—No puedo hacer eso —respondió Jongdae al otro guerrero—. Tengo que encontrar al rey blanco, necesito saber dónde está. ¡Escapa tú!, sal de aquí y busca ayuda, hombre, tienes que vivir —exclamó en voz baja, esforzándose por sonar coloquial para disimular su miedo.
—Ni siquiera soy capaz de moverme —se excusó el hombre.
JongDae apretó los labios en una fina línea para luego maldecir.
—Oye, amigo, somos la raza más bendecida que cualquier otra por los ancestros. Cuando un Alfa quiere algo, siempre saca fuerzas para hacer aquello de lo que nunca se creyó capaz, incluido huir por su vida estando herido. Busca ayuda, joder, no todos en esta ciudad son malos.
Se levantó con decisión y se acercó a la ventana que abrió de par en par. En medio de la oscuridad palpó las bisagras y las arrancó ayudándose de las uñas y los dedos. Las piezas de metal se despegaron del marco como si solo fueran adhesivos de papel. Sostuvo la ventana para que no hiciera ruido al caer y repitió el mismo procedimiento con el otro vidrio. Por el espacio que había quedado libre planeaba salir con Woosung sin que le costara demasiado trabajo. Le hizo morder un trozo de tela lleno de pintura seca y lo tomó en sus brazos como si pesara lo mismo que un niño de cinco años. Se trepó por el marco sin ventana, saltó hasta apoyar firmemente los piel en el otro lado y dejó a su compañero recostado en el cuidado césped.
—Soldado que arranca, sirve para otra guerra —bromeó, pero no se escuchó gracioso en lo absoluto.
—Ten cuidado, por favor —susurró Woosung, apoyando su mano en el suelo para tratar de ponerse de pie.
Chen no le respondió, solo se quedó ahí de pie y se aseguró de que su compañero fuera capaz de entablar una marcha más o menos estable. Le dedicó una sonrisa para hacer creer al soldado que todo estaría bien y luego le dio la espalda. Se trepó nuevamente por la ventana, sumergiéndose en la oscuridad de la habitación y dio una última mirada desolada a los hermosos lienzos que ahora estaban hechos añicos. Ahí estaba todo aquello que amaba casi tanto como a Xiumin. Se encaminó hacia la puerta, y dejó todo atrás.
—Qué tanto será si muero, Alfa no se pierde de nada.
"Xiumin encontrará a alguien mil veces mejor"
Caminó por el pasillo vacío, escuchando nada más que el golpeteo de su corazón y sus pensamientos.
En el hall aún había hombres peleando sobre cuerpos heridos y otros tantos sin vida. La clásica batalla entre guerreros Alfa y guerreros Oscuros, pero esta vez, como en La Gran Tragedia, también estaban contendiendo Alfas contra otros Alfas, sin tregua, sin dimisión.
Uno de los guerreros yacía en aprietos en el suelo y a punto de ser atravesado por la filosa daga de quien se suponía era otro alfa, ¿a quién debía ayudar?, ¿quién era realmente su enemigo?
—Hey, hey, ¡sepárense! —espetó.
El hombre que estaba a punto de atravesar a su compañero obedeció al reconocer la voz de Chen. El sujeto que estaba en el suelo se levantó de un salto y movió su puñal contra el recién llegado. Se tomó un segundo para pensar en lo tonto que había sido salvar de la muerte a alguien que ahora pretendía matarlo, ¿acaso nada le podía salir bien?
Alejó al sujeto y estuvo a punto de romperle la mano que sostenía el arma de un golpe con su codo. La daga salió disparada lejos y el hombre detrás de Chen se adelantó rápidamente para alcanzarla, luego se abalanzó dispuesto a clavar el filo en el pecho que quien había sido su compañero en un desesperado acto de supervivencia, más Chen volvió a detenerlo.
—Es uno de los traidores, señor, ¡si no es él, seré yo! —exclamó el hombre con la voz temblorosa y la mano dubitativa. En su mirada había miedo y rabia y Jongdae no supo que responder. La verdad es que él tampoco sabía por qué lo estaba protegiendo.
ESTÁS LEYENDO
ÁNGEL NEGRO [EXO FANFIC AU]
FanficFinalizada. Nueve jóvenes que estaban destinados a ser invencibles guerreros fueron divididos por la traición. Un ente desconocido, apodado el ángel negro, está llevando el caos a los pueblos. Es entonces cuando comienza la búsqueda de los guerr...