EROS
Su boca pequeña hace abrirla, mostrando cómo sale el aire. Sus ojos cerrados y sus mejillas rojas, me vuelven loco. La chica que tengo aquí enfrente me está volviendo cada vez más loco. Me encanta verla como duerme como un angelito.
Ojalá no esté tapada con las sábanas y pueda ver cómo se dibujan sus curvas en su cuerpo.
La observo bastante tiempo, hasta que veo cómo ella se mueve por toda la cama. Se apoya con su mano en su cabeza y ahora su cara la hace tener más gordita y tierna.
Ella a lo mejor no sabrá que ni siquiera me he movido desde la última vez que ha hablado, pero aquí estoy, observándola como duerme.
Me quedo mucho más tiempo mirando cada centímetro de su cara y como se forma la figura de su cuerpo con las sábanas, hasta que se remueve otra vez.
Veo como entreabre los ojos un poco y se levanta para ver qué sigo en el mismo sitio.
–Todavía sigues ahí, ven aquí y abrázame, no me gusta dormir sin nadie. –su voz suena ronca.
Parece que está sonámbula, pero no es así.
–¿Quieres que durmamos juntos, pequeña? –le pregunto mirando como sus ojos poco a poco se van cerrando.
–Si, por favor. –súplica.
–Ahora voy, pequeña... –digo aflojando la voz para no molestarla.
Me levanto por primera vez de la cama. Busco por todo el armario para ver si tengo ropa más cómoda, de la que tengo puesta.
Me pongo unos pantalones grises chándal y una camiseta de tirantes, que se ajusta a mis músculos.
Noto como una mirada me mira la espalda ancha, aunque yo esté de espaldas. Daphne ahora mismo no le da vergüenza de como me mira. Siempre es muy vergonzosa.
Me acuesto en la cama. Daphne se mueve más para el lado dejándome espacio libre, para tumbarme con ella. Me da la espalda sin poder ver su cara si está a punto de caerse o no, por el sueño.
Ella me ha dicho que le abrace, pero se que ahora los nervios le llegan a su cuerpo y ahora ni siquiera puede decir nada.
Miro todo el rato su espalda. Su camiseta está un poco levantada y puedo ver como su piel es suave y tiene algunos lunares. Su respiración cada vez se pone más pesada y sonora. Su espalda se arquea de como respira. Intentó arrimarme a ella, pero no puedo sentir más vergüenza.
Me encanta verla dormida, y ojala poder ver su cara tierna.
Estoy tiempo así, recorriendo mi mirada a su espalda y se ve un poco al descubierto su cintura pequeña. Necesito tocarla, abrazarla, sentirla... Necesito tantas cosas que hacer por ella, sé que está dolorida por dentro. Sus ojos expresan el dolor que siente y que tiene. Necesito que ella se desahogue conmigo. Quiero ayudarla y apoyarla en todo lo que siente su corazón y lo que expresan sus ojos verdes.
No puedo pensar en que le ha hecho el idiota de su novio. No puedo contener la ira.
Cuando la vi sentada en el portal teniendo un ataque de ansiedad, se me rompió la escena en mil pedazos.
Necesito saber que le ha hecho su novio.
Intento no pensar más, ya que la he salvado y la he podido ayudar, o eso creo. Pasa un buen rato, y ella se mueve otra vez. Se da la vuelta y su cara está a centímetros de la mía.
Al ver su cara dormida, se me forma una sonrisa en la cara.
Es tan bonita y perfecta. Sus mejillas están un poco coloradas, los ojos cerrados, las pestañas largas, su mandíbula, todo de ella me vuelve loco.
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Corazón frío (En Proceso)
Novela JuvenilElla era tan fría, como la ciudad en la que vive, New York. Él era un chico bueno, pero atractivo. Daphne Bailey es una chica que está en peligro, con su novio tóxico, Michael. Viven en un apartamento juntos desde hace 2 años y medio. Daphne ya esta...