Infierno en una Taza de Café

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-Su castigo es simple: irán y limpiaran todo el desastre que haya por ahí, es pan comido- formados frente a la rubia, los cuatro pandilleros miraban sin interés a la chica.

-Solo por avisar, hoy debo ir a trabajar, así que me importa un demonio si me castigan más o no, tengo que regresar los uniformes del restaurante o me van a despedir- levantando la mano, el pelinegro era visto de forma severa por la peliazul.

-No podemos interferir en eso; claro que una vez que se acerque tu horario laboral podrás marcharte- secundando a la pelidorada, la peliazul se mantenía firme.

-En resumen, hoy seremos conserjes- estirándose un poco, Rumika bostezó.

-Como sea...- agarrando cosas para limpieza, Yukio se acerco al oído de Isagi -Gracias por los futones...- esquivando una cachetada, el rubio sonrió ante la cara molesta de la ojidorada.

-Andando; es mejor ir por ahí a estar solamente parados- sintiendose culpables por no poder ayudar, las chicas de la clase 1-1 miraron las espaldas de los chicos -¿Te vas a quedar ahí? Camina; después de todo no podríamos hacerlo sin ti- sonriendo de manera gentil, el pelinegro fue alcanzado por la pelimorada, misma que se adelantó con los otros tres.

-¿Alguien puede decirme porque Komi-san va con ellos?- cuestionando a sus compañeros, el pelinaranja fue jalado de la mejilla.

-Para que supervise a esos 4- suspirando rendida, la castaña miro a sus compañeros hombres aún en el lugar -¿¡Que les pasa!? ¡Salgan a promocionar el puesto!-

-Seguro...- saliendo sin ánimos, los chicos de la clase 1-1 fueron lanzandos a un lado.

-No mentía este folleto... Realmente hay comida que se ve deliciosa- aplastando el cuello de Shinobino, un peliblanco con mirada psicópata venía acompañado por bastantes chicos.

×××

-¿Son amigos de la Madonna de la escuela?- viendo con celos y miedo a los pandilleros, algunos de los alumnos se sorprendieron por la cercanía de la chica más hermosa de la escuela con ellos.

-¿Esos salvajes? ¡Imposible! Seguramente los tiene bajo vigilancia- sintiendo las miradas de todas las personas en sus nucas, Tadano suspiro.

-¿Necesitan algo más?- preguntando, uno de los encargados del puesto se acerco al pelinegro.

-No realmente- sintiendose un poco intimidado por el ojinegro, este último recogió algunas envolturas.

-Terminamos aquí, si necesitan algo más estaremos en el exterior- saliendo del edificio, el desastre en algunos puestos era semejante al paso de un tifón -¿¡Que demonios paso aquí!?- ayudando a levantarse y limpiar a algunas personas, el grupo de chicos se puso manos a la obra antes de interrogar a todo mundo.

×××

-¿Y bien? ¿No van a darnos la bienvenida?- cambiando su sonrisa por una mirada más seria, el ojimorado apreto con más fuerza al chico en su mano.

-B-b... ¡Bienvenido goshujin-sama!- temblando de miedo ante el chico en la entrada, todas la meseras agacharon la cabeza.

-Eso ya me gusto- sonriendo alegremente, Izana acerco al ninja a su rostro -Tienes amigas muy buenas, es una pena que eso casi te cueste la vida- lanzando como una muñeca de trapo a Shinobino, el peliblanco lo arrojo a un lado.

-¿¡Que rayos te pasa salvaje!?- yendo a atender al chico malherido, Onemine fue sujetada del brazo con bastante fuerza.

-Ese imbécil no merece que una chica como tú se preocupe por el- levantando sin problemas a la castaña, Rindo la sujeto de las mejillas -¿Porque no tienes tu traje puesto, señorita?- mirando fijamente a la ojicafe, Najimi intervino.

Corazón Pandillero (Komi-san wa Komishou desu x Tokyo Revengers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora