LONDRES, INGLATERRA. | CLARISSA.
Pasaban los días y perdía cada maldito rastro sobre mi hija. Hayley había sido secuestrada por Masen Clynner hacía más de ocho días y yo no tenía ni una pista sobre dónde se la había llevado. Dentro de Inglaterra no estaban, además de que el maldito no iba a arriesgar de ser encontrado.
Hablé con cada uno de mis agentes, me olvidé de todas las otras investigaciones hacía la mafia mexicana, colombiana, canadiense y las demás para tener solo mi cabeza para el caso de mi hija. Nunca pensé que diría eso, nunca llegué a pensar que ahora estaría buscándola como una loca sin saber por lo menos si seguía viva.
No tenía la certeza de si ella continuaba viva, lo único que anhelaba era que lo estuviera, lo deseaba. También deseaba que no la hayan tocado, porque una vez la salvara todos esos que se habían atrevido a tocarla morirían y yo terminaría con su sangre en mis manos.
Especialmente Masen Clynner que se había atrevido a secuestrarla y llevársela del país. Luego a James Walton, el maldito que se atrevió a traicionarme y que me hizo creer que cuidaría a Hayley con su vida, pero solo trabajaba con ese asqueroso mafioso.
Había confiado en James mucho más que lo había hecho con otro escolta, pero cuando esa misma noche me enteré que él había sido todo este tiempo un infiltrado de Clynner lo odié y perdí toda confianza que había creado en él.
Ahora solo quedaba odio, lo odiaba por traicionarme y fingir que era un maldito agente cuando no lo era. James había cubierto sus huellas demasiado bien en mi ejército y eso había sido algo que me molestó demasiado.
Hacía alrededor de veinte horas que no dormía, no podía hacerlo, cada vez que intentaba hacerlo me despertaba con una pesadilla, una diferente todos los días. La última fue ayer cuando desperté desesperada luego de soñar que a mi hija la asesinaban en frente mío.
No pude esperar ni un minuto más y vine directo a la empresa donde todos me estaban esperando con nuevos informes. No era nada nuevo, solo lo mismo de siempre que no me servía para nada.
Mi mejor agente Sergio fue el que más se estuvo esforzando, ya que él quería a Hayley como si de una hija se tratase. Pasé todo el día en la oficina con miles de informes que decían lo mismo.
—Ya sé dónde la pudo esconder, Clari.
Levanté mi vista de la mesa y cuando Sergio se acercó casi corriendo me puse de pie agarrando el pequeño mapa que él me entregaba. Se trataba sobre Italia, especialmente Sicilia.
—Italia es el único país que Masen Clynner controla con un solo dedo. No cualquier persona entra a Italia, todos necesitan consentimiento de él o de su familia. Ni la interpol, ni el FBI, ni nadie de la autoridad ha podido entrar a ese país para una operación policial porque tiene todo controlado.
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Obsesión Desafortunada ©
De TodoBetrayals 1 ✔️ Todo una obsesión desafortunada. Lo que todo comienza con una obsesión termina siendo una locura. Él la acecha como nunca antes lo había hecho y ella solo lo observa. Dos almas gemelas pueden encontrarse sin ser realmente conocidos a...