𝙆𝙞𝙩𝙩𝙚𝙣

𝗕 𝗗𝗮𝘆

"Ok, ahora extiende tus manos". Rodrigo obedeció con cautela, ahuecando las manos y esperando. Ivan lo había sacado a rastras de su cálida y cómoda cama en la que había estado durmiendo, y en la mitad del viaje, sacó una venda y se la puso alrededor de los ojos, asegurándose de que no pudiera ver. Rodrigo, aunque había preguntado y tratado de averiguar a dónde iban, no pudo conseguir que su novio le dijera lo que estaba pasando, por lo que solo podía esperar y ver (bueno, más o menos).

Cuando salieron del auto, Rodrigo dejo que Ivan lo tomara de las manos y lo guiara, y pudo adivinar que había entrado en algún tipo de refugio para mascotas. Tenía sus sospechas, pero no quería decepcionarse a sí mismo, por lo que se sentó cuando Ivan se lo indicó y extendió las manos según la advertencia de que le dio, esperando.

Cuando le pusieron en las manos algo pequeño, esponjoso y vivo, sonrió sin pensar, y cuando unos dedos delgados le quitaron la venda que llevaba puesta, apenas pudo reprimir un chillido de alegría.

Sentado en sus palmas, maullando ruidosamente, había un gatito muy pequeño, esponjoso, muy anaranjado, ojos tan azules como el cielo, orejas un poco plegadas. Su cola ancha era más corta de lo normal y sobresalía hacia afuera, y Rodrigo se enamoró de inmediato, arrullando mientras acercaba al pequeño gatito a la altura de sus ojos.

"Es tan lindo", gimió de una manera bastante débil, acariciando la pequeña cabeza del gatito con un dedo. Ni siquiera podía estar enojado porque lo habían arrastrado hasta el medio de la nada para acariciar a un gato; amaba a los gatos, y amaba a Ivan, demasiado. Su novio era demasiado bueno con él como para enfadarse, incluso si le hacían perder su siesta reparadora.

"¿Y queres saber la mejor parte?" Ivan dijo, pasando una mano por la mandíbula de Rodrigo. "Es todo tuyo, amor."

El corazón de Rodrigo dio un par de latidos, luego comenzó a martillar más allá de la velocidad normal, y miró al pelinegro con ojos muy abiertos y un poco incrédulos. "...En serio? Me estás jodiendo." Había querido un gato desde que pudo descubrir qué era uno, y desde que se juntaron y compraron una casa para vivir, Rodrigo se había estado quejando de la falta de animales de compañía.

"¡No! ¡Firme los papeles de adopción mientras no mirabas y ahora es tuyo! Su nombre es Barry, le queda muy bien, si me preguntas", dijo Ivan felizmente, aplaudiendo, y Rodrigo volvió a arrullar, colocando al pequeño gatito naranja en la cuna de sus brazos.

"Es tan pequeño", susurró con voz tensa, e Ivan se dejó caer a su lado, con la cabeza sobre su hombro.

"¿Verdad? Pense que sería perfecto para ti. Rodrigo sonrió más brillante cuando Ivan le dio un beso en la mejilla, y se volvió para darle al ojiverde un beso apropiado, incapaz de dejar de sonreír.

"Ya arregle todo para ti mientras dormías, así que lo único que queda es llevarlo a casa", tarareó Ivan. "Cosas como su collar e identificación se pueden manejar después de que lo traigamos a casa".

"Gracias", murmuró Rodrigo, incapaz de apartar los ojos del pequeño gatito en sus brazos, que mordisqueaba la punta de sus dedos. "Muchísimas gracias."

"Bueno, tenía que darte algo lindo para tu cumpleaños", resopló Ivan, y Rodrigo parpadeó, confundido por un par de segundos. Luego sus ojos se abrieron y soltó una pequeña carcajada.

"Ah. Cierto. Hoy es mi cumpleaños."

"...¿¿¿Te olvidaste???"

"...Tal vez ."

"... Tienes tanta suerte de que te amo".

"¡Lo sé!"

Después de elegir un pequeño collar rojo con una pequeña campana que sonaba cada vez que Barry se movía, Rodrigo estaba feliz de traer a su nueva incorporación a la casa familiar, aún abrazándolo. Confiaba en que Ivan habia investigado mucho sobre cómo cuidar a un gato, por lo que se sintió seguro al asumir que ya habían salido y conseguido algunos suministros, como comida y una caja de arena, aunque eso evitaria que mime a Barry en cuanto llegue a casa.

De hecho, Ivan le mostró un montón de juguetes y herramientas de aseo que habían conseguido, de alguna manera completamente sin el conocimiento de Rodrigo (no era estupido, solo... un poco distraido a veces), junto con algunos folletos básicos sobre el cuidado de los gatos que Rodrigo estudio. 

"Este es el mejor regalo de todos", dijo Rodrigo con reverencia, acostado boca abajo, mirando a Barry acomodarse para tomar una siesta en su nueva cama, ubicado en un cómodo rincón de su sala de estar. Una vez que el pequeño gatito cerro los ojos, Rodrigo se levantó lo más silenciosamente posible y se arrojó a los brazos de Ivan, besándolo con tanta pasión y agradecimiento como pudo reunir. Ivan se rió, girándolo un poco antes de dejarlo en el suelo y acariciarle el cabello.

"Lo pense por un tiempo, y sabia que te encantan los gatos, así que..." Se encogió de hombros, lanzando una sonrisa encantadora y descuidada, y Rodrigo lo abrazó con más fuerza, esparciendo besos por toda la cara de Ivan.

"Gracias, gracias, gracias, gracias", murmuró Rodrigo, una y otra vez mientras frotaba su mejilla contra el cabello de Ivan. "Dios, no tienes idea de cuánto te amo. ¡Sos el mejor novio del mundo!".

"Lo tenias todo planeado, ¿no?", acusó, e Ivan tarareó.

"Mhmm, lo planee todo", dijo el pelinegro con aire de suficiencia.

"Literalmente me agacharé y te chuparé la polla ahora mismo si quieres", dijo Rodrigo, muy serio, pero Ivan se rió, acariciando su cabello y luciendo un poco nervioso.

"No no está bien. Es tu cumpleaños de todos modos, así que-"

"No me importa. ¿Puede ser ese mi otro regalo? Eso también es algo que quiero hacer."Lo miró esperanzado e Ivan empujo a Rodrigo en un largo y acalorado beso. El ojiverde estaba feliz de seguirlo, más feliz aún de dejar que lo desvistiera allí mismo, pero antes de que pudieran avanzar más, se apartó, con las mejillas sonrojadas y los ojos entrecerrados.

"Espera, espera, no aquí. No quiero despertar al gatito", insistió, e Ivan lo miró por un segundo antes de estallar en carcajadas, inclinándose para darle un beso mucho más suave.

"Lo que tú digas, cariño".

𝗦𝗲 𝘃𝗶𝗲𝗻𝗲 𝗺𝗮𝗿𝗮𝘁𝗼𝗻𝗻
( ˘ ³˘)♥︎

𝗦𝗶 𝗵𝗮𝘆 𝗲𝗿𝗿𝗼𝗿𝗲𝘀 𝗺𝗲 𝗮𝘃𝗶𝘀𝗮𝗻