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.Si las olas hablaran.

Hermione gimió exasperada, ignoró a Ginny que la observaba y camino hacia el piso de arriba, se dirigió al oscuro pasillo y, como todos los anteriores días, intento hacer que la puerta se abriera.

No lo hizo, como siempre, el picaporte no se movió y el elfo apareció para espantarla.

Fue a la habitación que Harry y Ron compartían, sabía que Harry estaba durmiendo y Ron había salido de compras con Charlie.

Tenía la costumbre de siempre golpear las puertas, había momentos en los que agradecía ese TOC, como este.

El suave gemido de Harry sonó a través del muro, Hermione quedó tiesa en su lugar.

Rápidamente, soltó el picaporte y camino hacia el comedor e hizo la anotación mental de decirle a Ron que no entrará al cuarto.

Su amigo era un adolescente, claro.

(.)

Hermione acaricio el lomo de Kali, que siseo gustosa por los cariños dados.

La castaña cerró sus ojos y se recostó contra el sofá, reflexionando sobre que debía hacer.

Dumbledore.

El hombre que le había dado una plaza en la academia, que le había ayudado y guiado para que fuera una gran bruja.

Dumbledore, el anciano que consideraba su abuelo.

Dumbledore, el hombre que le había dicho que cuando llegará el momento, tendría que matar a Harry.

Harry, su amigo, su hermano.

Ella no lo iba a hacer.

Aquel día en el que él la había salvado del trolls se había prometido protegerlo, su magia se enlazó, una deuda de vida.

Había leído sobre ello, era cuando un mago salvaba a otro y este, hacia inconscientemente que su magia se enlazará, se volviera dependiente de la otra, que si, llegará el momento, ese mago daría la vida por su salvador.

Por eso Hermione estaba decidida, cuando llegará el momento, ella mataría a Dumbledore con sus propias manos si eso salvaba a Harry.

Había hablado de esto con Ron, él había estado de acuerdo, no iban a permitir que nada dañará a Harry.

No permitiría que nadie dañará a su familia.

Con cuidado, tomó la caracola que llevaba de collar y la rodó entre sus dedos.

[
"¡Mira Mione! Se parece a tus ojos" El sonríe de Harry tomó la baratija y se la mostró, sonriendo orgulloso por su hallazgo "Nunca he estado en el mar, pero estoy seguro de que esto es una caracola ¿No?" Añadió al final confundido, rodando de igual manera el colgante.

Asintió para si mismo y, con cautela, pago el precio.
Se acercó a Hermione y sonrió nerviosamente, ella se giró y movió su rizado cabello a un lado, dejando a Harry atarlo.

]

Kali siseo oliendo el collar, y Hermione lo giró con curiosidad.

Jadeo, acercando el rostro a la parte interna de la caracola y luego, por su libro.

Internamente, una serie de líneas y curvas lisas se dejaban ver tímidamente, líneas que, si juntaba, eran una runa.

Hermione sollozó cuando vio el significado.

La familia.

Hermione odió y amó a su amigo a la vez.

(.)

Ron besó la mejilla de Hermione y se sentó a su lado, apreciando las facciones de su amiga.

Había algo raro, algo que faltaba.

Antes, no podía hablarle sin sentir vergüenza, sentía que la amaba de una manera diferente a la usual.

Pero ahora, algo había cambiado, era como antes, cuando solo eran niños de 11 años que se querían como hermanos, no sentimientos románticos de por medio que lo hacían actuar como un idiota.

No sabía si es que había perdido el interés, o acaso algo que podría haber hecho.

No lo entendía, Ron no lo entendía.

Algo estaba cambiando, le también, deslizándose como una serpiente esperando el momento adecuado para atacar, algo estaba hirviendo en fuego bajo para explotar.

Ron no sabía si eso era algo bueno o malo.

(.)

Hermione rodó por la cama, ahora desesperada.

Sentía que algo estaba mal.

No sabía que, el encontrar esa runa en su colgante había hecho algo

Su idiota y cursi amigo le había regalado algo que solía dársele a los hermanos, padres y familiares.

Se lo dió a ella, una amiga.

Hermione no sabía si sentirse alargada o sospechosa por él.

Tomo la caracola entre sus dedos y la aprecio, viendo las suaves líneas canela que seguían el blanco turbio de la... Cosa, unos tonos más claros y oscuros que intercalan, dandole una apariencia parecida al de un hilo de bordar, con el reflejo de la luz, se podían ver todos incluso rojizos.

Se la acercó al oído y escucho, relajándose por el sonido del batir de las olas y el follaje marino que embrujó sus sentidos, la hizo sentirse allí, en el mar tomando un coco mientras su madre sonreía y su padre armaba una sombrilla, escucho de lejos el sonido de las gaviotas y el chapoteo de la espuma de mar, los cangrejos apretar con sus tenazas presas desprevenidas. Los peces enredarse entre sus pies con un bello arte colorido, la gama de colores cambiando contante la luz del sol se pagaba con la naranjiza y característico color del atardecer.

De maravillo al poder oler la magia de Harry y Ron, juntos acompañándola, Harry sorbiendo y seguidamente escupiendo con asco una cerveza que robó del congelador de su padre, Ron jugando con la arena y buscando almejas para terminar su castillo.

Puedo escuchar la voz de su madre, sosteniendola entre sus brazos cuánto la amaba y lo orgullosa que estaba de ella, a su padre prometiendole que haría todo lo posible para no trabajar tanto y poder acompañarla a su reunión de entrega de notas, a Harry decirle que era la mejor Hermana.

Una lágrima se deslizó por su costado, sabía muy bien que su madre jamás le palmearia la cabeza con cariño, su padre nunca dejaría de lado su trabajo por ella y que Harry era demasiado tímido para decirle eso directamente

Hermione solo pudo gimotear, acariciando con sus dedos la runa y sintiendo la magia de Harry vibrar en sus uñas, diciéndole bienvenida, está es tu casa, te amo.

Y recordó lo que le dijo Harry aquella tarde de verano cuando salieron al mercado y Harry le compró este mismo collar.

Si las olas hablaran, sonarían como tú.

N/A: Sin comentarios, me encanta Hermione.

.Mentiras. TharryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora