NEW VERSION: XII.

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SICILIA, ITALIA

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SICILIA, ITALIA. │HAYLEY.

No me encontraba de humor y tampoco me sentía bien, tenía la cabeza caliente y dolorida. La llamada de mi mamá me había dejado demasiado inestable, aún más sabiendo que ella hablaba pensando que yo no estaba escuchándola, pero no, yo sí estaba y lo peor de todo que arriba del regazo de mi secuestrador.

Lo único bueno en este día había sido que Masen aceptó mi pedido de viajar a Londres para visitar a Peter, lo malo era que él iba a estar presente cuando mi mejor amigo y yo nos encontremos. No me gustaba la idea, ya que yo quería charlar con Peter a solas y la presencia de mi secuestrador me molestaba, pero no podía hacer nada porque si le decía que no estaba de acuerdo en que me acompañe se iba a negar a llevarme a Inglaterra.

Luego de lo que había sucedido en la oficina me volví a la habitación a recostarme un poco, ya que no me sentía bien físicamente, había pensado en decirle a Laura que llamara al doctor que me había atendido los primeros días que estuve aquí, pero luego me arrepentí y no lo hice. No lo mandé a llamar porque si lo hacía Masen iba a saberlo y no lo quería cerca de mí en este instante.

Me recosté por unas tres horas y luego Nigeriano tocó la puerta, entró y me avisó que tendríamos una fiesta importante y por eso me tenía que levantar, duchar, cambiar y prepararme. Salí de la ducha y me encontré con la habitación completamente repleta de vestidos de todos colores.

Elegí uno negro de seda que tenía un escote en el pecho en forma de V, tenía tirantes delgados y también una abertura en mi pierna que la dejaba descubierta. Lo elegí porque fue el que más se acercó a mi estilo, además de que no había otros que me gustaran de color blanco. El blanco era mi color favorito y me quedaba de maravilla.

Un peluquero me peinó y me dejó con mi cabello rubio con ondas suelto y brillante, luego salió y entró el maquillador que cuándo le pedí que haga un look natural se sorprendió y solo asintió sin decir absolutamente nada. 

Ahora me estaba terminando de dar los toques, estaba utilizando mis zapatos negros con dorado de la marca YSL, unos guantes negros y joyas doradas. No iba a llevar uno de los bolsos que me habían ofrecido por el simple hecho de que ninguno combinaba con mi ropa.

La puerta de la habitación se abrió y ni me molesté en girarme y observar de quién se trataba porque ya lo sabía. La alta figura de Masen se reflejó en el espejo que estaba en frente de mí y cuando estuvo detrás a unos centímetros agarró mi cintura mientras se agachaba hasta la altura de mi oído y decía: —Hermosa, principessa

No lo miré, solo me observé a mí misma que lucía completamente hermosa. Asentí hacia él y salí de enfrente del espejo mientras me dirigía a la puerta para salir de la habitación. Estaba harta de comportarme como si fuese santa o como si no quisiera estar libre, quería volver a como era antes.

Obsesión Desafortunada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora