9. Ofensiva silenciosa

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Esa noche, el silencio fue el principal protagonista de la cena. Zamas y Black hablaron poco sobre lo que habían hecho en el día, y de ninguna forma con el brío o interés que mostraban a diario; sus mentes estaban atormentadas por la idea de que sus sentimientos habían sido descubiertos y que podrían ser develados. Zamas fusionado habló tan poco como siempre, como parte de su plan de no alterar demasiado el pasado, lo que contribuía a la tranquilidad del ambiente. Aunque, claro, él notó esa diferencia. Más allá de los silencios, conocía bien a sus contrapartes; sabía que estarían rumiando la idea de haber quedado en evidencia de la forma más inesperada, y seguramente sus cabezas estaban inundadas de hipótesis, posibilidades y dudas, muchas dudas. Y aunque él no tenía intención de ejercer demasiada presión sobre ellos, sabía que esa incomodidad era necesaria para sacarlos de su zona de confort y afrontar lo que sentían. Cuando Zamas y Black cruzaban sus miradas con la de Zamas fusionado, él sonreía con amable complicidad, a lo que ellos desviaban la vista suavemente con cierto pudor. Significaba que su plan estaba funcionando. Sería difícil, pero estaba empeñado en lograr aunque sea el más pequeño avance en la relación de esos dos.

El día terminó sin mayores novedades. Los dioses limpiaron, ordenaron y tomaron el té juntos, aunque con la misma cautela que antes. En cuanto terminó su taza, Black enseguida se levantó, saludó a los otros y se fue a la cama. Zamas, en tanto, permaneció un largo rato en la cocina, supuestamente preparando con antelación algunos ingredientes para la comida de mañana. Zamas fusionado los observaba con suspicacia pero seguridad —sabía que ambos hacían esas cosas para no tener que ir a la cama al mismo tiempo y tener que enfrentarse al otro y a sus sentimientos anteriormente desnudados.

La deidad también se acostó a dormir y permaneció pensando sobre el tema un rato. Aunque sus conductas pudieran parecer impulsivas y hasta inmaduras, no era tan malo. Significaba que ambos estaban conscientes de eso que sentían y estaban procesando las palabras de la fusión. Era natural que sintieran miedo de haber sido descubiertos o de la posibilidad de que Zamas fusionado pudiera hablar con el otro al respecto, o que se sintieran ansiosos ante la sugerencia de confesarse. Al menos en ningún momento negaron eso que sentían, no mintieron ni intentaron minimizarlo, así que el primer paso estaba dado: sabían y reconocían que se sentían atraídos por el otro. Lo difícil sería instarlos a que hicieran algo al respecto.
Zamas fusionado sonrió, divertido por esa idea. Si bien comprendía a sus compañeros, él ya no se identificaba con esas actitudes. Aunque Zamas y Black fueran idénticos en muchas cosas, su fusión resultó en un individuo con pensamientos bastante diferentes en ciertos aspectos. Zamas fusionado era mucho más seguro, consciente de sí mismo y directo que sus otros yo. Él no se sentiría abrumado por el hecho de estar enamorado, aun si el otro fuera él mismo, ni perdería el tiempo cuestionándose si debería actuar sobre eso o no; era un sujeto que cuando deseaba algo lo tomaba, y no sería distinto en el amor, si ese fuera el caso. A pesar de todo, sabía que no podía esperar ese tipo de cosas de sus pasados contrapartes: eran otras personas, con sus propias reservas. Con las que debería tener cuidado para no presionar o lastimar con la excusa de unirlos. Tal vez su plan requeriría aún más astucia y precaución de lo que había previsto.

A la mañana siguiente, el escenario se repitió. Zamas le contó a la fusión que Black se había levantado y salido muy temprano, por lo que desayunarían solos ese día; nuevamente, desaparecer era la única forma que había encontrado para no tener que hacerle frente a su otro yo.

—¿Extrañas no desayunar con él? —preguntó Zamas fusionado con gentileza, mientras observaba a Zamas, distraído mientras bebía su té.

—No realmente —respondió dirigiéndole la vista—. No es la primera vez que sucede. A veces sale temprano cuando lucha contra ejércitos grandes, o el tiempo se desfasa cuando va a pelear a regiones con otros husos horario. Además, esta vez te tengo a ti, así que no.

Oportunidad contra el DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora