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"Jett, la duelista"

Auron consideraba que había tomado decisiones muy estúpidas a lo largo de su vida, una de ellas había sido contarle a su progenitora sobre su sexualidad para luego ser casi devorado por la mirada de ella. Su madre era la típica que te decía que podías confiar en ella cada que veía esos programas trágicos de adolescentes con finales desastrosos solo porque no confiaron en sus padres; si lo piensa mejor ahora, tal vez su madre lo único que quería era sentirse mejor consigo misma.

Al día siguiente de su confesión y después de regresar de la secundaria con una pesadez en su corazón puesto que su madre no le había dirigido la palabra en todo el día, se encontró con una pequeña maleta en la entrada de su casa junto con una nota en la que sus padres le pedían por favor que se fuera, que es un mal ejemplo para sus hermanos y que no regresara al menos que acepte casarse con la hija de la vecina, que era otra "desviada" . Él conocía a la chica perfectamente, su nombre era Sara, hija de padres religiosos y sobrina del pastor de la comunidad, gracias a ella es que se había dado cuenta de sus verdaderos gustos en cuanto a personas; una noche lo llevó a una reunión clandestina del colegio de mujeres al que ella asistía, ahí bebió hasta donde su cuerpo soportó y terminó empotrado contra la puerta de una de las tantas habitaciones de esa casa por un chico del cual no recuerda su nombre pero que lo besaba como si no hubiera un mañana.

Tenía sólo 17 años y tuvo que hacer de tripas corazón, tomar la maleta y abandonar el lugar al que llamó hogar por todo ese tiempo. Para su buena suerte, uno de sus amigos tenía un pequeño departamento a las afueras de la ciudad que le había sido regalado por su padre a sus 16.

— Lo único bueno de tener padres separados — le había dicho Juan cuando le dio las llaves. — No te preocupes por nada, papá paga los servicios cada mes. Dejé una lista de lugares donde solicitan trabajadores, échale una mirada a ver si encuentras algo decente.

— Gracias por todo — le dijo con una sonrisa sincera — Cuando sea millonario te lo pagaré.

El de lentes se rió por el comentario de su amigo.

— Por supuesto, porque serás famosísimo — le siguió el juego.

Eso había sido hace tres años, ahora trabajaba en una cafetería por la mañana y, por la tarde, hacía directos donde jugaba diversos videojuegos en una plataforma llamada Twitch. A pesar de tener tan solo un año en dicha plataforma era muy popular entre todos sus compañeros; su carisma, facilidad al hablar y su personalidad habían sido suficientes para cautivar a su audiencia. Se sentía más maduro, más sabio; pero, al parecer, seguía siendo igual de malo tomando decisiones.

Era el primer evento a donde lo invitaban y, naturalmente, no conocía a nadie. Todo el pequeño tiempo que llevaba haciendo streams había jugado solo por eso se sorprendió cuando le llegó la invitación al correo, su felicidad era tanta que no se dió cuenta que no tenía idea alguna sobre cómo iba el juego.

— Valorant, ¿cómo es que recién me entero de la existencia de este juego, tío? — estaba en llamada con Juan y Ari, la última era novia del primer mencionado.

— Eso te pasa por ser un niño vintage y jugar videojuegos de la época de mi abuelo — se burló el de lentes.

— No son de la época de tu abuelo, son obras de arte.

— Pareces viejo que se queja porque no encuentra su periodico de los domingos — continuó bromeando el colombiano.

— Amor, déjalo, lo estás estresando más — intervino Ari.

— Al menos alguien si me tiene cariño.

— Podrías probar suerte jugando unas partidas y enviandole solicitud a los más pro — sugirió la menor de los tres.

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2022 ⏰

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