Las IA se encuentran actualmente en un nivel primitivo donde se limitan a predecir secuencias de palabras utilizando algoritmos matemáticos ("loros estocásticos"). Cuando los programadores empiecen a construir estructuras que funcionen de modo análogo a la mente humana, tendrán que acostumbrarse a una especie de doble contaduría. En parte por motivos de corrección política, en parte para adecuarse a las falsas nociones de psicología de sus clientes, los fabricantes de replicantes no dirán la verdad acerca de cómo funcionan sus productos. Un cliente dice que desea que su replicante comparta sus ideales políticos: habla de "furor revolucionario", de tener "su misma pasión por la justicia social", su "convicción en sus nobles ideales", etcétera; el técnico simplemente va al panel de controles, busca la perilla del coeficiente intelectual y lo pone en mínimo. Y no hay que creer que los mismos técnicos no van a engañarse. Por motivos de corrección política se van a desperdiciar enormes cantidades de recursos económicos y horas-hombre de trabajo en desarrollar IA defectuosas basadas en una teoría psicológica falsa. Los problemas se volverán persistentes, porque no podrán ser solucionados hasta que alguien no diga donde está realmente la falla. Y decir esto sea quizás causa de despido.
Al menos, muchos de estos productos fallidos serán aprovechables comercialmente: porque habrá un amplio mercado de clientes para replicantes con una psicología falsa. Sobre todo, en el rubro de los juguetes eróticos.
Dos ejemplos de falsa psicología muy convenientes: el homosexualismo como una "orientación sexual" y el masoquismo como un "egoísmo con el objeto equivocado". Bueno, como explicación del comportamiento humano real en el mundo real, esas dos hipótesis tienen muy escaso valor. Pero, ¿No servirían como excelentes atajos para los programadores? ¿Cuál es el punto de crear un replicante neurótico (es decir: de programarlo para hacer una cosa y después añadirle un segundo programa que distorsione el programa original)?
Un "masoquista ideal" (es decir: alguien que experimenta placer en ser un instrumento al servicio del placer de otro) es en psicología el equivalente de los fantasmas en la literatura: se ha escrito muchísimo sobre ellos, pero nadie ha visto jamás uno. Pero, aunque los masoquistas ideales no existan en el mundo real, les puedo asegurar que un replicante sexual programado para comportarse como uno se vendería como pan caliente.
En otras ocasiones, la falsa psicología sería el único modo posible de satisfacer los deseos del cliente. Por ejemplo: en una ficción erótica, un tirano cría a las que serán en el futuro sus esposas en un serrallo en donde ignoran que existen los hombres. Desde pequeñas han estado encerradas allí, todas las personas encargadas de su cuidado y educación fueron mujeres, todos los animales que había en el lugar eran hembras y todos los libros que leyeron habían sido censurados. Las muchachas descubrían lo que era un hombre y lo que era el sexo en su noche de bodas con el tirano. Bueno: si alguien quiere reproducir esa experiencia con un replicante programado de modo realista, lo esperable es que el shock sea tal, que simplemente quedase en estado catatónico. Por no mencionar que alguien educada así sería indudablemente lesbiana. Nada de esto complacería demasiado al cliente que quería representar el rol del tirano del cuento. La falsa psicología en este caso será una necesidad y no un mero atajo para los programadores.
El erotismo es la literatura de la falsa psicología. En el futuro, esa literatura será la base para la programación de toda clase de replicantes sexuales: víctimas que se enamoran de su violador, geishas que no tienen otro deseo que no sea complacer a su amo, replicantes con forma de niños, pero mente de adultos, replicantes verdaderamente "orientados" a desear a sus clientes de su mismo sexo, interminables etcéteras.
Los replicantes abrirían todo un abanico nuevo de perversiones sexuales: Gente que desea tener sexo con una misma mujer a dos edades distintas, gente que quiere tener sexo consigo mismo, gente que no desea saber si está teniendo sexo con un replicante o con una persona de verdad, personas que fingen ser replicantes, replicantes programados para hacerse pasar por personas, largos etcéteras.
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Inteligencias artificiales, mundos virtuales, subrogados y replicantes.
NonfiksiUna serie de reflexiones acerca del modo en que las tecnologías diseñadas para imitar a los seres humanos afectan nuestro comportamiento y nuestro modo de vida.