Capítulo 32: Algunos secretos

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Manoban Camp 1821

Ese día, Ella deseaba comer algo de helado y como era de esperarse... Ella comió helado.

A la pequeña no le bastó con una bola de helado. Pidió de todos los sabores que tenían en la heladería.

—Le dolerá el estómago por comer tanto helado

—Claro que no será así. Ella es fuerte, como cualquier chico que se cría en los Highlands.

—Pero Ella no es de los Highlands ni yo tampoco.

—Entonces tú no deberías de comer helado- sugiere Lisa tomando la copa de manos de la joven ante ella.

—Soy más resistente que tú y te recuerdo que quien se enfermó luego de una simple brisa fuiste tú.

—No fue una simple brisa y me enfermé por tu culpa, porque no llegabas a casa y salí a buscarte.

—¿De verdad saliste a buscarla en medio de la tormenta, Lisa? —interrumpe la pequeña que está emocionada con la discusión —debes de querer mucho a Bridget para haber salido a
buscarla.

Un silencio se hizo en la mesa y tanto las mejillas de Lisa como las de Bridget se tornaron escarlata, ninguna podía responder a esa pregunta.

—Pero que linda casualidad, encontrarles aquí —se escucha la voz de Lady McLaren a las espaldas de las jóvenes —vaya que has cambiado mucho, Lisa y me alegro de verdad.

—Lady McLaren. No esperaba encontrarle aquí.

La mujer mayor se sienta en el lugar libre en la mesa junto a la pequeña Ella y sin que esta diga nada, un mesero pelirrojo le sirve un helado de whisky y otro con vainilla y pasas, la niña miró sonriente la anciana, hay algún lazo invisible entre niños y ancianos que los lleva a agradarse por naturaleza.

—Parece que te gusta el helado

—¿Quieres? hoy me han dejado comer lo que yo quiera. Mi hermana pide de frutos del bosque, pero le quita a Lisa el suyo de chocolate y Lisa termina comiendo lo que a ella no le gusta.

—Eso pasa porque Lisa está enamorada, linda.

—¿De verdad? —Interroga la niña ignorando las miradas de poco agrado en ambos adultos junto a ella.

—Eso no podría asegurarse- interviene Bridget

—Claro que sí. Conocí a esta chica muchos años atrás y antes de ti no hubiera soportado que nadie acercara su mano a un metro de su plato. Lisa es muy territorial.

—Eso no ha cambiado mucho —se burla la castaña robando un gruñido de inconformidad del rostro de Lisa.

—Nunca lo hará. De pequeña siempre peleaba con Rosie y siempre era Rosie quien perdía. Pobre niña.

—¿De verdad hacía eso?

—Claro que sí. Lady Neris me visitaba a menudo al igual que la madre de Rosie. Lisa caminó antes que Roseanne, esa muchacha con un gran plato de golosinas en frente era feliz. Lisa era diferente.

—Interesante. Seguro se la pasaba levantando las faldas de otras niñas ¿verdad?

—¿Lisa? Claro que no. Siempre fue adorable. Era muy protectora, igual que como lo es con Ella, seguro será muy buena con sus hijos. Aunque ahora debo irme ya.

—No se vaya —suplica la niña de ojos amatista.

—Debo hacerlo, pero no te preocupes. Puedes visitarme cuando quieras, tendré caramelos siempre esperándote.

—¿Podemos ir, Bridget? —pide la niña.

—Lo coordinaremos. Pero cuando pase trata de no molestarla mucho ¿quieres?

El Canto Del Fénix (Jenlisa) || COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora