Primera parte del capítulo 1
Era una día muy brillante, era el primer año de la universidad y Mia había cambiado su estilo para dar una buena impresión a los que serían sus nuevos amigos.
En todas las vacaciones trato de mejorar su conocimiento sobre sí misma para poder liberarse de los estereotipos que en toda su vida escolar se le habían impuesto; cualquiera que la viera diría que lo logró. Era más que real y ella lo sabía, Mia salió del molde, no más estereotipos, no más insultos o encuadres. La actitud de Mia era solo de ella y tenía ciertos aspectos de varios estereotipos al mismo tiempo, incluso y según su hermana tenía tintes propios que no eran propios de nada visto antes, si de adjetivos pero no de un estereotipo; en su mente solía pedir a algún ente sobrenatural que por ello no quedara sola durante toda su vida; sabía de antemano que las personas no aceptaban o por lo regular no querían a lo que es diferente a ellos.
No es como si ella fuera un extraterrestre o ser de otro planeta o uno mitológico o incluso espiritual pero era más que obvio que la gente no era tan abierta con las personas que no seguían el patrón escolar, y vaya que Mia no seguía ningún patron, al menos ya no más.
Ahora seguía su camino y se dirigía hacia la parada del autobús que la llevaría al campus en donde ella guiará su carrera, lo mismo que su padre: literatura. Cuando llego a la parada se dio cuenta de que el día pretendía ser muy frio, en la parada se encontraban tres señoras y un niño de no más de cinco años, Mia se colocó a un lado de ellos en los asientos metálicos que se encontraban dispuestos para las personas que necesitan esperar a las diferentes rutas de transporte que por esa manzana pasaban.
Cuando el autobús arribó a la parada Mia era la única que se encontraba esperando este, solo ella iba para aquella ruta, su vista volteo un mínimo momento hacia las personas que estaban a su lado, la mirada del niño se conectó con la de ella como dando una despedida silenciosa; así que cuando las puertas se abrieron, su vista volvió a estar en lo que tenía delante de ella, la mano izquierda de Mia subió a tomar la correa de su mochila, mientras su mano derecha ayudaba a sus pies a subir los escalones del transporte, pagó su lugar y cuando vio por una de las imponentes ventanas se dio cuenta de que ya no había vuelta atrás, no debía pensar en desistir, la mirada del niño también la seguía y así como su despedida soltaba una plegaria inocente de apoyo.
Logró encontrar lugar en la última fila del lugar, todos los demás asientos se encontraban ocupados, logro ver algunos, había algunos alumnos más, unas señoras con sus esposos o pequeños hijos, personas mayores de edad y hombres de elegantes sacos que parecía iban a alguna oficina que se encontraba a mitad de camino en dirección a la universidad; el lugar que había encontrado estaba junto a la ventana que estaba empañada, pues las temperaturas dentro y fuera del autobús chocaban haciendo posible el efecto.
No tomo el tiempo en que se tardó en llegar, un mal movimiento, para ser sincera consigo misma se había quedado dormida en el trayecto y con la suerte de que su universidad era la última parada; si no era por eso era muy probable que se hubiera quedado el primer día sin clases, o era muy posible que llegara tarde. Cuando fijo lo más que pudo, por haber despertado en ese mismo instante, se sorprendió al saber que era la última que quedaba en el autobús.
Bajo del autobús, agradeciendo que aún estuviera en la parada y con un poco más de suerte nadie se dio cuenta de su horrible error de quedarse dormida. Pero nada era perfecto cuando termino de bajar el último escalón comenzaron a reírse de ella unos cuantos estudiantes, los mismos que ella había visto cuando subió al transporte, así que con toda la pena que podía cargar una recién despertada corrió hacia la entrada de la universidad mientras las risotadas de los chicos la seguían detrás como un eco dentro de su propia mente, era muy posible que por ese día aquel hecho le atormentaría. No sabía cuánto.
Al momento de pasar el arco principal de la escuela sus ojos se maravillaron con lo que pudo encontrar, sus pupilas se ensancharon al punto de que parecía que siempre se quedarían así; podría jurar que en su vida estuvo usando mal sus ojos al no apreciar la magnificencia de cada lugar que visitaba porque si todos los lugares a los que solía ir día a día o inclusive a los que dejo de ir, eran como aquel lugar que se presentaba a su vista en dicho momento se perdía uno de los placeres visuales de la vida.
La estructura contenía una combinación increíble de un arte neoclásico con algunos detalles que parecían ser de la época del rococó o incluso del arte clásico, los colores no solo hacían que la luz se reflejarán en ellos dejando a la vista un jardín de estos, logrando un efecto brillante cálido y además que se emanaba un sentir de paz y creatividad, posiblemente si te quedabas mirando durante mucho tiempo únicamente un pequeño pedazo del techo te comenzarías a hundir y remontar a la época que fue hecho.
Los pilares bajaban con una sutil elegancia que te decían de una manera delicada e inconsciente que esa desde entonces se volvería tu casa, tu santuario y así como este lugar era importante para ti, por alguna extraña razón tu serias también importante para dicho lugar.
En ese momento el destino parecía estar a su favor pues nadie la empujó, ni le hizo otro tipo de acción mala; una sonrisa tan grande como se podía surco la cara de Mia y con paso decidido se dirigió al aula que le correspondía para tomar su primer clase, de su primer año, aquel que marcaba el inicio de una nueva vida.
Al llegar al salón observó con un poco de desagrado que ya se habían comenzado a formar los grupos que perdurarían todo el año, o al menos eso es lo que pasaba en la mayoría de las ocasiones, si tenía suerte no compartiría todas las materias con las personas que se encontraban en ese momento en el salón, ya que tenía un poco conocimiento de antemano sobre cómo funcionaban los horarios compartidos.
Analizaba lentamente la situación había cinco grupos y muchos asientos vacíos aun, esperaba que los que comenzaran a llegar no se clasificaran por si solos era también posible que ella misma no fuera la única fuera del molde, por lo que podía observar los grupos ya formados eran, los populares, los frikis, los atletas, los hippies y los cerebritos.
Mia buscaba un lugar alejado de una manera moderada de todos los grupitos, su meta se culminó al haberse alejado de los estereotipos como para que entrara otra vez y cayera en la trampa de la sociedad y el triángulo estudiantil desde el primer día en su primera clase e incluso antes de que esta comenzara de una forma oficial, pues el maestro aun no llegaba; algunas miradas curiosas se dirigieron hacia ella en el momento en que tomó su asiento, uno que en definitiva la saco del cuadro e hizo que sus compañeros soltaran un pequeño ruido que parecía una extraña sorpresa, la chica que acababa de llegar se sentó en un punto que podía decirse que era simétrico, escogió el puesto que estaba en el espacio exacto que marcaba el centro de toda la clase.
No estaba en los asientos que se encontraban en la parte delantera de la clase como una cerebrito, ni en la parte intermedia pegada a la ventana como lo hacen los atletas para ver la cancha en donde prefieren pasar la mayoría de su tiempo, tampoco se encontraba en la parte intermedia pero pegada a la puerta, como la mayoría de los populares, estos solían sentarse en esos espacios para que al salir los demás todos pudieran observar como a pesar de cualquier cosa, los chicos perfectos siempre lo serian, al menos físicamente; mucho menos estaba en los asientos de la parte posterior del salón en la parte izquierda casi siempre están los que prefieren hablar entre ellos y como pueden molestar a las demás personas que poner atención a la clase presentada, en el punto intermedio de la parte posterior estaban los que prefieren escuchar música a hacer algo más y al final estaban los solitarios quienes en su mayoría se sentaban junto a la ventana en la última fila de todo el salón si es que era posible, Mia no estaba en nada, muchos pensarían que si no se alcanza lugar, pues este ya te fue ganado es cuando decides tomar el asiento que quede libre, justamente el cuadrado perfecto de los 6 asientos medios de toda la clase.
Así que habiendo tantos espacios libres en ese momento, era demasiado cuestionable la acción de la chica que estaba en el punto más neutral de todo el salón; su actitud llamo la atención de todos y cada uno de los presentes del salón, algunos pensaron y anotaron como si fuera un logro "Hacer que la chica nueva este en nuestro grupo" unos de manera más sutil que otros, pero al final era el mismo fin, era muy posible que algunos de ellos lo vieran como una meta que les daría un poco de poder sobre los chicos de esa clase, los pensamientos de algunas personas eran de verdad escalofriantes.
Una persona de cada uno de los grupos formados se acercó al asiento se Mia, eran tres mujeres y dos hombres, Mia esperaba que eso no tardara tanto, por lo general las personas eran muy ostentosas o fastidiosas cuando querían que alguien pasara la mayor parte de su tiempo con ellos.
- Un gusto soy Sarahi - una muchacha de cabellos castaños, unos ojos del mismo color que su pelo y unos labios de un grueso más allá del normal; se presentó de manera inmediata ante Mia, se notaba que había caminado rápido para llegar primera, la ropa que la chica llevaba, chaqueta de color roja, con unos jeans ajustados y una blusa amarilla que combinaba muy bien con sus balerinas azules; no había que mirarla mucho para saber que era una de aquellas populares.
- Es un gusto que alguien como tu llegue a la escuela - cuando los demás llegaron a su lado además de lamentarse el hecho de no haber podido hablar en primera instancia con la chica diferente, todos incluso Mia se preguntaban "¿Una persona como ella? A qué demonios se refería aquella chica".
- Si claro un placer, mi nombre es Mia - ella no quería ser grosera con nadie, esa de hecho no era su verdadera intención, pero también le molesto un poco el tono utilizado hacia su persona, como si ella fuera un concurso o un trofeo que les daría algo a los demás "Hipócrita" llego a pensar.
- No es por parecer grosera pero me interesaría saber, ¿a qué te refieres con el concepto "una persona como tú"? - comento Mia mientras hacía comas imaginarias con sus manos.
Vaya la muchacha que tenían delante también tenía los mismos pensamientos y es que Sarahi era una chica si no era que se podía considerar astuta, podrían algunos describirla como embustera, era conocida por querer meter ideas en las personas de una manera diferente a como debían ser transmitidas, la chica era una completa manipuladora, pero lo que era mas que evidente fue que la cara de Sarahi por un momento dejo la tranquilidad que siempre la acompañaba deshaciéndose en una mueca un poco desagradable, los chicos jamás llegaron a pensar que la compostura de la chica popular que señalaba de ser perfecta en las cosas que iban relacionadas a los halagos se encontrara en este momento de tal manera; vaya que en la nueva había más de solo una sorpresa.
- Ya sabes alguien con tus cualidades, tus habilidades y tipo de personalidad - trato de arreglar Sarahi, llevaba años con el mismo juego, era muy difícil que las personas no cayeran en el juego que ella misma había creado, esperaba la típica reacción de las chicas más banales "¿Una persona como yo?" eso las hacía sentir especial, sin explicaciones, jamás y aunque odiaba admitir que aquella chica logro sacar una pequeña explicación de su banal afirmación, parecía no conforme con la respuesta dada, Sarahi sudo frio pensando que su plan había fallado y por dicho motivo solo pudo torcer una sonrisa, aún se negaba a dejarse ganar por algún otro.
- Pero si apenas eh llegado, no creo que eso sea suficiente para que sepas que tipo de persona soy, más bien primero tendrías que tratar de conocerme un poco - a los demás les dejo sin habla y en lo personal a Sarahi, quien dejo un rostro serio y de un momento a otro vio de reojo a sus amigas, si perdía esto la sacarían del grupo de las personas populares a menos que ninguno de los demás ineptos pudiera tampoco convencer a la chica de unirse a ellos por el momento solo le quedaba retractarse y esperar su siguiente oportunidad. Mia por otra parte se sentía molesta ya que se daba cuenta de las trampas de la chica y es que, cualquiera que conociera o que viviera su situación ya habría caído a los pies de la chica y es que Mia conocía de más el sentimiento de querer ser contemplada o reconocida aunque sea por un solo instante; pero lo que Mia buscaba era amigos que no siguieran un patrón y que quisieran seguir en una amistad sincera y no de conveniencia, así que hizo que el juego y la máscara de la primera chica que se le encaro, cayera.
- Claro tienes razón, soy un poco despistada, eres demasiado lista, eso es una hermosa cualidad - trato de alagar Sarahi, pero Mia estaba decidida y con aquella disculpa ante el cumplido que acababa de soltar la chica popular regreso a su grupo mientras los demás la miraban con desaprobación aún como diciendo "No podemos creer que hayas fallado" Sarahi se prometió a si misma que haría caer a la chica nueva en sus redes costara lo que costara.
Los demás se quedaron en un pequeño momento de shock, habían visto no solo a una Sarahi humillada, sino también una oportunidad con la chica nueva y un tipo de personalidad que era algo que no habían visto, era diferente, de una manera genial.
- Hola mi nombre es Karen - una chica de cabello de destellos anaranjados y unos ojos color marrón claro se presentó de manera sumamente respetuosa, a Mia le pareció una chica amable; si la miraba bien por su vestimenta la cual consistía en un pantalón un tanto holgado de color violeta, una blusa roja con cuatro margaritas en un jarrón en el centro de la blusa, un colgante de estrellas y un suéter abierto de lana color uva, lo cual le daba una linda combinación a la chica, cuando subió su vista hacia su cara en la enorme sonrisa que trato de mostrar Karen, Mia pudo divisar unos pequeños braquets, posiblemente comenzara con su tratamiento.
- Yo soy Mia, es todo un placer Karen - la muchacha parecía complacida por el pequeño avance que había hecho, al menos era mayor al de su primer compañera.
- Me preguntaba si querrías pasar un rato en compañía de mis amigos - Mia diviso el grupo que Karen señalaba, todos en la primera fila y tratando de buscar el mejor ángulo de sonido para escuchar al maestro, no es que a Mia le haya desagradado la idea, pero para ser completamente sincera aunque parecían chicos un poco adorables también se jactarían por tenerla en su grupo, o la encuadrarían.
- Me encantaría Karen - contesto con una sonrisa Mia, Karen tenia las de ganar así que ensancho su boca - Pero - esa palabra heló las emociones de la que quería ganar su amistad -La verdad es que me gustaría...- las palabras quedaron en el aire, Karen maquino de una forma u otra conseguir la aprobación de la chica así que mientras esta hablaba Karen no puso mucha atención y se atrevió a decir antes de que Mia concluyera con la cosa que diría.
- Por supuesto que podríamos hacer tus tareas, trabajos y explicar las cosas que no entiendas, además que podríamos conseguir favores con los maestros ya que nos tienen mucha estima - comento la peli-naranja un poco nerviosa, mientras que la que se encontraba frente a ella solo frunció el ceño y dejo soltó un suspiro rendido, ahí iba el encuadre de la chica a la cual tienes que mimar para conseguir amistad, o en todo caso que se volviera tan lista como ellos, Mia aceptaba a que todos tenían habilidades diferentes no debían por que decir que todos los chicos listos debían saber lo mismo, el suspiro se malinterpreto por todas las personas que estaban ahí, incluida la persona de la propuesta.
- Así que ¿qué opinas? - los pensamientos de Karen eran un manojo de nervios.
Mia pensaba en cambio "No gracias, esperaría que no pensaran que necesito abusar de alguien para dar algo a cambio".
- Temo que tendré que rechazarte, lo lamento - los rostros de todos se quedaron sorprendidos y aliviados mientras que Karen parecía palidecer por las palabras escuchadas, nunca pensó que alguien rechazaría dicha invitación.
- No me gusta que las personas quieran, 1 aprovecharse de los demás, 2 que las personas por verme así crean que soy una verdadera inútil y que necesito de alguien para poder lograr una buena calificación - comento mientras enumeraba con sus dedos Mia a la vista de todos además de que su voz se había vuelto fría y sus ojos calculadores miraban de manera fija a Karen quien solo sintió que debía disculparse.
- Por supuesto, lamento haberte hecho creer que pensaba eso de ti - la chica salió de ahí antes de que sintiera como la mirada de la chica nueva penetraba hasta su misma alma dejándole en claro que no era manipulable y mucho menos inútil, era inteligente y creía en las diferencias, Karen paso de largo de su grupo para ir al baño, sentía aun los ojos de la muchacha seguirla hasta la salida aquel sentimiento de sufrimiento amargo, aquel que le hacía recordar el cómo se deberían sentir los demás cuando ella y sus amigos los denigraban en secreto, a sus espaldas por no tener la suficiente inteligencia para entender algo que era sumamente fácil para ellos, lo que transmitió aquella mirada le revolvió el estómago, quizá debería considerar cambiar sus pensamientos y necesitaba de manera urgente sacar el sentimiento, tal vez algo guardado por tanto tiempo lograba que este se transmitiera con más potencia.
Todos los presentes del salón se sorprendieron cuando Karen paso de largo al pasillo, no sabían que era lo que pasaba, una de sus amigas la siguió preocupándose por ella, unos se reían de la actitud tomada por el pequeño peso de las palabras que había soltado la chica, aunque ellos también se sorprendieron cuando ella misma le expuso los motivos por los cuales le rechazaba, la chica cada vez se estaba haciendo más y más interesante. Las tres personas restantes anotaron de forma mental el ir con cuidado y no en un camino caudaloso ante las palabras que le dirían a la chica que querían en su grupo, no sabían que tan astuta terminaría siendo.
La próxima chica se acercó con mayor cuidado a Mia, ya sabía su nombre, esta misma se los dijo a las dos chicas que se presentaron en un momento anterior a ella, aun así esta temblaba ante el hecho de no solo ser rechazada, si no que a pesar de ser unas respuestas muy coherentes las que exponía Mia ante las situaciones, terminaba humillando sin intención los esfuerzos de las chicas para tratar de acercarse, era probable que en realidad la chica fuera alguien con barreras; pero todas las barreras caen, pensó Gina.
- Mi nombre es Gina, querida Mia es un placer que te podamos tener la ocasión de compartir clase - Mia sonrió y tomo la mano que la chica le ofrecía, era una muchacha de una altura un poco pequeña, la chica parecía medir 150 centímetros de altura, su tez era morena como un chocolate claro apenas tostada, sus ojos eran de un color avellana, Mia debía admitir que era una chica muy bella y su sentido de la moda también estaba encaminado al grupo en el cual se encontraba encuadrada, Gina era una chica emo, se veía en sus muñequeras y muñecas con cicatrices que parecía que no se veían o que tal vez habían sido por algún tipo de aceptación social, un suéter morado fuerte de cuello de tortuga y mangas de tres cuartos y unos jeans de color negro, posiblemente la chica planeara cortarse el cabello muy pronto y decolorarlo como todos en su grupo según pudo darse cuenta Mia.
- Un gusto Gina, tu saludo es muy amable - a Mia de hecho no le gustaba mucho la atención que se le prestaba, si quería tener amigos, pero después de un poco de tiempo para que la pudieran conocer jamás se imaginó tal tipo de atención.
- Es un placer, yo también quería hacerte la invitación de pasar tiempo con mis amigos, por supuesto si no te molesta - el ultimo comentario hizo pensar un poco a Mia, no solo fue una invitación si no que ahora era también si ella decidía o no; Gina sudaba frio, llego a pensar que habría hecho todo para nada, no quería que la echaran de otro grupo, ya estaba muy adelantada y lejos para que alguien lo arruinara, pero al ser la que menos tiempo llevaba con el grupo, ya que este se formó en el colegio elemental fue a la que enviaron, de hecho se fue a la misma universidad solo por no quedar sola, y su gesto se deformo tanto de la presión ejercida y de los pensamientos formados que no pudo mantener la mascareta ante Mia.
- Me parece una buena idea, claro si es que tu no estas - Mia sabia diferenciar las mentiras tejidas por los tipos de personas y esa chica necesitaba ayuda, a Gina se le seco la garganta y sus ojos vagaron desde sus amigos a la chica delante de ella sus amigos la miraban penetrantes "Acepta no tienes opción, ¿quieres ser aun nuestra amiga no?". Si aceptaba ella también se quedaba sin amigos ya que la chica se quedaría todo el tiempo con sus propios amigos, mientras Gina estaba vacilante y pensativa fue la luz verde de Mia.
- ¿Enserio pensaste que diría algo así? O en todo caso ¿tu aceptarías algo como eso? - Gina la miro directo a los ojos y en ese preciso momento se dio cuenta de que no mentía, ella no era ese tipo de personas, mientras tanto Mia veía a los supuestos amigos de Gina quienes a pesar de todo tenían la mirada que obligaba a Gina a aceptar cualquier condición mientras que ella se juntara con ellos.
- Así que, eres de las chicas que hace de todo para ser aceptada - Gina comenzó a deformar su gesto hasta uno de horror, no sabía que decir.
- Vaya no pensé que enserio fueras una de esas personas, solía pensar que las personas que eran parecidas a ti no necesitaban encuadres, a puesto que ni siquiera querías venir a esta universidad - el gesto de Gina se iba deformando cada vez y tuvo que poner un esfuerzo hercúleo para no gritar y salir corriendo de ahí.
- Deberías seguir tus instintos y no lo que digan únicamente los que dicen ser tus amigos, tu eres más importante y fuerte que eso - ahora Gina comenzó a llorar, nadie le había dicho la verdad que ella misma se ocultaba y era también un poco reconfortante oírla pero así como la reconfortaba la destruía no lo había aceptado durante tanto y hasta de ella misma termino ocultando dicha verdad que no tenía idea de cómo debía actuar sus rodillas flaquearon, su maquillaje se corrió y sin fuerzas de voluntad se desplomo.
Mia salió de su lugar tomo los brazos de Gina y le susurro de manera suave un pequeño animo a sus propias metas. Después de que Gina viera directo a aquellos ojos, los ojos de Mia, esos que veían la verdad de todos incluso en las tinieblas, se levantó, regreso a donde estaban sus amigos tomo sus cosas sin poner una verdadera atención ante las pequeñas quejas relacionadas ante su actitud, regreso con Mia susurro un "Gracias" y salió del salón, Mia tenía la seguridad de que se iría ahora a la universidad que la chica hubiera querido desde un principio.
