Después del partido, Pedri siempre llegaba agotado y completamente bañado en sudor, es lo que tiene ser un jugador que se entrega siempre que sale al campo. En esta ocasión, no era distinto, en cuanto salió del campo, fue directo al vestuario empapado en sudor y exhausto.
Había sido un empate, pero el canario había jugado bien, por lo que a pesar de la frustración general que suponía no ganar, estaba algo tranquilo por su correcto desempeño. Además, estaban en el Metropolitano, muy lejos de casa, lo que hacía que la victoria fuese más difícil y tranquilizaba al equipo.
El equipo abandonaba el vestuario con rapidez, después de alguna ducha y cambiarse, pero Pedri se mantenía sentado. No le cuestionaban, solo le felicitaban y se despedían, pues todos sabían que se solía quedar solo y cambiarse más tarde, y se habían adaptado a eso. Como de costumbre, Pedri se acabó quedando solo en el vestuario, sentado para relajar las piernas.
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Desde que había ido a algún entrenamiento en el Metropolitano y cada vez estaba más cerca de seguir ascendiendo a clubes mayores, tenia libertad de acceso a las instalaciones por un carnet, esto hacia que cuando tenía un mal día o simplemente me apetecía desconectar, iba al estadio y paseaba por el interior para luego jugar en el césped unos minutos que me hacían coger fuerza y ánimos para seguir en este deporte.
Hoy era día de partido con el Barcelona, un partido que pude ver desde zona privilegiada y luego pasar un rato con los compañeros de equipo, con los que me llevaba bastante bien. Tras acabar de verlo, fui a casa, donde estuve unas horas ejercitándome en el jardín, hasta que de pronto, sentí que necesitaba entrenar, ya que en los últimos entrenamientos no había dado todo de mi. En casa no era lo mismo, así que inmediatamente pensé en ir al estadio. Ya habían pasado casi dos horas desde el final del partido, así que seguramente no habría tanta gente y podría acceder perfectamente.
Entonces, tome camino hacia el estadio, que no quedaba tan lejos, para luego entrar con el carnet y dirigirme a la zona del vestuario, solía pasar por ahí y dejar mi ropa de calle para cambiarme, ya que no quería ir directamente vestido con ropa deportiva. Estaba casi terminando de cambiarme, poniéndome mis botas, cuando de pronto alguien entro y se frenó en seco al verme, ya que como yo, querría estar solo.
- Eh, disculpa, es que me he dejado algo aquí. - intervino Pedri, quién había acabado de cambiarse y recoger sus pertenencias hace apenas minutos, pero que había olvidado uno de sus pares de zapatos.
No me lo podía creer. Era una de esas cosas que no esperaba que pasasen hoy en cuanto me levante. Tenía a Pedri delante de mí, uno de los mejores jugadores de la liga, que además tenía un enorme atractivo, cosa que no me costaba reconocer, ya que, en secreto, mantenía relaciones con chicos y me consideraba bisexual. Por eso, ver a Pedri con su bermuda vaquera y una camiseta donde se podían marcar sus músculos, además de su sonrisa nerviosa, me hizo pensar más allá. Imaginar lo que podría pasar con el, como ya había pasado en este vestuario con Griezmann.
- No pasa nada, disculpa, vine pensando que estaría vacío, para entrenar en el césped. Estoy en el equipo juvenil.
- Tranqui tío, todos se fueron hace mucho, pero yo necesito tiempo, cuando salgo del campo tengo la cabeza en otras cosas y me despisto. - respondió Pedri pensativo.
- Te entiendo. Por eso vine, creo que necesito mejorar.
El canario rasco su nuca, de nuevo pensativo, como si estuviese buscando las palabras que decir, para luego responderme.
- ¿Quieres que juegue unos pasos contigo?
- Estarás cansado, no te voy a negar que me haría ilusión, eres un crack, pero no quiero que te fuerces.
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FUTBOLISTAS | HOT GAY / EUROCOPA 2024
אקראיEn esta historia pueden encontrar relatos eróticos y one shot de esta temática sobre jugadores de la liga española y otros equipos internacionales.