🀦Capítulo 28🀦

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Había hecho una buena compra con el portátil, y al utilizarlo, Jimin veía que estaba pasando a la acción. El par de horitas que pasaba con las búsquedas, tal vez no le reportaba una gran cantidad de información nueva, es decir, que pudiera aplicarse a su situación, pero le aseguraba que no se encontraba solo.

Había muchísima gente en el mundo que consideraba que había tenido alguna experiencia con fantasmas o con embrujos del tipo que fuera. Recopilaba las informaciones de las páginas que había visto, y además, con el ordenador podía confeccionar sus propios textos en lugar de tomar notas de cualquier forma en un bloc.

Naturalmente, se enganchó con lo de navegar en internet por computadora, algo parecido a lo que le ocurrió cuando trabajaba con los libros. Tanta información, tantos datos interesantes... Y una cosa llevaba a otra, de tal forma que si no andaba con cuidado podían darle las doce de la noche y no haber dejado ni un momento el teclado.

Tenía la barbilla apoyada en el puño, la cabeza concentrada en una noticia de Run sobre un bebé fantasma que lloraba, cuando una mano rozó su hombro.

No pegó un salto; ahogó un chillido. Cerró los ojos y dijo en un tono normal:

-Por favor, dime que esto es una mano normal.

-Diría que lo es, pues está sujeta a mi muñeca.

-¡Seokjin! -Jimin soltó despacio el aire contenido en sus pulmones-. ¿A que me he ganado un premio al no pegar un bote hasta el techo como un gato de dibujos animados?

-Habría sido divertido. -Seokjin forzó la vista para leer la pantalla-. ¿Cazadores de fantasmas punto com?

-Una de tantas -dijo Jimin-. En realidad, he encontrado material interesante. ¿Sabías que una de las formas tradicionales para evitar que un fantasma entre en una habitación es la de poner alfileres o clavos alrededor de la puerta? Es como si se quedaran atrapados en ellos y no pudieran entrar. Claro que si se hace mientras están dentro, no pueden salir.

-Te pillo clavando algo en mi mesa de trabajo y te despellejo vivo.

-Ya lo imaginaba. Además, no veo cómo puede funcionar. -Se apartó de la pantalla-. Dicen que tienes que hablar al fantasma con delicadeza, pedirle que salga. Por ejemplo: «Perdona, siento que hayas tenido la mala suerte de morir, pero ahora ésta es mi casa y me molestas, de modo que si no tienes inconveniente en ir saliendo...».

-Yo diría que hemos probado todas las variaciones sobre este tema.

-Sí, nada que hacer. -Cuando Jimin vio que Seokjin se sentaba en el sofá del salón comprendió que no estaba allí solo para hablar de Hoseok. Los nervios empezaron a manifestarse-. Evidentemente aconsejan documentarlo todo, pero de eso ya se ocupa Nam. Y hacer fotos. También puede contratarse a un cazafantasmas, pero imagino que no te apetecerá tener a una pandilla de desconocidos por aquí rondando.

-Imaginas bien.

-También puede pedirse a un pastor o a un sacerdote que bendiga la casa. Es algo que no haría ningún daño.

-Estás asustado.

-Más que antes, sí. Ya sé que todo esto -dio unos golpecitos a la pantalla- no sirve de nada porque lo que hacemos nosotros, lo que siempre hemos tenido en mente, es descubrir el quién, el qué, el porqué. Y si nos las arregláramos para ponerlo de patitas en la calle, nos perderíamos toda la información. Pero, no sé, a mí me gusta reunir información.

-Tú y Namjoon, tal para cual. ¿Has pasado la información de lo que les ocurrió la otra noche a ti y a Yoongi?

-Sí. -Las mejillas se le encendieron-. Todavía no, ejem, no la he pasado a Namjoon.

Lirio Rojo³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora