Kaja nos había dicho que estarían en el mismo restaurante en una mesa situada estratégicamente para que ellos pudieran vernos pero nosotros a ellos no.
Como había que aparentar, íbamos cogidos de la mano. Sentía que no merecía a Richard, a pesar de que últimamente pensara que era al contrario. ¿Era eso remordimientos? ¿Me arrepentía de haberme divorciado de Richard? Todo parecía indicar que sí...
Nos sentamos a la mesa y miramos la carta en silencio. Justo cuando nos tomaron nota, Kaja envió un mensaje a Richard para decirle que ya habían llegado.
- Estás muy guapa... - parecía la frase favorita de Richard últimamente.
- No te preocupes, desde aquí no nos oyen... podemos hablar de cualquier cosa. Como si quieres que hablemos del tiempo, solo tenemos que sonreír.
- Pero es que lo digo en serio. - insistió. Yo me quedé en silencio mirándolo fijamente. ¿Estaba siendo amable o había algo más? - Es que hacía tiempo que no te veía así; siempre que te arreglabas era para ir al trabajo. Ya no recordaba cómo te quedaba ese vestido, la última vez que te lo pusiste fue el día que me dijiste que estabas embarazada de Emma Rose.
Así que era eso... por eso me había estado mirando con tanta atención antes de salir de casa. Me quedé totalmente sin palabras, hasta que un camarero nos trajo los platos y empezamos a cenar mientras hablábamos de la comida y cosas triviales.
A pesar de que la conversación fluía con normalidad, no hablábamos de nada importante ni de temas personales. Aún así pensé que tenía que disfrutar de ese momento, probablemente no volveríamos a estar los dos solos en una cita nunca más, si es que aquello se podía considerar una cita.
- Ah, por cierto, casi me olvido... - dijo haciendo una pausa de su postre. - Toma.
Sacó una cajita de no sé bien donde y me la ofreció en sus manos.
- Richard no tenías que regalarme nada, yo no tengo nada para ti.
- Es tu regalo de cumpleaños, - dijo algo avergonzado - después de lo que pasó nunca te lo llegué a dar. Ahora no sé si será apropiado, pero... para mí era muy importante y quiero que lo tengas igualmente.
Lo miré con desaprobación, esa descripción no me gustaba nada y no quería complicar más las cosas. Abrí la caja en cuestión y saqué un colgante que se componía por tres círculos, uno dento de otro; parecía algo sencillo pero cuando me fijé más, cada uno de los círculos llevaba nuestro nombre: Richard, yo y Emma. Ahora entendía por qué pensaba que aquél regalo estaba fuera de lugar.
- Es precioso, muchas gracias. - dije sin añadir nada más. Sentía una gran tristeza por haberlo perdido, pero tenía que aceptar que las cosas habían cambiado porque yo quise. - ¿Me lo puedes poner?
Sabía que David nos estaría mirando y me pareció un buen momento para aprovechar nuestra actuación. Richard se levantó sin dudar y me puso el colgante desde atrás.
- Se me hace raro dártelo ahora, pero al fin y al cabo pase lo que pase siempre seréis mi familia.
Aquello fue el detonante de mi sensibilidad y se me escaparon un par de lágrimas que sequé rápidamente con mis manos antes de que me viera. "Le quiero" pensé aguantándome el lloro.
- Gracias Richard, siempre podrás contar con nosotras. - con un esfuerzo titánico conseguí hablar con neutralidad y sin que la voz me delatara.
- Yo... - pero él iba a seguir con su bombardeo de cosas tiernas y ya estaba viendo que no me lo iba a poner nada fácil - sé que cada uno hemos tomado caminos distintos pero... con lo de anoche, por un momento pensé que te perdía de verdad. Puede que esté con otra persona pero no siento lo mismo que contigo, nada es igual y siento que nadie va a poder llenar el vacío que tú dejaste.
- Siento el numerito de ayer... reconozco que se me fue de las manos, pero no se repetirá. Puedes seguir con tu día a día y tienes derecho a rehacer tu vida.
- Ya, ¿pero nunca te has planteado volverlo a intentar? Yo estaría dispuesto, lo dejaría todo por...
- ¿Pedimos la cuenta? - le interrumpí a la vez que levantaba una mano para pedir que nos trajeran la cuenta.
- ¿Qué me dices? - preguntó.
- Te digo que es hora de irnos.
Richard agachó la cabeza y se quedó mirando sus manos que reposaban en la mesa; en cuanto trajeron el ticket saqué el dinero y pagué. Vi que él iba a sacar su tarjeta pero no le dio tiempo.
- Como fue mi cumpleaños invito yo. - le dije intentando sonreír un poco. Me levanté para que por fin pudiéramos irnos y él hizo lo mismo. Volvió a darme la mano de camino a casa pero no me habló hasta que llegamos y nos despedimos de Khira, que había estado cuidando de Emma.
- ¿Tu respuesta definitiva es no? - había vuelto a sujetar mi mano y me atrajo hacia él. Yo no sabía qué decir, sí que quería estar con él, ahora lo sabía, pero también sabía que no era justo para nadie: su novia, Merlin, él mismo... todos merecíamos seguir adelante y tenía que dejar de fastidiar a todo el mundo.
- Sí... - susurré. Probablemente fueron las dos letras más difíciles de pronunciar en mi vida. Costaba horrores decir lo contrario de lo que pensaba y sentía. Richard me tomó de la barbilla y levantó mi rostro; pensé que iba a darme un beso a modo de despedida, pero lo que quería era que lo mirara directamente a los ojos mientras terminaba de destrozar mi corazón.
- Pues entonces no me busques nunca más. - soltó mi barbilla y desapareció hacia su habitación. Cuando escuché la puerta cerrarse mi barbilla empezó a temblar y rompí a llorar. Me tapé la cara con las manos para que no me oyera. Me senté un rato en el sofá maldiciendo mi existencia y cuando me sosegué un poco, me fui a la cama resignada. Richard había dejado mi pijama en la cama del cuarto de invitados; pocos gestos hablaban más que ese.
ESTÁS LEYENDO
Soñar es gratis 2
FanfictionDespués de vivir un sueño Irene regresa a Europa junto con su prometido Richard Kruspe. Una vez más debe iniciar una vida en un país nuevo y afrontar todos los cambios que le depara el futuro. Pero, ¿solo el futuro? A veces el pasado nos persigue pa...