Capítulo 12

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En el centro comercial, vamos directamente a la tienda de deportes. Miro hacia la estantería de los patines de hielo y me quedo fascinada. Son todos muy bonitos. Los hay rosas, azules, blancos, negros, de colores....

-¿Cuál te gustan?- pregunta Adeline a mi lado.

-Me gustan todos pero creo que me llevaré los blancos y los negros. No quiero ninguno de color porque, ¿y si no va a juego con los vestidos de las actuaciones?

-Tienes razón, buena elección.

Cuando pagamos, vamos a una tienda de ropa juvenil. Al parecer también me va a comprar algo de ropa.

-Mira, ¿te gusta este vestido?- dice mostrándome un vestido rojo con la falda plisada y las mangas a medio brazo.

-Sí pero, ¿para qué?

-No te dije, tenemos una boda el fin de semana que viene.

-Pero, a mi no me conoce nadie. No pinto nada ahí.

-Ahora eres mi hija y si a mí me invitan a ti también. Seguro que conocerás a gente nueva pero si quieres puedes llevar acompañante.

-¿A quién quieres que me lleve?

-A Mike, seguro que en la boda acabas enamorándote de él.

-Venga ya, ya te dije que no me gusta el amor.

-Bueno pues si vas con el os conocéis mejor y seréis buenos amigos.

-Está bien lo invitaré pero solo porque no quiero ir sola.

-Vale. ¿Te lo vas a comprar?- me dice señalando el vestido.

-Sí, es bonito. Pero también me gusta este- digo sacado un vestido azul con falda de vuelo y sin mangas.

-Ese también es bonito. Nos llevamos los dos.

-¿Pero qué? Son muy caros.

-Sofi, cariño, por el dinero no te preocupes.

-Está bien.

En el camino a casa Adeline me habla más sobre ella. Es periodista de moda y abogada cuando tiene tiempo; le gusta montar a caballo y de hecho tiene uno en una casa que compraron en el campo; también me habló de algo más íntimo como que no puede tener hijos debido a un problema y por eso adopta.

Cuando llegamos a casa, subo a mi habitación y dejo cada cosa en su sitio. El día de hoy al final ha estado entretenido. Y ahora es la hora de descansar. Me pongo el pijama, me tumbo en la cama y cierro los ojos.

A la mañana siguiente me levanto de la cama y voy al baño. Me aseo y cuando salgo me visto con unos jeans largos y ajustados y con una blusa blanca suelta. Cojo la mochila y salgo de la habitación.

-Buenos días- digo entrando a las cocina.

-Vaya la señorita se ha levantado de buen humor, ¿a qué se debe?- dice el idiota de Eldon.

-Pues si y no es de tu incumbencia el porqué me he levantado así.

-También te has levantado borde.

-Eso exactamente no. Solo me pongo borde con personas como tú.

-¿Y con Mike también lo eres?

-¿A qué viene él en esta conversación?

-No sé, veo que estáis muy juntos ahora.

-¿Algún problema?

-No, ninguno. Anda coge algo de comer que nos vamos.

Cojo una manzana del canasto central de la mesa y salgo de la casa. El camino al instituto es normal como siempre. Los dos callados y la música de fondo. Cuando llegamos, salgo del coche y entro por la gran puerta.

-¿Qué pasa, no me saludas?- dice Mike detrás mía. Me giro y le sonrío. El se pasa la mano por su pelo oscuro y camina hacia mí.

-Perdona, no tenía ganas de acercarme al grupo de mi hermano.

-O sea, no querías verme.

-No he dicho eso- digo riéndome.

-Has dicho que no querías acercarte al grupo de Eldon el cual yo estoy en él.

-Anda deja ya el tema. Hola- digo y le doy un beso en la mejilla.- Te tengo que preguntar una cosa- digo y en ese momento suena el timbre.

-Esta tarde me la dices.

-No puedo, tengo entrenamiento- al decir eso, Mike pone cara de extraño.

A primera hora, en Historia, entrego el trabajo y el profesor me felicita. A segunda Lengua, aburrida. Y así todas las clases del día hasta que llega la hora de comer. A partir de hoy no como en el instituto, ¿para qué?, pudiendo comer en casa.

-Sofi, espera- dice Mike ya una vez en el aparcamiento.

-¿Si?

-¿Qué me tenías que decir? Y, ¿a qué entrenas?

-El fin de semana tengo una boda y mi madre me ha dicho que puedo invitar a alguien o sea me ha dicho que te invite.

-Vale, acepto. Bueno, ¿me vas a decir a qué entrenas?

-¿Te acuerdas el sábado cuando me recogiste en la pista municipal?

-Sí.

-Estaba haciendo las pruebas de patinaje artístico- digo mirando el reloj- lo siento, llego tarde a entrenar.

-Espera, te llevo.

eetSentnS

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Filofobia- Miedo a enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora