Capítulo veintiocho

110 8 0
                                    

Admiro a Camilo dormir, es media noche y estoy en su habitación.

Esto sigue siendo raro a pesar de que llevamos casi un mes con este amorío.

La verdad no sé muy bien lo que siento por el, es decir me la paso bien con el, no solo en el aspecto placentero si no que en todo lo demás.

Pero aveces no se si lo que siento es amor o solo mi cerebro en busca de la aprobación masculina.

Tiene algo de sentido, el abuso de Carlos, la ausencia y abandono de papá y los demás chicos del pueblo o me ven como un bicho raro o como un objeto que pueden acosar pero ninguna excusa para estar con mi primo.

No se si lo que siento es real, pero si se que nos crucificarán cuando lo descubran, todo sale a la luz al final.

A la mañana siguiente.

Estoy preparando mi mochila con algunas pinturas, mi libreta, cosas por el estilo, los chicos tienen entrenamiento todas las tardes solo por diversión, en eso Molly toma uno de mis pinceles mientras mueve su cola y gruñe.

-Molly dámelo ya estoy tardísimo-Intento tomarlo pero ella sale corriendo-Molly no! Regresa acá!-Empiezo a corretearle por la casa hasta que se detiene en seco en la entrada de la cocina-Te tengo, ya dámelo-Le estaba por quitar el pincel cuando vi quienes estaban ahí.

En la mesa se encontraban Carlos y papá, charlando y bebiendo agua de panela, me quede fría hasta que papá me noto.

-Hola linda!-Molly ladro-Y hola pulgosa-Me reí.

-Papá! Sabes que Molly en su vida ha tenido pulgas-Dije y me acerqué para darle un abrazo, el analizó mi atuendo.

-Blusa manchada de pintura, falda liguera, cabello recogido con banda? Vas a salir para pintar?-Pregunto.

-Si de echo si-Respondí.

-Entonces Carlos te puede acompañar-Molly gruño ante la idea.

-Claro que lo haré-Carlos aclaró, eran dos contra uno así que accedí.

-Okey entonces espérame en la entrada que voy por mis cosas-Dije y el salió de la cocina pero antes de que yo hiciera lo mismo papá me tomo del brazo.

-Oye muñequita-Hace mucho no me llamaban así-Me alegra mucho que estés creciendo tanto pero no vayas a alcanzar a tu viejo y canoso padre que quiere recuperar el tiempo perdido-Me dio un toque en la nariz-Entiendes muñequita?-Me dio un besito en la frente.

-Si papá-Le di una sonrisa

Fui por mis cosas, pero casi olvidaba mis pastillas, salí de mi habitación con Molly preparándome para la tortuosa caminata con Carlos.

-

Estábamos casi llegando, y Carlos no tarda en quejarse.

-Ahg! No se porque trajiste a ese asqueroso perro-Exclamo y Molly le ladro.

-Para que estire sus patas y haga sus necesidades, y no te va a orinar como cuando la encontré-Le aclare-Bueno llegamos y es hora de que te vayas-Le pedí pero el se saco de honda.

-Para que? Acaso te verás con alguien?-No respondí, me tomo bruscamente de los hombros-Sí me entero de que me estás engañado no te ven mas en el maldito pueblo-Me amenazo pero antes de que pudiera responder oímos un rugido.

Molly se escondió bajo mi falda, cuando volteamos vimos un puma gigante y furioso, Carlos soltó un chillido para después salir corriendo.

-Valla no pensé que fuera tan mariquita!-Aclare, en eso apareció Karol riendo y aplaudiendo y el puma se convirtió en Marcos quien también se estaba riendo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 19, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Chica de Los Ojos Oceánicos (Camilo Madrigal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora