Prólogo: Llegada

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Izuku Midoriya un chico que actualmente tiene 15 años de cabello y ojos verde esmeralda con 4 pecas en cada una de sus mejillas formando un diamante.
Este chico se encuentra a tan solo a 3 meses de presentar el examen de admisión para la UA, debido a que quiere ser un héroe.

El joven peliverde estaba en el patio trasero de su casa entrenando con su peculiaridad, la cual le permite crear casi cualquier cosa.

Porque casi cualquier cosa, porque actualmente es capaz de crear alimentos procesados, enlatados, comida chatarra y cualquier otra cosa no viva.

Cuando despertó su peculiaridad fue a los 3 años, un año antes de lo que se pensaba que debía despertar.

Durante los primeros años de su vida tuvo que aprender todos los elementos de la tabla periódica, pues tenía que saber de qué estaban echas las cosas que estaba creando.

Así como se aprendió la tabla periódica, tuvo que aprenderse casi todas las reacciones que tenían estos elementos entre si.

Para cuándo tenía 8 años solo necesitaba saber el funcionamiento del objeto que estaba creando.

Cuando cumplió 11 años lo único que necesitaba era imaginar el objeto a crear.

Luego de eso, durante los siguientes 3 años y medio simplemente su quirk mejoro en la cantidad de objetos que podía crear al día, al igual que su condición física se fue hasta las nubes.

Actualmente podía crear un total de 12 autos de diferentes marcas y modelos antes de desmayarse por la fatiga extrema.

Pero.

¿Qué se encontraba practicando exactamente?

Pues en realidad estaba creando armas de fuego de la guerra de Vietnam lo más rápido posible.

Y en este momento tenía en sus manos un M16A1 con un lanzagranadas.

De una puerta a espaldas del joven, una mujer peliverde muy similar en facciones a Izuku y con un gran cuerpo, salió de la casa por dicha puerta y se paró un momento al ver a su pequeño.

Está era su madre Inko Midoriya.

Ella recordaba que, debido a las constantes creaciones y experimentos de su hijo, Inko y su esposo optaron por vivir un poco a las afueras de la ciudad, ya que muchos vecinos se quejaban del ruido y las explosiones.

-¡Izuku es hora de cenar!- le gritó su madre antes de que se escuchará una explosión.

-Voy mami- respondió el chico mientras recogía sus cosas.

Cuando el peliverde termino de recoger los casquillos, guardar los cartuchos y cargadores, tomo todo y se fue corriendo a su casa.

La cena estaba transcurriendo de manera normal, Izuku, su madre, su padre y su hermano estaban comiendo muy tranquilos.

Pero de la nada ante los ojos de Izuku la realidad comenzó a parpadear.

El pecoso comenzó a mirar a su alrededor totalmente desconcertado, su mente ya estaba haciendo planes por si esto era el efecto de alguna peculiaridad.

-Hijo- dijo su madre, la preocupación en su tono era más que evidente.

-Izuku, ¿Qué pasa hijo?- pregunto un hombre peliblanco era su padre.

Los destellos se hacían cada vez más duraderos y estaba empezando a distinguir los colores verde y azul.

Se levantó de la mesa creando una Beretta 9 milímetros, listo para lo que sea.

Repentinamente Izuku se encontraba en un campo enorme y también había lo que parecía ser una enorme extensión de bosque.
Curioso se agachó y arranco un poco de pasto del suelo para frotarlo un poco con sus dedos.

-Se siente muy real, incluso la brisa es muy creíble- dijo mientras sentía el aire.

El peliverde cerro los ojos por un momento sintiendo toda la calma que el lugar le brindaba, pero eso no duró mucho.
Pues repentinamente fue tacleado por alguien, al abrir sus ojos se dio cuenta de que era su madre que lo estaba abrazando con fuerza mientras que su hermano y padre lo miraban aliviados.

-¿Qué sucedió?- pregunto muy confundido el pecoso.

-Hermano, bueno veras, lo que pasó fue que, harg, esto es difícil- dijo un joven de cabello negro y ojos rojos era su hermano que trataba de explicar la situación.

-Izuku, lo que Tenko trata de decirte es que desapareciste por unos cuantos minutos- dijo su padre en tono serio.

El pecoso acaricio la cabeza de su madre para tratar de calmarla, cosa que llevo mucho tiempo.

Durante los siguientes días Izuku desapareció otras 5 veces, pero el tiempo que le tomaba regresar iba aumentando de solo unos minutos, hasta 18 horas.
Esto hizo que el peliverde siempre cargará una enorme mochila de viaje, la cual estaba a reventar de tantas armas y municiones que cargaba en ella.

Y así el día llegó, el día en el que Izuku Midoriya iba a desaparecer por un largo tiempo.
Cómo lo sabía el mismo, pues no tenía idea solo era un presentimiento, era la sensación de que el iba a regresar pero que le tomaría mucho tiempo.

El peliverde tomo las cosas que iba a necesitar, lo cual era su mochila de armas y otras 2 mochilas mas, pero estás eran más normales y estás tenían comida enlatada y raciones de comida militares junto con un par de encendedores de metal y unas cajas de cerillos y sobretodo agua y pastillas potabilizadoras.

Pero uno se preguntaría ¿Porqué tantas cosas si el puede crear las suyas sin esfuerzo?.
Pues la respuesta a esa pregunta era muy sencilla.

Al lugar donde Izuku iba cuando desaparecía, las peculiaridades no funcionaban, y nuestro protagonista no quería dejar nada a la suerte.

El peliverde se despidió de su familia con besos y abrazos, para luego simplemente desvanecerse en la nada como si nunca hubiera estado ahí.

FIN DE CAPÍTULO.

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