A menudo me pregunto qué pasará cuando ya esté muerto. Me aterra la idea de estar totalmente solo, mi madre y mi hermano llorando mi muerte, entre algún otro familiar. Algunos hablarán la mierda que fue mi vida, otros no sabrán nada, ya que nunca terminé de abrirme lo suficiente. Los que fueron mis amigos no tienen ni de cerca una relación cercana con mis padre, entonces si es que se enteran, será mucho después de mi funeral que seguro será religioso aunque yo sea un ateo bastante renegado de estos rituales. Mi muerte será igual de significativo como mi vida. Sólo serví un rato y luego resulté ser una carga, algo que en principio parecía fácil y regular, pronto se desdobló hasta convertirse en algo difícil de comprender y tedioso de seguir. Quiero que mi caja sea lo más austera posible, como película western, y si se puede que me tiren en un bosque y mis restos le sirvan a la flora, sino, de menos que me quemen, nada me aterra más que mis huesos estén a merced de un santero que haga que una niña de quince se enamore de un señor de avanzada edad.
A nadie importara mi muerte. Seré un eco de aquello y de esto, casi una fantasía, un duendecillo que llegó a la vida de otros con polvos mágicos y ansiedad, no seré más que un delirio, la idea de eso que se creía y no fue.
No soy nada y no soy nadie. No sé quién soy y no sé cómo encontrarme. Espero hallar el valor de la vida dándole significado a mi muerte. Quiero ya no sentir esta pesada carga que soy yo. Quiero ser libre, sin ataduras, sin está carne que me detiene, con esta personalidad que no me deja ser frágil o suave, con mi apariencia que no hace más que acomplejarme.
Tal vez algún día encuentre ese valor para terminar con todo, para finalizar estas palabras que suelto con tantos huevos, pero que no soy capaz de seguir, me pongo excusas porque son fáciles, cada vez más tentadoras, claro. Pero hasta que no lo haga, sólo seguiré siendo un payaso, un perro lamiendo sus heridas.
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Cuentos de un adolescente.
RandomLos cuentos son como el sexo casual; se experimenta, se aprende, no se comprometen a algo largo, simplemente se disfruta y se vive el momento, así que, ¿por qué no lees estos bellos cuentos? Chance y no te arrepientes.