Capítulo 14

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Esa mañana me desperté temprano para iniciar el día bien animada. Tenía turno de mañana en la cafetería y no quería llegar tarde.

Me arreglé sin prisas y cuando estuve lista salí para bajar las escaleras. A penas había amanecido todavía.

En mi camino al vestíbulo, cuando estaba aún por la segunda planta, vi un tenue resplandor a mi izquierda. Con sigilo y cuidado de no molestar a nadie, me agaché junto al objeto que había tirado en el suelo, el cual desprendía aquel reflejo de luz.

Era un reloj con el cristal roto.

Lo sostuve con cuidado a medida que me levantaba. Miré hacia el pasillo donde estaban las habitaciones de Stephen y Wong. Seguramente se le debía haber caído a alguno de los dos.

Lo miré con curiosidad. Era muy bonito, además de caro y fino. Tenía pinta de ser del doctor. No veía a Wong portando algo como eso, definitivamente. Le di la vuelta para observarlo mejor y me sorprendí al ver una inscripción grabada en la parte de atrás.

"El tiempo te dirá lo mucho que te quiero" –Christine.

Me quedé sin aliento. Sentí un repentino mal estar en el estómago. Estaba confusa.

«¿Quién es?»

Decidí dejar el objeto en una mesa pequeña de decoración que había junto al pasillo para que su dueño pudiera encontrar el reloj con facilidad y seguí mi camino hacia la salida.

Sujeté mi bolso mientras miraba hacia el frente, inquieta por lo que había descubierto. Negué con la cabeza para despejar mi mente y me di prisa en llegar al trabajo.

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—Oye, Avi. Tienes mala cara, ¿te encuentras mal?

Me volví para ver a Sophia cruzada de brazos en la ventana de la cocina mientras yo preparaba los cafés que me habían pedido.

—Que va. Pero creo que no he descansado bien y por eso estoy un poco agotada.

No tenía muchos ánimos de charlar. Me sentía mal y no sabía ni por qué. Sentí el dorso de una mano en mi frente, al mismo tiempo que Jimmy aparecía en mi visión.

—No tiene fiebre. Pero estás más pálida de lo normal, ¿has comido algo antes de venir?

—Me he tomado un café cuando he llegado.

—¡¿Solo eso?! Normal que estés así. Espera y te traigo algo —cuando iba a replicar, Jimmy se fue prácticamente corriendo a la cocina guiado por Sophia, la cual le indicó donde estaban los dulces.

—De verdad, no hace falta —tenía la corazonada de que eso no era lo que me estaba sentando mal.

—Come y calla —me dijo la morena dándome un croissant, acompañado por otro café. Suspiré y decidí contentarlos. Tenía la batalla perdida contra aquellos dos mandones.

Pasé el resto de la jornada entre angustiada y entristecida. No me gustaba sentirme así de insegura. Para colmo, no tenía muchas ganas de volver al santuario, cuando lo que siempre quería era estar allí lo antes posible.

«Hoy me he levantado con el pie izquierdo, al parecer».

Me despedí de mis amigos y cuando llegué al Sanctum Sanctorum, para mi desgracia, me encontré a Stephen sentado en una de las butacas junto a la chimenea. Al verme guardó algo arrugado que no pude alcanzar a distinguir en el bolsillo de su camisa. No le presté mucha atención al detalle.

𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐜 𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮 || 𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐱 𝐎𝐜 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora