12; oportunidad

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Sinopsis: dónde Reborn y Uni cubitos se quedan atrás por el equipo pero Auron no quiere dejar atrás a Reb.

》AU! Kiwiborn versión cubitos.

》Inspirado en el sacrificio de Reb en los Saw Minecraft Games. El día 1.

》El AU no está completamente ligado al directo.



Cuando abre sus ojos está solo. Al incorporarse del suelo sus músculos trinan en protesta y momentáneamente se siente aturdido. Mira alrededor y su cerebro registra poco a poco lo que canaliza de su entorno; está encerrado en una celda.

¿Por qué?

—¿Hola? ¿Hay alguien ahí? —grita. Pese a la situación en la que se ve envuelto se mantiene en templanza.

La primera voz que escucha es la de Juan.

—¿Me escuchas? —la voz del mexicano suena tan aturdida como la suya.

—¡Sí, te escucho!

Al cabo del rato, cuando rueda su celda para alcanzar la palanca e ir a su liberación, una nueva voz se hace presente.

—¿Hola?

—¿Hola? —pregunta de vuelta. Y aunque la situación no lo acredita, se siente inmesurablemente feliz.

—Hostia, ¡hay una rueda!

La voz del mayor le hace sonreír de manera inconsciente.

—Le he dao' un montón de veces a la palanca y no hace nada —refunfuña frustrado.

—Dale varias veces, varias veces —le explica.

Siguiendo sus instrucciones, baja la palanca con varios tirones seguidos. Segundos después se esmera en girar la rueda hasta poder salir de aquella celda rotatoria. Y si estaba feliz al escuchar al castaño, entonces cuando lo ve siente que su corazón está a segundos de explotar.

—¡Reborn! —llama el mayor. El contrario abre sus brazos en respuesta y chocan en un contacto desenfrenado por consolar su aturdimiento con la presencia reconfortante del otro.

Una vez separados, el moreno toma el rostro de Raúl.

—¿Estás bien, no? —inclina el rostro del contrario para asegurarse de que no hay herida alguna—. ¿Te hicieron algo? ¿Recuerdas algo?

Las manos mayor se colocan sobre las suyas y se miran durante unos segundos en completo silencio.

—Estoy bien, cariño —sonríe—. Y ahora más.

El moreno responde con una sonrisa totalmente embobada antes de colocar sus labios sobre los del contrario. El contacto es corto pero aún así necesario para ambos, segundos después dejan caer su frente contra la del otro, ambos cerrando sus ojos y totalmente concentrados en sus respiraciones.

—Hubiese preferido que no estuvieras aquí —susurra el menor—. Pero no sé qué habría hecho sin ti.

—Lo mismo digo —tararea—. Aunque con ese buen cerebro que tienes seguramente hubieses vuelto a casa en un par de horas.

Incansable; IntenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora