Insanidad

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En un sueño profundo...

Él estaba caminando por los oscuros pasillos, sentía una putrefacción en su mansión en esos momentos, para él, eran plagas. Su Señor podía encargarse de la sangre sucia y contaminada de su casa, pero él no toleraría lo mismo que él.

"Debo salir de aquí, éstas escorias no me dejan respirar..." - pensó él.

Él salió de su mansión, se dirigió al jardín y se fue a lo más profundo hasta salir de él no muy lejos.

Quería estar solo.

Se subió a la cima de una montaña donde se encontraba un árbol florecido por la llegada de la primavera. Estaba dispuesto a quedarse ahí a pensar en la sombra de ese árbol hasta que se percató de la presencia de alguien en un río a la bajada de la montaña y miró la causa de su interrupción.

"Maldición..." - maldijo en voz baja mientras bajaba para ir hacia la dirección de la presencia que le molestaba.

- "Pensé que estarías con el repudiado de tu padre". - le dijo a la bastarda

- "Padre está ocupado con otros asuntos importantes, no debo estorbar o interrumpir sus reuniones con el clan". - le contestó ella

- "Ustedes no deberían estar aquí. No pertenecen a esta tierra, hace siglos que tu padre es repudiado y no ha pisado este lugar hace mucho tiempo". - le respondió él molesto por su respuesta

- "Padre nunca fue exiliado oficialmente y no fue mandado al sueño eterno por el Lord o por parte de su clan, por lo tanto, sigue teniendo derecho a venir a su tierra". - contestó ella con calma

- "Sin embargo... tú no perteneces aquí, eres una bastarda". - responde irritado

- "Soy hija de mi padre, como portadora de su sangre técnicamente tengo derecho a pisar esta tierra". - le contestó ella indiferente

- "No eres de sangre pura, no tendrías por qué tener derecho a la tierra natal de tu mísero progenitor". - respondió irritado

- "Eres de sangre pura, parte del clan más poderoso junto con la familia del Lord, ¿así es como te expresas de las reglas de tu tierra?". - dijo sin importancia

- "Eres hábil con las palabras, escoria". - le dijo, pero ella ni siquiera hizo caso - "¿por qué sigues aquí?".

- "Sigo órdenes de Padre. En estos momentos, debo mantenerme alejada del clan hasta nuevo aviso o autorización de él".

- "él no es tu dueño, puedes comenzar por largarte de aquí primero sin su palabra".

- "tampoco lo es tu padre, pero sigues sus órdenes y los planes de vida que tiene para ti, más que por respeto, es porque en el fondo le tienes miedo, y sé que estás consciente de ello". - respondió ella mirándolo a los ojos con nostalgia

- "¡¿cómo puedes decir eso?!" - le gritó enfadado

- "puedo sentir lo que sientes, tus emociones; estás lleno de frustración, alerta, de miedo, la tristeza que vas acumulando la transformas en ira para protegerte".

NOBLESSE - La Amante - FrankensteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora