El sonido del despertador dio paso un nuevo día para Sandy, una jovencita de 16 años posiblemente perfecta o eso es lo que ella pensaba, una jovencita rubia de físico esbelto y atractivo. La perfecta jefa de animadoras. Mientras Sandy se miraba al espejo de su cuarto de baño sonreía al ver su rostro, tan perfecto y arrebatadora de suspiros entre sus compañeros, también levantaba muchas envidias entre chicas poco agraciadas que no eran ella. Eligió su modelito para aquel día de colegio, se cepillo su perfecto pelo rubio y se maquillo ante el espejo. Sonrió y pudo ver que estaba perfecta para un nuevo día de instituto. Fue al comedor y pudo ver que estaba totalmente vació, con una nota en la nevera de su madre "Cariño tuve que salir temprano al buffet para arreglar unos papeles de un divorcio, te quiero" suspiro mientras se llenaba su único desayuno del día un zumo de naranja. Pensaba en su padre que estaba pasando unos días en nueva york para abrir una nueva fabrica. Salio de casa y se quedo por unos minutos esperando a que Michael le fuera a recoger con su coche como cada mañana. Por unos instantes comenzó a suspirar al ver a su vecino en su garaje, George todo un hombre de 34 años y de físico perfecto para ella, con un atractivo que llamaba la atención siempre de Sandy. George estaba sudado por el calor y por el trabajo de arreglar las bujías de su coche, se quito su camiseta mostrando su cuerpo musculado sin rastro de grasa.
Sandy se dio un poco de aire con su manita al ver aquello, George al verla sonrió y la saludo como buenos vecinos:
-Hola George-Dijo Sandy.
Se paro frente de ella el coche de Michael y ella sonrió al verle, Michael su novio oficial y que tenia la suerte o el privilegio salir con ella. El chico de pelo oscuro y sonrisa perfecta, de cuerpo atlético y el chico perfecto para Sandy. La chica entro el coche y miro a Michael:
-Vamos al instituto para que vean a la perfecta Sandy.......
ESTÁS LEYENDO
Andy y Sandy devuelveme mi cuerpo
Teen FictionUna perfecta animadora y un friki cambiaran de cuerpo por unos anillos