-Ahí está.- susurró.
Observé a un grupo de hombres vestidos iguales que hablaban entre ellos.
- Ese, el de la izquierda.- me describió Alexéi.- ¿Lo ves?
Yo tardé en responder.
-Sí, ahora.
Papá estaba al lado de una columna hablando con otros dos guardias.
- ¿Quieres saludarlo?- me preguntó.
- ¿Se puede?
Lo último que quería en ese instante era meterme en algún problema.
- Podemos acercarnos si es lo que quieres.
- Podría enfadarse ese tal Pierre.
- No importa, diré que te estaba enseñando la zona.- él agarró mi mano y tiró.
-Espera.- me paré en seco y él se giró.- ¿Y si tus padres nos ven, se enfadan y me mandan de vuelta?
- Mi padre no se encuentra aquí, está en Ekaterimburgo y mi madre tiene migraña así que no saldrá de su habitación en todo el día.
- ¿Seguro?
-Claro, si no, te hubieran recibido ellos.
Exhalé y le extendí mi mano. Él la miró unos segundos y luego fijó sus ojos en los míos, yo bajé la vista para ver cómo me enseñaba sus dientes en una amplia sonrisa.
- Sígueme.- ordenó.
- No tengo otra opción si me agarras.- bromeé.
- Tienes el mismo humor que Boris.- se quejó.
- ¿Me debo ofender o es un halago?- pregunté.
- Tú sabrás, es tu padre.
- Estoy segura de que lo conoces mejor que yo.
- Bueno, es un soldado muy leal.- confesó.
- Eso me alegra, me alegra que haga bien su trabajo.
- Lo hace, estoy seguro de que daría su vida por los Románov.- aseguró.
Era bonito saber que mi progenitor era excelente en su trabajo.
- Bien, ahora lo llamaré y tú te esconderás detrás de mi para darle así una sorpresa, ¿te parece bien?- sugirió.
- Sí, me gusta esa idea.- respondí.
Aléxei me soltó la mano y se aproximó hacia el grupo de hombres.
- ¡Boris!- gritó.
Entonces, todos los hombres se giraron hacia él.
- ¿Qué os ocurre jovencito?- respondió él.
- Necesito que vengas.
- Estoy trabajando, ¿tiene que ser ahora?- respondió sin ánimo.
- Sí, ahora mismo.- ordenó.
Papá resopló y tiró el cigarro que se estaba fumando.
- Espero que no sea una tontería de las tuyas Aléxei.- se quejó.
El chico se dio media vuelta y corrió hacia mi dirección.
- ¡Rápido, ven!- me agarró de los brazos y me pegó a su espalda.- Quédate en silencio.
- ¿Ya viene?- pregunté intrigada.
- ¡Te va a oír!- susurró.
- Estoy nerviosa.- confesé.
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ENTRE DOS BANDOS
Fiction HistoriqueLa Rusia zarista. Nikita, una joven española, es enviada hacia Rusia con su padre. Causará gran revuelo en el pueblo ruso por su increíble inteligencia y facilidad de enseñar español. Nicolás II, al oír esto, aceptará que la adolescente imparta cla...