𝐀𝐋𝐅𝐀𝐒

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Un molesto rayo de sol se coló por la ventana molestándole a través de sus párpados cerrados.

Con un quejido, Jimin se removió entre las sábanas. La cabeza le martilleaba y se sentía como si un camión le hubiera pasado por encima la noche anterior. ¿Qué había sucedido como para que amaneciera así?

Con esfuerzo, sus ojos azules se abrieron para encontrarse en la amplia cama king-size de la suite de ese lujoso hotel de Las Vegas, donde recordó, habían llegado el día anterior para hospedarse junto con su hermana, su novio y el molesto mejor amigo de este último.

Sus pupilas vagaron a lo largo de su figura semi-cubierta por las sábanas y se abrieron con espanto al reconocerse desnudo .

Junto a él , completamente tapada por los cobertores, otra persona dormitaba profundamente. El corazón le dio un vuelco.

"Oh Dios mío, por favor no", rogó para sus adentros al tiempo que destapaba a su acompañante de un tirón y empalidecía bruscamente al reconocerlo.

Cabello negro y un cuerpo perfectamente torneado que se hallaba en el mismo estado de desnudez que él .

Y su olor, era otro alfa.

Su palidez se transformó en un bochornoso rubor en cuanto sus ojos viajaron como por inercia al sur de su anatomía...

—¡Maldita sea!—gritó con horror, provocando que el alfa se despertara con violencia y se incorporara sobresaltado.

Su expresión consternada se transformó en una molesta al verlo y después, en una tan asustada como la suya al darse cuenta de la situación.

—Oh, maldita sea—musitó lívido.

—¡Yo lo dije primero!—espetó Jimin y entonces ambos intercambiaron miradas de odio.

Ni cortos ni perezosos se apresuraron a salir de la cama, envolviéndose con sendas sábanas para tapar su desnudez y avanzar a trompicones por el dormitorio en busca de su ropa, la cual no lograron encontrar.

—¡¿Qué demonios pasó aquí?!—bramó Jungkook —¡¿Qué carajo pasó?!

El rubio, viendo que su acompañante se encontraba tan amnésico como él, entornó los ojos y abrió las puertas de la habitación de par en par.

—¡Jiyuuuu!—gritó, dirigiéndose a la espaciosa sala de estar que había afuera.

En el lujoso sofá de cuero de la estancia, una muchacha pelirroja dormitaba boca abajo, con sus piernas encima del acolchado mueble y medio cuerpo en el suelo.

Sus ronquidos impactaban contra la alfombra y el corto vestido verde oscuro que portaba la noche anterior estaba todo torcido.

—¡Jiyuu!—exclamó el blondo poniéndose de pie junto al colorado justo detrás del sofá—¡Despiértate, condenada ebria!

La aludida soltó un chillido y terminó por caerse al suelo completamente, desde donde se volvió a verlos.

Un montón de collares de cuentas de colores colgaban de su cuello y su cabello, que hasta hacía algunas horas lucía un perfecto alisado, estaba en todas direcciones.

Su maquillaje se había corrido y mostraba dos manchones oscuros en sus ojos.

—¡¿Dónde estoy?!—preguntó desorientada.

—¡Estamos en la suite! ¡Y ahora mismo me vas a explicar que fue lo que sucedió anoche y porque desperté con este animal—su hermano señaló a Jungkook con desaire— ¡en la misma cama!

—¡Esta mañana tampoco está siendo un lecho de rosas para mí, estúpido!—repuso él con el mismo tono de voz.

—¡No me hables, imbécil!

𝐌𝐀𝐓𝐑𝐈𝐌𝐎𝐍𝐈𝐎  ©️Kookmin osDonde viven las historias. Descúbrelo ahora