CAPITULO 2

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Lo miré fijamente a los ojos y me percaté del sufrimiento que desprendía y de la tristeza de su mirada. Me dijo:

-Por favor, dile a mi hijo que no tenga miedo, que lo haga.

-¿Qué haga el qué?-le contesté.

-¿Quién es su hijo?-volví a añadir.

El hombre se giró y corrió hacia la multitud de gente que abundaba la estación. No se divisaba absolutamente nada... nadie dejaba pasar, no había ningún espacio por donde pudiera avanzar y podía ver su silueta alejándose.

En ese momento, me di cuenta de que no podía pasarme toda la mañana tras alguien que no conocía. Era absurdo y debía llegar a mi trabajo, no podía faltar otra vez como el año anterior el cual fue un mal año para mí, según mi jefe "quebranté las normas más veces de lo normal".

Pero la verdad es que ahora no podía pensar en otras cosas que no fueran el vagón misterioso y el peculiar individuo. Soy una chica muy curiosa, no me gusta quedarme con la intriga de saber lo que pasará en ese momento...

Bajo las escaleras de Subway, otra vez rumbo a mi tren. -me decía a mí misma con voz de cansancio.

Realmente no era mi tren, el mío lo tendría que haber cogido hace un tiempo. Miraba al reloj con cara de

-¿Qué me está pasando?

La verdad es que no era una muy buena mañana, la falta de tiempo me podía y sabía perfectamente que más tarde lo iba a pagar con el saco de boxeo.

O con Bill, según como vaya el resto del día.

Al volver y encontrarme frente a la vía, supe que la gente hablaba de mi. No me hacía falta mirar a mi alrededor para darme cuenta de lo que estaba sucediendo, realmente el psicólogo tenía razón:

-Estás sola y no sabes como refugiarte, buscas tus propias aventuras como una niña pequeña- decía.

O igual que la madre biológica de Abie, la ex de Bill.

-Vaya novia más tonta que te has echado-parecía que pensara cada vez que le tocaba llevarse a la niña (una semana la tenía Bill y otra semana ella).

Cada vez que la veía me daban ganas de abofetearla y quitarle de golpe los kilos de maquillaje que llevaba encima.

Tampoco sé porque iba al psicólogo, quizá era por aparentar como las modernas de mis amigas.

Soy joven, ir al lado de Bill a veces me alivia puesto que nos llevamos 10 años de diferencia y la cosa se nota cuando la gente nos mira por la calle, porque vamos con Abie y creo que deben pensar que es hija mía.

De todas formas Bill no es tan mayor... es apuesto, me ayuda en las tareas de casa aunque actualmente viva con él y la propiedad sea suya, me trata muy bien... y eso es lo que más importa.

El repetitivo sonido que anuncia la llegada del nuevo tren, esa voz que tanto odio vuelve a sonar.

"S4, St.Patrick, vía 2"

Son las 8:34 y aún no me puedo creer que hayan pasado más de 20 minutos desde mi llegada a la estación.

-Menuda pérdida de tiempo-me vuelvo a decir a mí misma.

Cada vez voy peor y he llegado hasta el punto de hablar a mi cabeza, como si la cosa de un monólogo se tratara.

Lo percibo cruzar delante de mis narices, el largo vehículo con vagones se ha detenido y en ese instante todo el mundo se levanta, toda la gente de los bancos se pone en pie. Algunos entran y otros salen, yo accedo al interior.

No hay sitio, todos ocupados como siempre... me quedo de pie esperando si alguien se levanta, si me ceden el sitio o si pasa rápido el tiempo de espera para llegar a mi trabajo. Tengo que permanecer paciente 5 estaciones hasta que la irritante voz diga:

-Próxima parada, ¡el trabajo de July!

Mis pensamientos son interrumpidos por las palabras de una voz que no me resulta nada familiar.

-Disculpe. -me dicen.

-¿sí?- respondo en un tono amable.

-¿Me deja pasar?-preguntó la mujer.

Hice el gesto y dejé paso a todos los que tenían que salir de ahí.

No entiendo por qué me tratan de usted. ¿Tan vieja soy? Yo creo que esa señora era muchísimo mayor que yo.

El tren sigue avanzando y cada vez me queda menos para llegar al trabajo. Miro el reloj rápidamente y veo que son las 8:45... Ya está... esa es mi hora de llegada al trabajo, tendría que estar ahora mismo allí o incluso sentada en la silla ya.

En ese momento me suena el móvil, es la alarma.

Ágil lo saco porque no quiero que esté sonando todo el rato mientras la gente mira. Mi bolso es muy grande y hay muchas cosas dentro, siempre se me ha hecho muy difícil encontrar algo ahí dentro cuando más lo necesito.

Por fin lo localizo, al encender la pantalla veo el mensaje de:

"8:45.Reunión importante"

886Donde viven las historias. Descúbrelo ahora