Después de tanta planeación, por fin todo el staff de Prema Racing había llegado a Mónaco, sobraba decir que a la ciudad le encantaba el automovilismo, en cada una de las calles se respiraba pasión por la próxima fecha de F2 y F1, al menos eso fue lo que todos alcanzaron a ver cuando llegaron.
Oscar ya no sabía que era lo que le provocaba más emoción, si correr ahí o todo lo que podría hacer con Arabella, la rubia y él recién habían acordado hacerse pruebas y después ella encontraría el mejor método anticonceptivo para que ya no volvieran a detenerse porque a él se le habían acabado los preservativos.
Aunque su mente iba a mil por hora, no quería comportarse como un salvaje, así que ese día, la invitaría a cenar, ya que Rob no estaría cerca y porque quería tener hermosos recuerdos de Arabella en Mónaco, así que ambos acordaron encontrarse en un restaurante al que ella había ido antes con Nyck.
A las 10:05 pm él llegó, lo dirigieron a la mesa en donde ya estaba Bella esperando, al verla se impresionó de verla maquillada, tuvo que respirar profundamente cuando la vio levantarse, ese vestido blanco era realmente la razón por la que él y muchos más se quedarían sin aliento.
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En cuanto estuvieron frente a frente, ella lo abrazó cálidamente, ¿era posible que la persona que te provocaba los pensamientos más impuros, también fuera la persona que te hiciera sentir en paz? A veces esa pregunta rondaba por la mente de Oscar, ya que aunque Arabella en sí era tan cautivadora, para él era su principal fuente de paz e inspiración.
Después de separarse, ambos se sentaron y ella pronto se cautivó con la vista hacia la bahía, Mónaco siempre la hacía sentir como un cuento, así que en cuanto supo que ahí también podría crear una historia con Oscar, todos los días se habían vuelto eternos hasta que por fin pudieron estar ahí.
-¿Qué es lo que más me gusta de Mónaco?-preguntó Oscar sin rodeos.
-Ahora mismo, que estoy aquí contigo-respondió seductora.
El piloto australiano pronto sintió como sus mejillas empezaban a arder, normalmente las chicas con las que salían, no le hacían ese tipo de comentarios, pero desde hace tiempo se había convencido que Arabella no era como ninguna de las que había estado antes, ese tipo de situaciones solo se lo confirmaban.
Arabella sonrío enternecida con la reacción de Oscar-Me parece increíble que no sepas lo mucho que me encanta estar contigo, siempre-dijo mientras acariciaba la punta de su nariz con su dedo
-Yo no tenía dudas de eso-respondió él mientras le sonreía-es solo que nunca antes se habían preocupado por hacerme sentir tan bien-confesó sincero.
La rubia solo sonrío aún más con su confesión-No creo que me cansaré de decírtelo pronto-dijo ella para hacerlo sentir aún más en confianza.
