101. Puñetazos

826 39 7
                                    

Ryan

Frío.

¿Qué es el frío? Lo que siento ahora, literal me estoy congelando de apoco en la calle, no se me ocurrió traer una sudadera y papá no alcanzó a verme porque fui uno de los primeros que salió a la calle dispuesto para ir a comprar alguna cosa para comer. Mis hermanos estaban en las mismas, temblaban en cada baldosa y en un minuto carcajeamos con una especie de risa nerviosa.

— ¿Cuánto nos falta? Ya no aguanto —Liam escondió sus manos en los bolsillos.

— No seas llorón, está ahí el negocio...

— Está cerrado —Ethan se volteó bruscamente— ¡¿Para esto caminamos 10 malditas horas?!

— Pues así es la vida, acostúmbrate.

— No me voy a creer esa mierda de "queremos comprar un snack" —Liam levantó una ceja—. Digan ya lo que tienen planeado porque no estoy cagado de frío por una puta bolsa de patatas fritas.

— Habla Ryan —le siguió Marco.

— Bien —suspiré—. Hay un cumpleaños, es una chica que me llama la atención y...

—¡Joder, podrías haber avisado! —Emily se colocó roja del enojo.

— Lo siento, necesitaba una distracción.

— Yo me devuelvo, ya tengo un castigo a la vuelta, no quiero agravar la situación —mi mellizo pasó por el lado y lo tomé del brazo.

— Tienes que ser mi compañero siempre, no te puedes ir... —le rogué con la mirada—. Liam por favor, piensa en mí un momento ¿sí?

— ¿Y tu has pensado en mí? No seas egoísta Ryan, a ti no te van a dejar el culo adolorido en menos de media hora, así que tú ponte en mi lugar y por primera vez piensa.

— Papá estará preocupado, mejor vámonos —Marco hizo una señal, pero yo la ignoré.

— Me voy al cumpleaños —dije mi ultima palabra—, él que quiera venir, es bienvenido.

— Después no te andes quejando ni llorando porque te ganas los castigos tu solo solo —Emily me miró decepcionada y caminó en dirección contraria con Liam.

— ¡Son poco hermanables! —grité molesto.

— Ni creas que te vas a ir solo a un cumpleaños en la noche, es un peligro vivo Ryan —Marco se puso delante de mí.

— No me lo vas a impedir ¿verdad? —lo miré desafiante—. Puedo hacer lo que yo quiera Marco, vete con los demás y déjenme en paz.

— Si vinimos juntos, nos vamos juntos.

— Déjame, Marco, no me fastidies.

— No le des mas problemas a papá ¿quieres? Tenemos a Mateo enfermo en casa, sé un poco más consciente.

— Me largo —lo empujé con la intención de moverlo y seguí mi camino, pero sentí que me jalaron la polera y me detuve abruptamente—, ¿Qué carajos?

— No quiero pelear contigo Ryan...

— ¿Es una puta broma? ¡Deja vivir la vida! —con brusquedad me aparté.

— Voy a llamar a papá —sacó su celular y me asusté cuando marcó de inmediato por lo que con una reacción rápida golpeé su mano provocando que se cayera al piso el celular.

Se hizo trizas. Ups.

— ¡Eres un imbécil! —Marco me empujó molesto— ¡Un año estuve trabajando para comprarme ese celular!

Pequeñas travesurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora