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El sueco se separó del abrazo, aún teniendo pesadas lágrimas recorrer sus mejillas, el italiano con cuidado y cariño le seco las lágrimas con sus dedos, sonriendo de manera dulce buscando consolarlo así

-- gracias... -- dijo el sueco en voz baja, necesitaba tanto un abrazo, que alguien lo escuchará o más bien acompañará, que le dieran unas palabras de consuelo y esa protección que tanto le faltó siempre

-- no hay nada que agradecer Suecia... -- respondió el italiano acariciando las mejillas del sueco que sonrió apenas un poco. Saliendo de su burbuja al escuchar al médico llamarlo, mirando con duda al italiano, ¿sería mucho pedir que lo esperará? No quería estar sólo ahora, o que el mayor lo viera como un niño que sólo sabía llorar e irse  -- ve, yo te espero aquí, si no estoy me llamaron, espera aquí yo te busco si eso pasa  -- dijo el mayor arreglando un poco la ropa del sueco este sólo asintió y se fue a que lo revisarán

Lo vio irse por el pasillo, tomando asiento en una de las sillas, ya había sido atendido, pero no quería que pensara que lo estaba haciendo esperar al pedo, aunque el italiano no lo viera así, había notado cierta ansiedad y soledad en el sueco, de cierta manera se recordó así mismo, ansioso y sólo, asustado y confundido

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El sueco salió de la sala médica y busco al italiano, viendo que había cumplido con lo que dijo, ahí estaba, esperándolo justo en donde le dijo, miraba su celular algo absorto en sus pensamientos, se acercó despacio hacía él, tocando con cuidado el hombro de este, el italiano alzó la mirada y sonrió, guardando su celular en el bolsillo y se levantó

-- ¿qué te dijo el médico?  -- pregunto el italiano empezando a caminar con el sueco hacía la salida

-- que no es nada grave, me dijo que tal vez deje marca pero en unos días vuelva -- dijo con tranquilidad, estando más calmado que hace unos minutos, mirando el brazo del italiano, sonriendose mal por su mala educación  --  ¿y a ti? -- pregunto mirando el brazo de manera menos discreta y luego al mayor a los ojos

-- eso es bueno, -- respondió calmado, para luego mirar su brazo y alzarlo mirando la venda que cubría todo su antebrazo -- nada, me cosieron y me dieron unos medicamentos -- respondió encogiendose de hombros

-- ¿que te paso? Perdón por no preguntar antes, no era mi intención ser grosero.... -- se disculpó el sueco, el italiano se rió un poco

-- jaja, está bien, estabas nervioso, es entendible cariño,  -- lo tranquilizó  -- es.... complicado explicar que pasó, pero fue un accidente de cocina  -- respondió con calma, ambos llegando al estacionamiento, quedando en frente al auto del italiano que le abrió la puerta, el sueco lo miro confundido, sólo lo había seguido, pero se subió en la parte del copiloto, ya estaba, era sólo un paseo

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El albiceleste volvió a su casa, entrando a la sala, viendo sólo la televisión encendida, prendió la luz, creyendo que iban a estar su madre y su tío en el sillón durmiendo, pero su sorpresa fue grande al ver al sueco durmiendo en los brazos de su madre, ambos durmiendo bajo una manta

-- por favor que estén vestidos, por favor que esten vestidos, por favor que estén vestidos.... -- rogaba el omega agarrando el borde de la manta y destapandolos, y para su alivio, sólo estaban durmiendo,  no había hecho nada. Ninguno de los mayores se mosqueo por lo que pasó, el sueco sólo se quejó un poco y el italiano lo acurruco mejor en sus brazos, sólo los volvió a tapar y se iria a dormir, luego haría su interrogatorio

-- Argie... -- lo llamo el italiano abriendo un poco los ojos, el argentino volvió sobre sus pasos y se quedó frente a frente con su madre

-- Hola ma -- saludó en voz baja para no despertar al otro omega

-- ¿cómo te fue? -- pregunto curioso también en voz baja

-- bien... ¿qué hace Suecia acá y así con vos? -- pregunto con cuidado y una curiosidad que le carcomia por dentro

-- me lo encontré de casualidad, tuvo un día difícil, se quedará está noche -- informó el lotha a lo que el omega menor asintió

-- bueno, ¿que le pasó en el cachete?

-- larga historia, mañana le preguntas

-- ¿y a vos en el brazo?

-- un pequeño accidente en la cocina

-- ¿el tío? -- siguió con su interrogatorio, aunque ya había dicho que lo haría mañana

-- fue a ver unos parientes, vuelve mañana en la noche

-- ah bueno ¿cómo van a dormir?

-- ya lo llevo a mi habitación, yo dormiré en el sillón

-- no no, que duerma en mi habitación, yo duermo acá

-- no hijo

-- si ma

-- que no...

-- que si....

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Después de una pequeña pelea por quien dormiría en el sillón, terminaron el sueco y el italiano en la cama de este y el argentino en su cama, que no podía dormir, se sentía muy raro, sabía que no estaba ahí, sabía que eso era imposible, no podía ser posible.... Pero se sentía tan asquerosamente real que los ojos se le llenaban de lágrimas al sentir sobre su piel las manos del ruso, sentía esa obscena presión sobre su bajo vientre, el flash de la cámara que lo dejaba sin ver, el dolor en su pecho... se sentía todo tan real....

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Los días pasaban, y el sueco y el italiano se hacían más amigos, solían dar paseos los domingos, que eran los días en que coincidían sus descansos

Y los paseos terminaban en un café, y el café deribaba en una cena, todo acompañado de una amena y entretenida charla, las acciones eran más naturales, casi automáticas

Pasando a buscar al omega argentino para ir a cenar, El argentino simplemente permanecía en silencio escuchando la conversación, era muy confuso todo esto, una cosa era que fueran amigos, pero esto no parecía muy de amigos entre su madre y su ex padrastro, más no decía nada, tenía varias semanas sin dormir bien que creía que eran ideas suyas que el sueco soltara unas leves feromonas como enamorado, también la pequeña pancita de este, y los constantes mimos del italiano, también debían ser ideas suyas

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Ya no podía así, otra noche sin dormir, otra noche que revivia esa espantosa escena. Se levantó de la cama, era muy temprano en la mañana, más el italiano estaba preparándose para irse a trabajar

Se acercó a su madre, que volteo al verlo por el reflejo del espejo,  se preocupó al verlo ojeroso,  con los ojos rojos y temblando de pies de cabeza

-- mami... ¿p-podemos hablar? -- sono la voz rota del omega al cual se le empezaban a caer las lágrimas










Holi, muchas cosas eh

Bueno

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Vaiiiii

mi guerrero inca  (CH Argentina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora