Hombres y cosas.

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Durante la mayor parte de la Historia de la Humanidad hubo en todas las sociedades dos clases de seres humanos y, en consecuencia, dos formas distintas de hablar. Algunos seres humanos se consideraban "fines en sí mismos", usando la terminología ética kantiana, mientras que otros eran sólo cosas que estaban para ser usadas. Aristóteles compara un esclavo a una estatua o al trípode mágico que tenía el dios Hefestos, que seguía caminando a su amo. La misma palabra "robot" significa "esclavo". Había, en consecuencia, dos formas de hablar: Una para hablar con un hombre que era un fin en sí mismo, y otra para hablar con una cosa que estaba ahí para ser usada. Con la amplia aceptación de la ética cristiano-humanista que, con un fundamento religioso o no, establece la igualdad esencial de todos los seres humanos, esos dos modos distintos de hablar desaparecieron.

Instrumentos como los "asistentes virtuales" han reintroducido esa dualidad en el lenguaje. La diferencia, por supuesto, es que un asistente virtual ES una cosa que está para ser usada, es una herramienta y no un hombre. Pero crean lo que podemos considerar un mal hábito de comportamiento y de pensamiento. El problema con los asistentes virtuales y otros instrumentos similares es análogo a la razón por la que las golosinas en forma de cigarrillo son ilegales en muchos países: crean un patrón de comportamiento indeseable. Este problema será mil veces más grave cuando el uso de replicantes como juguetes sexuales sea el modo corriente de tener las primeras experiencias sexuales.

Investigaciones psicológicas nos dicen que los niños de ambos sexos tienen fantasías eróticas desde los 8 ó 9 años. Otras investigaciones nos dicen que los niños desarrollan su primera moral efectiva alrededor de los 12 años. Los niños pequeños llaman "buenos" a los adultos que les regalan juguetes y "malos" a los que los regañan, pero la primera verdadera moral aparece cerca de los 12 años. Combinando esas dos investigaciones podemos llegar a una conclusión clara: hay un período de 3 ó 4 años en que tenemos fantasías eróticas, pero ninguna moral que las regule. Personalmente sospecho que la mayoría de las perversiones sexuales son un intento de regresar a ese período de nuestras vidas, el cual también está en el fondo de mitos como el "paraíso perdido" y similares. La perversión es una afectación de inocencia y/o una afectación de egocentrismo. Toda perversión es una mentira. Bueno; pues las experiencias sexuales a muy temprana edad con replicantes tenderán a fijar esa etapa de la vida erótica, y volverla permanente, todavía peor que las experiencias sexuales adolescentes con prostitutas.

Inteligencias artificiales, mundos virtuales, subrogados y replicantes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora