15 de octubre de 1954

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Le había contado sobre el pequeño a mi compañera de expediciones esa mañana en el trabajo, por las características que le había dado, ella sabiamente supo darme una respuesta y decirme sin demora que yo estaba siendo observado por un fantasma; ella dijo que cubren su rosto porque en donde iban sus ojos ahora hay dos cuencas vacías y su boca ha sido sellada por la muerte para que no la llamaran en la noche. Me dijo que los que se esconden no son malos y que solo tienen miedo y que algunos ni siquiera saben que están muertos.

Me dediqué a investigar y fui a la biblioteca de pueblo para poder saber qué hacer con el intruso en mi patio. Luego de horas no hubo respuesta de como ahuyentarlo, pero un mal sabor de boca me dejo saber todo lo que tiene que pasar un alma para quedarse vagando en el mundo de los vivos.

descubrí que puedo darle cosas al quemarlas en un rito los días en número par durante la noche así que me prepare para regalarle algunos presentes a el niño que tanto ha sufrido. 

Querido FantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora