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"Un momento suspendido en el tiempo.
El secreto de una fotgrafía"


Tenia el corazón en la garganta y el sudor frío lo sentía recorrer mi frente, asomaba la cabeza para tener mejor vista del pasillo que daba paso a la oficina del rector, Santiago me hacia segunda vigilando el piso de abajo, ese donde se servia el desayuno, pues Masini se había quedado platicando con las profesoras de algún tema del que yo, ni nadie estaba al tanto. Todo eso mientras Ithan seguía intentando abrir el cerrojo sin la llave, en su lugar ocupaba una técnica a la que el conocía como: la perforación de pines y contra-pines, eso con un simple destornillador.

—¿Podrían darse prisa?—le escuche susurrar un poco alto a Tiago.

Nos estábamos quedando sin tiempo.

—Ithan, no quiero apresurarte, pero apurate, al parecer las cosas abajo no están muy tranquilas—le hable sin querer sonar demasiado insistente.

—Lo intento—se quejo el rubio rodando los ojos, propinando un golpe en seco, al instante los pernos de la cerradura saltaron y la puerta se abrió—¡Lo logre!

—¡Eres un maldito genio!—le exprese corriendo hasta el para besar su cabeza.

Ithan me hizo una mueca y se separo haciendo una seña de desagrado total, ignorándolo por completo, regrese al final del pasillo para hacerle una seña a Santiago, el, al instante subio las escaleras y se acerco.

—Ithan, vigila la entrada—le ordeno su hermano el castaño.

—¿Por que yo? También quiero ayudar y hacer las partes peligrosas—le reclamo el rubio con un puchero en el rostro.

—Porque yo lo digo, y soy tu hermano mayor. Ya hiciste un increíble trabajo con la puerta, ahora vigila—finalizo cerrándole esta en la cara.

—¿Mayor? Sólo son cinco minutos de diferencia—le escuche murmurar.

El castaño y yo nos quedamos de pie frente a la entrada de la oficina, el lugar no era grande pero había muchas cosas acumuladas, como papeles, portafolios, cachivaches algo oxidados por el poco uso, así que era muy difícil decidir exactamente por que parte del lugar debíamos comenzar a buscar lo que sea que me sirviera de prueba.

—Busca de ese lado, yo buscare por aquí—le dije dirigiéndome hacia el lado izquierdo de la habitación.

El gemelo no recrimino nada, simplemente hizo lo que le pedí y camino al lado derecho. Empece con mi parte del trabajo al mover unos cuantos papeles ya algo viejos y descuidados, leí vagamente el contenido, pero tan pronto como empezaba, sabia que no me servirían de nada, así que continue con mi búsqueda al tomar un par de carpetas de color beige cubiertas de polvo.

—¡Dios! ¿Acaso este hombre nunca limpia?—me queje en un murmuro sin dejar de toser debido a esas molestas partículas—¿Encontraste algo que nos sirva?

—El viejo sólo acumula basura y más basura, ¿Seguro encontraremos algo en este cutre lugar?

—Debemos al menos intentarlo—conteste abriendo tales carpetas.

Al instante unas cuantas fotografías resbalaron hasta el suelo captando mi atención de lleno, deje los folder en su lugar y baje en cuclillas para tener una mejor visión de tales retratos.

—¿Qué es eso?—cuestiono Tiago acercándose hasta mi.

—Son, alumnas del internado—respondí levantándome con las fotos en mano.

Santiago me quito unas cuantas y observo la parte trasera.

—Mil novecientos setenta y tres; María—leyó —Esto se tomo hace doce años.

Porque si el L⃨O⃨B⃨O⃨ aparece...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora