Me encuentro atrapado en ningún lugar y todos a la vez, ni lejos ni cerca, ni arriba ni abajo. Estoy atrapado entre rejas invisibles y unas cadenas gruesas como los troncos de un fuerte roble, que me impiden avanzar, o siquiera moverme. Cadenas sujetas por una sociedad que me odia como si me conocieran, y hacen que me odie sin darse cuenta, quizás sí.
Un viento gélido me atraviesa la piel como si no existiera y me deja temblando. Cuando miro al horizonte mis ojos se humedecen a la vista, millones de gritos de odio y súplica se dirigen a mí como si fuera el peor ser del universo, y llego a pensar que quizás tengan razón. ¿Lo peor? Son inocentes quienes me gritan y odian, almas inocentes que no pude salvar.
Más gritos rompen el silencio de la noche y rebotan en mis oídos, recordándome lo que hago, mas no tengo elección. Las cadenas me oprimen cada vez más y empiezan a ascender por mis piernas y brazos.
El dolor es tan intenso que es capaz de hacerme sordo a los llantos de los inocentes, pero cuando se me destapan los oídos me doy cuenta de que cada vez son más fuertes, y que llorarán y gritarán durante toda la eternidad por un poco de justicia.
Mirando me doy cuenta de las ganas que tengo de poder soltarme de esas cadenas y desaparecer para siempre. Pero no podría hacerlo, no sabiendo que es mi culpa. Las cadenas continúan ascendiendo por mi cuerpo, tan rápido y tan doloroso como mi sentimiento de lástima. Abrazan mi pecho como una mortal serpiente enroscada a mi alrededor.
Finalmente, entre gritos y abucheos de quienes no llegaron a conocerme, caigo derrotado y millones de pedacitos de mi alma se esparcen y observan cómo las cadenas ya han atrapado a otra víctima para hacer el trabajo que nadie quiere hacer, pero todos necesitamos.
Ser la muerte.
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CADENAS
RandomNo es un libro, no es una mini historia, no es un poema, ni tampoco creo que sea arte. Pero quizás si que valga la pena leerlo, quizás...