Mia regreso de manera calmada a su lugar, mientras los demás no decían nada; los ojos de la chica viajaron a los últimos dos varones que se encontraban frente a ella, Mia reflexiono y miro a su periferia, faltaban los representantes del grupo de "Los Frikis" y de "Los Atletas" suspiro, y descanso su mentón en su mano, mientras se perdía un rato en sus pensamientos mientras los demás decidían salir de sus propias cavilaciones por la actitud de Gina.
"Me quedare sola y sin amigos durante toda mi Universidad" se comenzó a reprimir en su mente Mia, mientras que el chico de los Frikis tomaba asiento frente a ella.
- Mi nombre es Jasón, ¿Mia cierto? - la chica al escuchar su nombre puso atención a la situación que se desarrollaba frente a ella, dejando sus cavilaciones de lado, el chico tenía el cabello peinado en punta, muy corto así que no se veía exagerado, de color negro, unos ojos de un profundo color índigo, era algo extraño pero bueno los genes podían hacer maravillas; su vestimenta era un chaleco gris plata, además de una playera que era conjunto de su pantalón e incluso sus zapatos, con verlo un poco más Mia se dio cuenta de que Jasón llevaba la vestimenta característica del personaje principal de Kingdom Hearts.
- Un placer Jasón - la chica sonrió y los pensamientos del chico viajaron a los planes para convencer a la chica, en realidad no sabía que decir y no tenía ni idea de que era lo que podía ofrecer, pero el primer paso era invitarla.
- Me estaba preguntando Mia - comenzó Jasón demostrando confianza y comodidad en la conversación para ambos.
- Si es que de casualidad, tu quisieras acompañarme a mí y a mis amigos a pasar un rato para conocernos entre todos - tras esas palabras Jasón solo sonrió, sabía que no estaba yendo por un camino caudaloso y era una conversación la cual pudo manipular a su favor sin que se viera nada más que una pequeña invitación.
- O por supuesto, sería un verdadero placer, pero...- de manera recurrente estaba la condición o la disyuntiva de la chica hacía alguna parte de la propuesta. Jasón se limitó a esperar, no era tan tonto como para no ver la trampa de la chica.
- Me gustaría saber si también puedo pasar tiempo con mis demás compañeros y amigos a los cuales me gustaría acompañar - el chico hizo una pequeña mueca, logrando que Mia diera en el punto débil de su mascareta.
"Te atrape" pensó con astucia la chica, era algo que podía hacer de manera fácil si sabía mover sus cartas.
- Amm...la verdad me gustaría que primero nos conocieras más a nosotros antes de tomar una decisión muy apresurada sobre pasar más tiempo con las personas que tenemos alrededor y es que siendo sincero no son - miro a todos lados y se acercó de manera lenta hacia el odio de la chica para susurrar la última parte de su mensaje.
- Buenas personas, ya lo comprobaste con algunas de ellas - Jasón sonrió pensando que lo había conseguido; "Mala estrategia" pensó en cambio la chica.
- Si pero solo fueron tres de todas las personas de este salón e incluso de la escuela, me gusta la idea de conocernos, sin embargo creo que no puedo encuadrar a todos de iguales solo por tres chicas - Mia sonrió ante la mirada incrédula que le daba Jasón, quien comenzó a tartamudear sin ninguna coherencia después del comentario.
- En tal caso de que tú y tus amigos piensen de dicha manera creo que tendré que declinar la oferta ofrecida así que gracias, pero no gracias Jasón - Mia sonrió cerrando sus ojos los cuales lograron hacer unos perfectos semi-círculos.
Jasón solo se quedó callado pues no podía hacer una oración completa que sonara coherente así que fue con su grupo y no dijo más.
Cuando termino el pequeño intento de invitación a Mia por parte de Jason, el ultimo chico que quedaba de nombre Matt comenzó a reírse de una manera un poco escandalosa, Mia lo miro interrogante por la actitud tomada por el chico, mientras que las personas de su grupo veían al su amigo con los pensamientos de "La queremos en nuestro grupo, no que te crea un payaso" seguramente también tenían el pensamiento de "¿porque rayos comenzaste a reír como un verdadero loco?" pero Matt parecía no reparar en dichas acciones, solo sabía que en su situación actual, solo le quedaba ser el mismo.
"¿Qué importa que no me acepte?, al menos podría hacerle ver quién soy yo". Esos eran los pensamientos que inundaban la cabeza de Matt, de un momento a otro la risa de Matt era tan contagiosa que Mia comenzó a reír también y rio de manera tan escandalosa junto con el chico que todos miraban como aquellos dos solo hacían lo que fuera para recuperar el aire perdido solamente para seguir riendo, hace tiempo que ninguno de los dos reía así y se sentía muy bien, el sacar una risa de esa manera era un pequeño placer que habían perdido hace tiempo. Matt no había reído desde la primera "humillación" ya que se le hacía de mala cortesía pero a todos les dijo sus verdades así que no lo pudo retener por mas tiempo.
Cuando los ánimos comenzaron a bajar Mia miro inquisitiva al chico, Matt sabía que ella esperaba una respuesta ante la actitud que acababa de tomar y que al mismo tiempo termino contagiándola, el chico entendiendo el mensaje silencioso que parecían mandar esos ojos expresivos, se dio cuenta de que el sentimiento de incógnita que debía estar en Mia se contagió a Matt solo con una mirada, eso significaba que la chica era un sentimiento puro, eso le sorprendió al muchacho, aquella chica era pura en toda su personalidad, no había ni una pizca de falsedad o un secreto que guardara acerca de cómo era ella, tenía un conocimiento profundo de quien era y eso la hacía ser sincera con los demás acerca de quién y como era ella, también sobre lo que pensaba de ellos, por eso logro tales resultados con los demás.
- ¿Debería disculparme por el tipo de risa que tengo? - comento Matt mientras rascaba su nuca un poco nervioso de la respuesta que sería proporcionada por la persona frente a él. Mia saco otra carcajada pero leve y que duro muy poco.
- Para nada, para nada - dijo abanicando su mano en signo negativo, - Me gustaría sin embargo saber más el por qué comenzaste a reír, ¿no te molesta verdad? - Matt también negó levemente.
- En absoluto, sobre mi actitud, lo lamento bueno en realidad no por que disfrute mucho lo que hiciste, porque es cierto que las personas no ven más allá de una apariencia física y algunas habilidades, pero fuera de eso creen que ya saben de la persona por verla de una forma o manera superficial y solo dan un encuadre a través de un sistema escolar de estereotipos, tu sin embargo pareces una chica que se encuentra de una forma completa fuera de cualquier molde y me dio risa que ellos no se dieran cuenta de ello y que trataran de encuadrarte solo para un tipo de satisfacción personal pensando que ganarían el favor de tu amistad con decirte palabras lindas o halagarte un poco - la confesión de Matt dejo un poco en shock a Mia, mientras él sonreía complacido ante lo que dijo, no se había equivocado era una verdad el que se pudiera abrir con la chica que estaba delante de él y eso lo alegraba de una manera que no era fácil de describir, pero podía asegurar que con ello se iba a poder liberar un poco, sentía como las alas de su verdadera personalidad se abrían ante las acciones de Mia.
- Intuitivo, ¿verdad? - Matt solo asintió con un poco de nerviosismo y eso hizo que Mia se acercara con su banca un poco más a la del muchacho.
- Es algo lindo, me imagino que has querido ¿animarme?, digo es que es un discurso poco habitual, y no solo es por la intuición que le acompaña, por lo que me pregunto tal vez ¿algo más? - la energía de Matt hacia que Mia, no viera una mascareta, por lo cual tenía que conocer al chico que estaba frente a ella, por lo que se sentía plena al saber que podría ser su amigo.
- Algo así - la chica observo mejor a Matt, su cabello azabache combinaba perfectamente con sus ojos canelas, sus pequeños lunares casi imperceptibles y los risos de su cabello, los cuales solo se notaban en ciertas puntas de su cabello, su ropa era de atención una suntuosa chamarra, tipo chaqueta de color anaranjado combinado con un morado uva, cerraba en un cierre blanco combinado con aguamarina, esta cubría una playera con el numero 14 bordado en la parte superior derecha del pecho de la misma, la cual se podía ver gracias a que su chaqueta estaba abierta, traía unos pants, los indicados para la batalla en el campo de entrenamiento.
- En realidad mi objetivo era el hacerte sentir cómoda o al menos un poco aceptada después de todas las presentaciones que tuviste que ¿soportar? - ambos volvieron a reír de manera escandalosa. Todos a su alrededor los miraba atentos, no habían despegado sus ojos de ellos, todos querían saber que era lo que iba a pasar de ahora en adelante.
- Yo las clasificaría más bien como un desenmascare - comento Mia como si fuera lo más normal del mundo, hasta que reparo en un detalle importante, no sabía el nombre de su compañero.
- O dios mío - comenzó en un tono de arrepentimiento el cual hizo dudar a todos sobre el tono con el que salían dichas palabras.
- Perdona mi descortesía, me sentía tan cómoda hablando contigo que he olvidado preguntar tu nombre, ¿podrías perdonarme? - la chica hizo un ademán un poco exagerado a ojos de los demás, pero un poco cómico a los ojos de Matt y es que comprendía que la chica confiaba en el para tener un amigo por lo cual se había disculpado de manera efusiva y con tanto sentimiento.
- A decir verdad yo también, antes de cualquier cosa cuando comienza a hablar con un desconocido, ambos se presentan y tú ya lo habías hecho muchas veces Mia - Matt regalo a la chica frente a él un sonrisa amable y de consuelo que hizo que esta reaccionara con un leve sonrojo y un asentimiento de cabeza; se sentía avergonzada "Tonta, tonta, tonta" se reprendía Mia en su mente.
- Mi nombre es Matt y es un placer el conocerte - Mia sonrió agradecida y tomo alegre la mano que le ofrecía su nuevo amigo.
- El placer es todo mío - la muchacha sonrió de la manera más sincera posible ante los ojos de Matt y antes de poder decir una palabra más el maestro de la materia asignada a la primera hora del día, de hecho era raro que no hubiera aparecido antes, ya que a todos las presentaciones con la chica nueva habían durado eternidades, aunque si todos hubieran tomado el tiempo se hubieran dado cuenta de que solo habían pasado diez minutos desde que la chica que le dio vuelta al juego había entrado por aquella misma puerta por la que entraba el profesor.
- Buenos días jóvenes - el maestro había llegado al escritorio frente a todos sus alumnos, los cuales tomaron asiento, Matt en vez de volver con su grupo decidió quedarse al lado de Mia.
- Soy el profesor Carlos y seré quien imparta la carrera de artes aplicadas - comenzó aquel hombre, de porte elegante aun con el tipo de ropa que llevaba, camiseta de cuadros roja con las mangas recogidas hasta el codo y unos vaqueros gastados; muy a pesar de eso imponía presencia nadie lo negaría y con esas palabras firmaron su compromiso con su carrera.
Al terminar esa clase Matt se acercó de manera amistosa a Mia la cual no le negó dicha acción.
- Entonces ¿tu horario que dice? - comento el chico con curiosidad quería saber si compartiría clases con su nueva amiga.
- Mmm...según esto tengo Dialectos, ¿qué te toca a ti? - en la mención de su próxima materia la chica se había quedado un poco pensativa, era raro que en su carrera de literata hubiera dialectos, aunque no se quejaba.
- Mala suerte para mí, me toca Artes Plásticas - dijo Matt soltando un suspiro, ambos se miraron un segundo y una pequeña idea paso de manera fugaz pero decidieron hacer caso a ese pequeño pensamiento intercambiaron su horario y tomaron una foto para después checarlo con el propio.
Ambos se decepcionaron al saber que compartían solo la primera hora y únicamente ese día; pero se alegraron al saber que diario después del almuerzo tenían todas sus horas juntas, se despidieron ya que si no llegarían tarde a la siguiente clase.
Ambos pasaron el umbral de la siguiente puerta pero no hicieron mucho más que mirar a su alrededor.
Matt de manera automática se sentó con sus nuevos amigos de cancha, después de todo debía pasar tiempo con los próximos conformantes de los equipos estudiantiles a los cuales quería entrar.
Mientras que con Mia se repitió un poco lo de sentarse en el centro, a todos sorprendió esta acción, pero la chica permaneció inmutable ante las miradas de todos, especialmente de algunas personas con las cuales tuvo que compartir clase en la hora pasada.
En lo que ahora descansaba la atención de Mia era en una chica de cabello de ébano, trenzado hasta la cintura, con una diadema morada agarrando su flequillo; lentes rectangulares con marcos rojos, que tenía un suéter holgado abierto que llegaba hasta su rodilla, el cual estaba trenzado en lana de la paleta del color café, la cual había llegado poco después de ella. Estaba situada frente a ella, tres lugares adelante, coronando el punto medio de la primera fila; sin embargo nadie más la acompañaba, y como parecía que no faltaban, el grupo de las chicas populares se acercaron amenazantes ante la chica, Mia hirvió en su propio lugar y dejo atrás todo para enfrentarse a esas aprovechadas.
La chica de lentes rojos, mejor conocida como Beth estaba totalmente tranquila, la verdad es que cuando había cruzado las puertas de la universidad su determinación había flaqueado un poco pensando en que quizá ese lugar había sido demasiado para ella, pero no desistió y ahora ya se encontraba en su segunda clase, aunque en na soledad un poco agobiante, además de que los chicos de la primera hora se habían dado cuenta de que era del grupo de los cerebritos y lanzaron una que otra advertencia en su persona, a pesar de todo ello Beth trataba de estar calmada y positiva viendo el lado bueno de las cosas era que de manera probable encontrara un amigo o una amiga en medio de todo el barrio de bravucones que se aglomeraban a su alrededor, sería un año difícil era más que claro, lloro en su mente por aquello, ella esperaba que aquel fuera su año.
"Me quedare más sólita que cuando mi tía quiere bailar la Macarena* en las fiestas familiares" el suspiro de Beth sonó en el mismo momento en el que las chicas populares terminaron de cerrar el círculo entrono a su lugar, circulo el cual no percibió la chica.
Para cuando Beth subió su mirada se encontraba rodeada, sus pensamientos luchaban con su situación actual "No quiero ser la cena, parezco acorralada como puerco para carnitas*" pero antes de que pudiera seguir pensando algo más la mano que se posó en su paleta y la voz que salía amenazadora de una de las que la rodeaban hicieron que se centrara en su problema.
- Vaya cosas que nos encontramos, ¿no lo creen así chicas? - dijo Sarahi, la misma chica que había intentado convencer a Mia de unirse a ellas; las chicas corearon una risotada grupal que termino tan rápido como comenzó.
- ¿Es que acaso trataras de halagarla o en cuyo caso amenazarla para que te sirva Sarahi? - comento al aire Mia sabiendo que la chica no la había olvidado al haber hablado hace poco con ella; todos los interesados y las chicas populares se centraron en la batalla que se desencadenaría.
- ¿Y tú ahora de chica desinteresada pasaste a defensora de todo el que se te pone enfrente? - contraataco con veneno en cada palabra Sarahi.
- En realidad no me gusta ver que las personas que solo manipulan a los demás se aprovechen de aquellos que aparentan no tener la suficiente fuerza para contraatacar - dijo con astucia Mia aunque con una pequeña trampa en su propio argumento.
- Si enserio tuviera la capacidad de enfrentar esto, ¿por qué necesitaría tu ayuda? - Sarahi formula dicha pregunta con la esperanza de tener la guerra de comentarios ganada, ya que era obvio que no había un argumento que tuviera la otra chica para mejorar su situación.
"Te tengo justo donde quería niña, no habrá nada que puedas hacer contra la bomba que acabo de soltar en tu contra, tal vez así puedas considerar el rendirte ante nosotros" ante ese pensamiento Sarahi se convenció de que había ganado la batalla.
- No creo que pueda contra unas montoneras seis contra una es un golpe demasiado bajo, creo que hasta para ti, espera en realidad no lo es ya que es lo que estás haciendo; ¿o es que no es verdad? - comento Mia con un falso tono de decepción y obviedad mientras veía triunfante a Sarahi.
"Maldita niñata lista, me hiciste caer en una trampa ya puesta" Sarahi gruño en voz baja y vio a sus "amigas" mientras estas solo se alejaban unos cuantos pasos del lugar de Beth para romper el círculo como si fueran un niño pequeño que fue descubierto por sus padres en su primera travesura.
- Esto no se quedara así Mia - contesto con rencor la segunda al mando de las chicas populares, quien se había puesto roja; era una chica con cabello chocolate que llevaba exceso de maquillaje, tenía una torera brillosa roja cerrada, lo que impedía ver el color de la ombliguera que portaba y un conjunto de falda y mallas de colores fosforescentes chillones.
- Las cosas en la escuela funcionan de una manera tú no puedes llegar a querer cambiarlas solo porque no las entiendes, la nerd que proteges es la parte más baja de esta estructura, así que debe servir a los de arriba, nosotros; así que apártate chica rara - termino de decir mientras las demás solo podían callar, porque ella estaba por encima de todas ellas ya que la líder del grupo por el momento se encontraba en otra clase.
- Palabras fuertes para quien cree que ese sistema es lo único que manda, ¿has pensado que va a pasar cuando salgas de la escuela y ya no puedas vivir como la reina del baile solo por el dinero de tus padres o tu cara perfecta? - la chica se tensó mientras que Mia solo se quedaba con una cara de Pocker; pero si las miradas mataran era más que obvio que la chica ya se encontraría tres metros bajo tierra. Después de eso solo se retiraron lento del lugar, eso no se quedaría así.
Beth solo había sido testigo como una completa desconocida la defendía sin una razón que fuera negra, o en cuyo caso solo por utilizarla, tampoco se veía que fuera una excusa para pelear con las chicas que la estaban trataban de amenazarla; los motivos se veían claros, limpios, ella era como la amiga que estaba esperando encontrar en ese lugar.
Las personas que ponían atención a la pelea, le daban el gane a la chica que sabían que se llamaba Mia, se veía que tenía carácter; para Beth, Mia había llegado en un momento preciso, era como la persona que se le había mandado para cuidarla como todo un ángel se sentía tan afortunada, así que sus ojos debajo de sus gafas sus pupilas lanzaban estrellas al aire de lo agradecida que estaba, por lo que se atrevió a hablar con su salvadora.
- Emm...disculpa, ¿Mia cierto? - Beth se encontraba dudosa sobre el nombre que tenía la chica a pesar de escucharlo por parte de sus agresoras pero era mejor estar seguros a que cometiera el primer error con su nueva amiga, si es que no lo estaba cometiendo ya.
- A si es, ¿cuál es tu nombre? - Mia contesto con un tono parecido a la disculpa, la verdad estaba apenada por presentarse a la chica de esa manera pero los ojos de la contraria la miraban como si estos brillaran por la impresión, o quizá solo era su muy desarrollada imaginación.
- Mi nombre es Beth, gracias por lo que hiciste por mí, es muy lindo de tu parte considerando que soy una completa desconocida pero puedo decir que es algo lindo que a pesar de ello - comenzó a bajar su voz hasta que se concurrió en un murmullo, en donde salían palabras rápidas y atropelladas que solo tenían sentido para la chica y es que Beth tenía un pequeño problema porque se ponía a hablar demasiado cuando se emocionaba por lo que Mia decidió hacer algo para que la chica dejara de murmurar por lo bajo sin que se entendiera nada y se comunicara de una manera más tranquila.
- No te preocupes, no fue nada - contesto Mía con una sonrisa tranquila, esperaba que la chica se calmara se veía agradable, así que pensó que era una chica nueva que a pesar de ser la segunda hora no tenía aún amigos, eso presentaba la oportunidad de tener a otra persona, que no fuera de aquellos que tratan de sostener una imagen, dentro de su circulo social cercano.
Beth respiro profundo y calmo su ímpetu y su lengua, sonrió más tranquila; pudo entonces con calma le dio el agradecimiento apropiado a Mía.
- Pero esto realmente merita que te de las gracias, hoy en día no muchas personas son capaces de defender a un extraño - confeso con completa sinceridad, y es que era verdad que con cada día que pasaba la mentalidad social era algo como "si no lo haces tú nadie lo hará" cosa que dictaminaba que las cosas debías hacerlas solo y no preocuparte por los demás por que estos no se preocuparían por ti, cosa que algunas minorías no aceptaban pero no se podía hacer nada contra el pensamientos de masa.
- Bueno es cierto, ya no es tan común como antes, pero a pesar de todo aún quedamos personas que solo pedimos una cosa fundamental a cambio de ello - comento Mia mientras sonreía, la verdad es que lo que le pediría a Beth no sería lo primero que alguien pensara y menos en tan poco tiempo, pero si ya le había dado la oportunidad a otras personas pensaba que podía intentar una y otra vez hasta que diera con la verdadera esencia de cada uno de sus conocidos y mostrarles que al menos con ella podían desenvolverse y ser ellos mismos.
- ¿ A si ?, dime de que se trata - la actitud de Beth era muy despreocupada, la mirada de la chica con la que hablaba en realidad no tenía ningún tipo de malicia por lo que trataba de deducir que no le pediría nada malo o que estuviera dentro de los parámetros que significa denigrar a una persona o aprovecharse de ella como lo intentaban hacer las chicas que recién habían sido espantadas por aquella que estaba hablando con ella.
- Quiera que me otorgues tu amistad - durante unos cuantos segundos el silencio se apodero de ambas chicas y sus rostros tenían una expresión neutra que demostraba que una esperaba y la otra en realidad estaba controlando su lengua de nuevo.
- Supongo que me encantaría, si te conozco un poco más también dentro de lo que se debe saber de los amigos... y por dios lo estoy haciendo de nuevo - se escuso mientras su torpe lengua ya creaba un trabalenguas, debía pensar en un método para deshacerse del habla de más que siempre soltaba.
- Trata solo de pensar que estas hablando con un maestro - comento Mia con naturalidad, mientras Beth la veía sorprendida, era más que obvio que mientras se tratara de la escuela o de hablar con algún maestro su lengua obedecía todo lo que tenía planeado para decir, así que la verdad no era tan mala idea.
- Tienes razón, eso podría funcionar - Beth se sorprendía, por que la situación justo iba hacia ese lugar, era verdaderamente especial.
- Ven siéntate conmigo, así podríamos comenzar a conocernos - Mia le tendió la mano para que Beth la tomara, la chica indecisa a moverse de su lugar por lo que normalmente haría pensó en cambiar un poco sus hábitos y no solo por que la chica frente a ella le dijera, por que al parecer la chica le tendía la mano y significaba que podía rechazar o aceptar su oferta, pero podía cambiar de hábitos para probar algunas cosas diferentes después de todo sus calificaciones no bajarían solo por un lugar en el salón; además de que si consideraba la situación había pocos compañeros en el salón. Beth no contesto nada ya que en ese momento lo que fuera a hacer fue cortado por la maestra que se encontraba pasando la puerta en ese momento, todos los alumnos entonces se fueron a sus asientos y Mia se alejo de ella.
- Jóvenes mi nombre es Nora y soy su maestra de Dialectos, espero que podamos tener un gran año, ahora la clase comenzara con el significado de la materia y de los dialectos más hablados en el mundo - la maestra comenzó a platicar de que tratabala materia y hablo los dialectos que estudiaron prometiendo a la clase que saldrían de ahí sabiendo hablar de una manera fluida todos esos dialectos; en cuanto la clase termino Beth se acerco a Mia la cual estaba terminando de guardar sus cosas.
- Quisiera sentarme contigo si compartimos la próxima clase - fue lo primero que dijo en cuanto se acerco, esas palabras hicieron sonreír a la joven hacia las que eran dirigidas.
- Seria genial, vamos veamos que clase nos tocan - Mia sonrió leve y saco su horario para tener conocimiento de su próxima clase.
- Bien a mi me toca Redacción y gramática ¿qué hay de de ti Beth? - la chica tomo su brazo derecho y le sonrió mientras le llevaba a la salida.
- A mi también vamos rápido o nos ganaran los mejores lugares - su hablar era relajado pero emocionado, Mia estaba segura de una cosa, cuando crees conocer a las personas correctas para relacionarte o hacer amistad sueles abrirte muy rápido y confiar ciegamente en estas y al parecer un buen ejemplo era ella con Beth y Matt esperaba que a pesar de que pocos se harían de su circulo social cercano pudiera llevarse bien con sus otros compañeros.
Por su lado Beth estaba asegurando que las palabras que había leído en su confiable guía "Como hacer amigos" de Paul J. tenia varios puntos que se hacían realidad mientras descubría que la chica a la que arrastraba a su siguiente clase podría significar tener amigos de aquellos que te duraban toda la vida, aquellos que sabes que incluso si no se ven por un tiempo eso no importara por que son las personas indicadas.
Cuando lograron llegar a su salón estaba relativamente vació ya que algunas personas habían aprovechado para comprar algún refrigerio entre clases, además de que esa clase en especifico no era muy pedida a pesar de ser algo importante; por lo que pudieron escoger buenos asientos a la mitad de todo el salón. Una de las pocas chicas que ya estaban ahí les llamo la atención, tenía el pelo largo, llegaba debajo de la cintura, y tenía algunos chinos naturales en el; su falda de color rosa pastel le llegaba hasta los talones, calzaba unos huaraches de piel cafés, su blusa cruzada de cuello de tortuga y sin mangas era de un lila pastel, y tapaba sus brazos con un ligero chal de lana color miel. Esta persona acaparo la atención de ambas chicas por que tarareaba una canción clásica en un tono un poco alto, aunque sus audífonos de casco que eran del mismo color de su falda, obstaculizaban que escuchara otro sonido que no fuera el de la música sonando dentro de su cabeza.
- ¿Deberíamos decirle que esta tarareando muy fuerte? - pregunto con duda Beth al ver que Mia también se encargaba de ver a la chica con atención y curiosidad, pero su compañera negó suave con la cabeza.
- Su voz es melodiosa, además de que sabe llevar los tiempos de la música, aunque supongo que si no lo hacemos nosotros lo hará otra persona y puede que no se comporten tan buenos con ella - comento un poco pensativa Mia viendo como los pocos compañeros que ya se encontraban en el salón comenzaban a disgustarse con el volumen empleado por la cantante que estaba a un lado de la ventana. Beth por su parte estaba de acuerdo con Mia, así que ella sería quien amablemente le informaría a la chica de su situación además de que esos serían muy buenos ejercicios para poder hablar bien con las personas.
Beth se acerco de manera tranquila a la chica y toco su hombro con suavidad, para no exaltarle y para comenzar bien, suave, calmada, con paciencia y respeto.
- Disculpa, pero te encuentras tarareando la canción que escuchas en un volumen bastante alto, a mi compañera y a mi no nos importa mucho pero parece que a los demás compañeros les incomoda un poco - comento Beth mientras la chica quitaba sus audífonos y la veía con impresión, Beth pensó que había metido la pata pero la chica solo rasco su nuca en una señal de vergüenza.
- Como lo siento de verdad, no quería causar ningún problema, eso solo que en ocasiones la música te absorbe - contesto emocionada la muchacha mientras apagaba su reproductor para centrar su atención en la persona que le había avisado de su pequeño incidente.
- Se como se siente, no te preocupes - Beth sonrió amable y después se dispuso a volver con Mia pero la otra chica le retuvo un pequeño instante de la manga del suéter, lo que ocasiono que Beth de nuevo centrara su atención en ella.
- ¿Ocurre algo? - pregunto para que la chica se diera cuenta de que tenía su atención.
- Gracias por avisarme, las personas no suelen hacer eso - contesto con una sonrisa.
- No te preocupes, también fue idea de mi compañera,- termino de decir Beth mientras señalaba a Mia, lo que hizo que la muchacha se pusiera de pie y se acercara a los asientos de las dos chicas que querían conocerse para hacer amigas.
- Hola soy Mia es un verdadero placer, ella es Nell, me encanto tu interpretación de la 5ta sinfonía de Beethoven, es algo que disfrute escuchar - las mejillas de la chica se tiñeron de un dulce carmín por sentirse alagada, solo asintió y prosiguió a presentarse y evadir un poco el tema resaltando unos puntos acerca de su comentario.
- Bueno es un gusto conocerlas a ambas, mi nombre es Nell, y supongo que nos vamos a llevar muy bien, es genial poder encontrar amigas cultas y además que sean amables para que me hagan notar las cosas que puedo hacer y que incomodan a los demás - Nell se sentía verdaderamente apenada por que eso le sucedía a menudo pero las personas siempre le reprendían de una manera violenta y poco amable, así que aquellas chicas además de ser la excepción se veía que eran de verdad buenas personas.
- Bueno chicas no es por romper el encanto pero los profesores acaban de entrar - comento Beth ya que a pesar de su nuevo interés por los amigos no iba a dejar que sus calificaciones bajaran, las chicas no tuvieron problema con ello y prestaron atención a toda la clase para poder aprender lo más que se pudiese.
Cuando se termino la clase las tres chicas se encaminaron a la cafetería de la escuela ya que era el tiempo que les darían a los alumnos para que degustaran sus alimentos y una comida un poco fuerte, o completa, para que pudieran aguantar el ritmo de las clases que faltaban. En cuanto llegaron a la cafetería y después de tener en mano sus respectivos alimentos se encargaron de buscar una mesa para comer tranquilas, en el proceso Mia se encontró con Matt, quien estaba solo en una mesa tan y como había quedado con ella clases atrás, así que les pidió a las chicas que la acompañaran.
- Matt te presento a Beth y a Nell ellas son unas chicas que creo que te agradaran mucho - comento Mia completamente alegre por presentar a sus amigos y más en la hora del almuerzo.
- Hola un placer - comenzó por ofrecer su mano Beth la cual fue tomada por Matt, ambos se sonrieron y por saber que Mia fue quien los eligió como sus primeros amigos y ya que la chica era un poco peculiar en referente de como era y sus gustos estaba segura de que las cosas para ellos serían interesantes.
- Yo soy Nell, es genial poder conocer a otro amigo de Mia - agito su mano contenta era la primera vez que tenía tantos amigos en un solo día y se sentía muy feliz, aventuras y más les deparaba el destino.
- Es un placer para mi conocerles - se presentó Matt ante las muchachas que le presentaba su nueva amiga, sabía de antemano que Mia no aceptaba a gente falsa así que se sintió en la confianza de que las chicas ahí presentes no eran malas personas o con intenciones que no fueran el conocer a Mia.
Por otro lado Beth se dio cuenta de que Matt era de las personas atléticas, lo cual le emociono de cierta manera, tanto así que parecieran dibujarse unas pequeños destellos o estrellas en sus ojos al mirar con admiración a Matt, Nell se sentía atraída ante la moda de Matt, eran unas buenas combinaciones de paletas además de que parecía que se podían utilizar en cualquier ocasión, se llegó a cuestionar incluso si la sudadera del equipo combinaría con algún vestido lindo.
- Y bien, ¿qué les toca después de esta clase? - pregunto interesado Matt.
- Siendo sincera aún no he aprendido el horario - confeso Beth un poco avergonzada, los demás estaban en el mismo barco*, así que todos sacaron su horario para poder comparar las clases, a pesar de encontrarse en diferentes carreras todos compartían las mismas materias diario después del almuerzo, eso les daba tiempo entre clases de conocerse.
- Bueno entonces esta decidido - dijo Mia mientras sonreía de una manera satisfecha.
- ¿A qué te refieres exactamente? - pregunto un poco confundida Nell, aunque sospechaba levemente lo que podía pasar en la cabeza de la chica en ese momento, solo tenía una leve sospecha.
- Bueno pensaba que a pesar que a las primeras no coincidamos mucho, tenemos el almuerzo y las demás horas para poder estar juntos, así que podríamos juntarnos en el almuerzo cada día y de ahí ir al salón - comento Mia entusiasmada, los chicos rieron por que parecía que la chica tenía unas pequeñas estrellitas en sus ojos mientras les hablaba de su plan, les parecía tierno pero tampoco era una mala idea.
- Por mi si esta decidido - dijo Matt mientras le daba una mordida a su hamburguesa y un poco de mostaza se salia de sus comisuras, lo que causo una pequeña risa de las chicas, las cuales aumentaron cuando vieron que por verlas Matt había embarrado su nariz con la mostaza.
- Vaya Matt, supongo que tienes un poco de cara en tu mostaza - comento con gracia Nell, ya que era quien ya había parado de reír, mientras que Mia y Beth estaban tratando de tomar un poco de aire para hablar.
Matt tomo una servilleta y limpio su cara logrando que la mostaza desapareciera, y luego rió un poco antes de darle una mordida a su hamburguesa esta vez logrando que nada pasase; así que los chicos decidieron seguir con el almuerzo, la verdad era que Mia llevaba un almuerzo casero de su madre la cual se lo había preparado la noche anterior pero como eran alimentos fríos no le importo mucho comerlo así, Beth también comía un almuerzo casero solo que ella misma lo había preparado esa mañana, Nell en cambio, y al igual que Matt, había comprado en la cafetería de la escuela, el menú del día, era muy nutritivo y completo, pero un poco caro. La cocinera solía decir que prefería que las cosas fueran caras y de calidad a dar chatarra mal cocida por ahorrar un poco de dinero.
Cuando el descanso termino los cuatro se miraron para tomar todas sus cosas y encaminarse al salón designado, tomaron asientos juntos; pronto comenzaron a hablar un poco mientras el maestro se presentaba comentaban sus gustos y como es que coincidían en algunas series, por lo que comenzaron a reír con gracia mientras los demás los veían y pensaban que se trataba de un grupobastante peculiar.
Un atleta que prometía mucho aunque solo había estado algunas horas en la escuela; una chica que venía con excelencia académica y que con las pocas clases que había tenido se hizo de una pequeña reputación con los maestros y parecía la chica más inteligente que habían visto en un tiempo; una chica cumplida preocupada por sus acciones que era amable y no había hecho nada "malo" dentro del marco social lo cual la clasificaba como la "clásica santurrona" según los compañeros de la escuela y al final la chica que se encontraba en un enigma total, era inteligente pero sin llegar a tener excelencia, se veía atlética, con algunos gustos raros y un poco manipuladora para que cayeran en su trampa y poder sacar la mascareta de los falsos. Sin duda eran un grupo muy poco visto.
Las clases pasaron de manera relativa; ya que a pesar de que ellos ponían atención ante las clases cuando había un pequeño receso o cambiaban de salón platicaban de una forma muy positiva y animada, sobre cosas triviales como los maestros que les habían tocado, la carrera que estudiarían, la razón de esa decisión, el lugar donde se encontraba su antigua escuela entre otras cosas, cosas que después recordarían por un pequeño cambio de eventos.
Así que cuando las clases terminaron los cuatro se encontraban hablando de una manera muy calmada, mientras caminaban unidos hasta la parada donde les esperaban la mayoría de los camiones, platicaron de algo que les parecía correcto, era posible que pudieran unir sus fuerzas para algo más grande o eso querían idealizar, ya el tiempo terminaría decidiendo el futuro de los cuatro amigos, ya que sus carreras terminaban uniéndose en una cierta parte.
Cuando cada uno tomo su destino respectivo se despidieron cordialmente unos de otros con la promesa de verse en la entrada de la escuela o en el almuerzo al siguiente día y con esa felicidad se separaron.
"Posiblemente no sea un año tan malo" pensaron cuatro cabezas diferentes a un mismo tiempo.
----------------------------Nota al Pie de Pagina (NPP):
*Macarena: Es un baile tradicional de México, ahora conocido casi mundialmente, muy bailado en los países de habla hispana, popular en las fiestas pero que se baila en grupo de manera individual, claro a menos que se le excluya a la persona de ser invitada a este.
*Carnitas: Carne de cerdo adobada y frita en su propia grasa.
* Estar en el mismo barco: Es un dicho muy popular cuando dices que alguien se encuentra en la misma situación que tú.
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Un cliché color rosa
Teen FictionMia es una chica universitaria fuera del molde, que tiene que lidiar con las apariencias clichés que sus amigos tienen en sus relaciones, a pesar de que este tipo de conductas solo tendrían que pasar en las novelas románticas, no sabiendo que su vid...