Hubo un periodo de conversación banal en ambos, casi realizada con monotonía. MinHo le pasó uno de los bocadillos y mientras JiSung comía, le contó cómo fue su mañana. Le contó que no hubo mucha gente en el gimnasio así que el lugar estuvo libre para él y dos o tres personas más. También le sugirió que en alguna ocasión podrían ir juntos —«Te encantará. Una vez que pases la primera semana, el resto será sencillo»—.JiSung le dirigió una mirada de «No estoy seguro» que se podría traducir a «Eso lo dices porque llevas toda tu vida ejercitándote». Dio otro mordisco y cambiaron de tema. En un punto MinHo perdió el hilo y sólo alcanzó a oír algunas frases, algunas que incluían baloncesto, prácticas y fin de semana; no precisamente en ese orden.
La verdad es que llevaba toda la noche en vela, durmió como dos horas en total; se despertó alrededor de tres veces: Por un lado por la pesadilla de JiSung, por otro cuando YongHa encendió sin querer las luces, y la última, bueno, eso fue todo, no pegó ojo desde las cinco, vio el amanecer hasta que su alarma sonó dos horas después.
Tuvo la mente en un caos, por eso salió rápido a correr. Hacer ejercicio le despejaba de pensamientos que al final sólo lograban hostigarle. Para cuando espabiló, JiSung había terminado de comer y estaba arrugando el papel en una bola mal hecha.
Analizando mejor, se puso a pensar en la primera vez con JiSung, en la primera vez que se arrodilló y se la chupó, y se replanteó que quizá no fue tan mala: Levantaba los ojos atrevidamemte y se la golpeaba contra la lengua de vez en cuando. Sabía lo que hacía, había vergüenza en su cara, pero ella no llegó a su mirada.
—JiSung —le llamó. Él se enderezó y pareció que las palabras se estancaron.
—Dime.
Mierda. Su voz era tan mansa que le dejó aturdido. JiSung sonrió y luego rió y al momento de inclinarse a tocarle, MinHo se alzó de la cama.
—Quítate la camiseta —En un cambio de expresión sólida y estable, vuelve a estar de pie luciendo grande e intimidatorio, al menos para quien se encontrara bajo su mirada.
El brazo de JiSung cayó. Esa frase ya la había oído antes. Se agazapó, dobló las piernas y removió el cuerpo hasta arrodillarse frente a él. «A los hombres le gusta tanto llevar el control» recordó.
Agarra una de las manos de MinHo con el mismo cuidado y tacto que lo haría con una alimaña y se frota contra la mejilla como siempre él lo hace cuando le da cariño, con los mismos mimos y movimientos. Imita sus caricias y los hace suyos. Luego la toma desde los dedos y se la lleva a la cara, a la altura de la boca.
—¿Quieres que me quite la camiseta? —habló, humedeciéndose los labios—. ¿Por qué?
De alguna forma, que hiciera eso, formó una gran lío en MinHo. Le ve abrir la boca y coger el pulgar por el hueso. Su yema chocó contra los dientes, contra la humedad de ahí dentro y sentir la presencia de la lengua, pero ella fue en vano. JiSung se separó, echó la cabeza atrás y alejó la mano, mas no le soltó.
—Quítatela —repitió MinHo, impaciente, casi bramando y sonando como una orden; cosa que le gustó a JiSung.
—Me enseñaron a ceder el paso primero a los mayores —ha dicho. Entonces curvó ligeramente la comisura de los labios hasta mostrar una sonrisa genuina llena de naturalidad y...
Y MinHo apretó la mandíbula. Esa actitud estaba volviendo. No le importaba, vaya sería hipócrita de su parte indignarse; le excitaba; la polla se le movió entre los pantalones. Pero no pudo evitarlo. Su orgullo y arrogancia fueron a parar en sus ojos y de cierto punto razonó lo que tenía delante.
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Blue. (all of those drugs) ♡ MinSung
FanfictionMinHo siempre se había calificado como alguien incapaz de sentar la cabeza. El sexo, fumar, drogarse, lo llevaron a una codependencia casi excesiva. Tratando de abandonar ese lado de buscar un coño o un simple agujero al que follar, le pide una cita...