Stray Babies

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Donghyuck por poco se ahoga con su saliva.

Elevó su rostro sonrosado y se aclaró la garganta, no sabía qué conseguiría con eso, pero quizás le ayudaba a olvidar un poco la vergüenza y el nerviosismo que se apoderó de su cuerpo.

Y Lee Donghyuck nunca ha tenido la suerte de su lado, eso lo tiene muy claro desde que es un niño. Probablemente se dio cuenta durante todas esas veces que lo descubrían con las manos en la masa, haciendo travesuras por las que lo iban a castigar y fue confirmando su punto a lo largo de su vida. Por lo mismo, atrajo la mirada curiosa de uno de sus padres, cuando ésto era lo último que deseaba.

─¿Qué pasa?

Él negó con su cabeza inmediatamente, aunque no convenció del todo a Taeyong.

─Hyuck ─lo miró con el calor en sus mejillas y todo su organismo sintiéndose muy cohibido─, ¿qué viste?

─N-no fue nada...

Cerró sus ojos, maldiciendo en su interior. Había sido muy obvio.

Taeyong seguía atento a cada una de sus acciones y Donghyuck tenía muy claro que su protección era por una razón bastante obvia. Él ni siquiera debería estar usando su celular, menos por tanto tiempo, ya que después del intento de suicidio, lo último que necesita su mente es estar conectado a algo tan venenoso.

No obstante, el problema ni siquiera es ese, porque Donghyuck no quiere preocuparlo, pero tampoco es capaz de mostrarle la razón en su celular que lo hizo comportarse como si no tuviese control de su cuerpo.

─¿Estás seguro?

Quería chillar, gritar si es que era posible.

¿Estaba actuando como un niño? Totalmente, como si hubiese retrocedido muchísimos años.

Con la manos temblorosa, extendió el celular en su dirección, al mismo tiempo que la otra tapaba su boca. Acción de sorpresa y timidez que había adoptado durante esos días. Se estaba volviendo tan expresivo que ya no sabía cómo detenerlo.

Taeyong alzó las cejas al leer esas dos palabras y rió.

─Estás actuando como un adolescente con su primer amor imposible.

─¡Lo sé! ─chilló finalmente, apartó el celular y lo tiró muy lejos. Seguido, comenzó a saltar en el lugar y repetir palabras que ni el mismo entendía.

Su padre lo miró con atención en todo momento, una sonrisa creciendo en su rostro, cada vez más y más grande. Donghyuck no lo notaba, porque para cambiar su mente y convencerla de que se encontraba bien, había que pasar por un largo camino, pero su propio cuerpo ya estaba volviendo a ser lo que era antes. La reacción que acababa de tener no era más que Donghyuck cubierto de felicidad y siendo la pequeña bolita de alegría que es desde que lo conoció.

─Si te pones así con un mensaje, no quiero ni imaginar como te pondrás si te lo dice en persona ─dijo con diversión.

Donghyuck se detuvo y los nervios volvieron, se sintió afligido de inmediato, porque aún no logra acostumbrarse a tanta inestabilidad suelta por ahí, haciendo lo que desea con él.

─Yo no soy así...

─¿Así como? Siempre te ha gustado Mark.

─¡Papá!

─¿Acaso estoy mintiendo? ─soltó una carcajada y atrajo a Donghyuck para acariciar su cabello y así calmar las mil emociones del momento─. Hijo, sé que no quieres relacionarte aún con él, lo entiendo y apoyo totalmente tu decisión, porque es lo más sano para ambos, pero creo que no deberías prohibirte sentir lo que siempre ha estado ahí.