangas de su camisa.

Se acercó hasta el jovenzuelo y le dio un pequeño beso en la frente.

—Nos vemos mañana —le dijo con cariño.

—Te extrañare —respondió sin dejar de hacer pucheros y usando el tono infantil que volvía loco a Mark.

El castaño suspiró con frustración y salió del departamento.

𖥸

Regresó a su oficina para terminar con su trabajo. Miró detenidamente todos los catálogos en su escritorio, eran más de 15 catálogos de más de 15 personas diferentes, decidiendo que la edición del catálogo dos era la mejor opción, era lo que estaba buscando.

Llamó a su secretaria, una chica linda de cabellera castaña larga, fleco corto que no tapaban para nada sus grandes ojos marrones, delgada, alta y con sonrisa encantadora. —Yerin por favor comunícate con Park Jisung, dile que el puesto es suyo.

—Sí señor —respondió la chica al otro lado del teléfono emocionada.

El resto de la tarde Mark se la paso viendo los informes de ventas, asegurándose de que todo marchara bien y como siempre no había nada fuera de lo normal.

Después de un rato se puso su saco dispuesto a volver a casa y llamó a recepción para que tuvieran listo su coche.

Manejó por más de media hora, su casa no era muy grande pero tampoco pequeña, las paredes blancas y marrones le daban un aspecto casual, se veía una casa demasiado formal por fuera.

Pero dentro era otra cosa, habían fotos pegadas en las paredes. Manos pequeñas y grandes adornando la pared, trabajos de preescolar enmarcados y juguetes tirados por todos lados.

—Ya llegué amor —el hombre de cabellera pelinaranja sonrió y corrió hasta él, trato de darle un beso que Mark rechazo discretamente.

—¿Dónde está mi bebe? —preguntó dejando su portafolio en el sillón.

—Se acaba de dormir —trato de nuevo de darle un beso al más alto, pero de nuevo hubo un rechazo, el pelinaranja hizo un puchero. —¿Estas cansado mi amor?

Mark asintió subiendo a la habitación de su pequeña hija para darle un beso en la frente.

—Te haré un té, y te subiré la cena a la cama.

Mark lo detuvo. —No es necesario Donghyuck cene en el trabajo.

Donghyuck asintió desganado. —Bueno, supongo que me iré a dormir.

Su pareja asintió y fue detrás de él fingiendo tener mucho sueño.

𝙸𝙽𝙵𝙸𝙴𝙻「MarkHyuck」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora