Nuestro Precioso Hogar (Merodeadores)

𝐗𝐗. 𝐋𝐚𝐬 𝐩𝐫𝐞𝐝𝐢𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐌𝐚𝐫𝐥𝐞𝐧𝐞.

Barajó las cartas entre sus dedos una decena de veces antes de repartir.

Para Marlene, la adivinación no era un juego y quería demostrarles a sus compañeros que no debían de bromear con el futuro.

Ella, según las propias palabras de la profesora Cirene¹, poseía el sagrado don de la videncia, y si se esforzaba en cultivarlo, podía llegar a dictar profecías trascendentales para el día de la mañana.

Por eso mismo, cuando escuchó a James y Sirius riéndose mientras hacían con prisas su tarea de adivinación, escribiendo en sus predicciones hechos terribles, Marlene acabó por enfadarse.

—No te lo tomes tan en serio, mujer —farfulló James recibiendo las cartas—, tampoco es para tanto.

—¿Qué hacen? —preguntó Lupin acercándose en la mesa. Llegaba de la biblioteca con un par de libros delgados— ¿Van a jugar escoba?, si es así deberían apostar para darle más emoción.

Ignorado que ninguno de las tres tenía idea de lo que era "la escoba", Marlene le extendió un par de cartas a Lupin y señaló la silla al lado de James.

—Marlene nos va a leer el futuro —mencionó Sirius, quien recibió un golpe en la mano, cuando quiso revisar sus cartas— ¿Quieres probar suerte, lunático?

—Está bien, me apunto —sentenció Lupin, sentándose en la mesa—, aunque ni siquiera estoy en adivinación... me parece una materia demasiado... —Marlene miró a Lupin con llamas en los ojos, quién atinó a decir—, ¿Subjetiva?

—¡El arte de la adivinación es noble, se los voy a demostrar!

Con un movimiento de varita, Marlene puso un poco de soft rock como música de fondo, cerró las cortinas y encendió la luz a su lado. Sin duda alguna, su rebelde cabello rubio, grueso delineado negro, uñas del mismo tono y labial rojo intenso contrastaban al completo con la imagen más identificatoria de una vidente.

—Den vuelta su primera carta.

La carta de James se trataba de un as de Oro, Sirius, tenía al cinco de espadas, pero Lupin apenas dio vuelta su carta la volvió a ocultar.

—Lupin, tu carta.

La luna se mostró en su baraja, a los chicos todo ese asunto de la adivinación comenzó a darle mala espina.

—James, tu carta es un buen augurio; vas a entrar en un periodo de vida muy productivo, cumplirás lo que siempre has anhelado y es el momento idóneo para trabajar para los demás —determinó Marlene sin vacilar—. Sirius, tu carta me habla sobre tu pasado, que has sufrido demasiado por tu orgullo, que tu vida esta en un conflicto constante, pero aun así tienes una buena autoestima. —Sirius se mordió el labio, con cierto resentimiento, ya que nunca había revelado nada de ese delicado tema  a Marlene.
     » Lupin, la luna puede tener varias interpretaciones, pero conociéndote, se refiere a tu temor, lo que ocultas, o ambas. Llevas escondiendo algo en tu vida, que si no lo comprendes a tiempo, puede desencadenar a una depresión de la cual no podrás salir.

Los chicos tragaron en seco y tanto Lupin como Sirius, decidieron que ya no querían seguir revisando su futuro, por lo que metieron las cartas de vuelta en el mazo, en cambio, James, animado por la buena predicción, decidió continuar con la segunda carta.

El diablo.

—Vas a necesitar un periodo de reflexión, y comenzar a comprobar tus relaciones, porque una de ellas va a "pactar con el diablo". —James frunció el ceño y Marlene concluyó—, también me dice que en un par de años, vas a tomar una decisión que determinará gran parte del futuro.

Dándole mala espina, decidió levantarse de la mesa, dejando la última carta sin descubrir. Se burló junto a Sirius de Marlene y antes de que la chica lograra replicar se fueron de la sala común. Lupin se quedó a ayudar a su amiga, que guardaba las cartas. Por mera curiosidad, Lupin dio vuelta la última carta de James.

—¿Qué significa esta?

La torre.

A Marlene se le cayeron las cartas y comenzó a interpretar, con respecto a la tirada que le tocó a James. La canción terminó y contestó:

—Algo malo sucederá en unos cuantos años, muchas cosas ocurrirán en poco tiempo y la conclusión no será alegre. —Lupin volvió a ordenar, escuchando a Marlene con atención—, esta carta junto a las otras que le di a James... significan una muerte prematura, justo después del alcanzar su gran sueño.

Lupin miró a Marlene quien dio vuelta una carta cualquiera del mazo y, sin poder más, dejó todo el material encima de la mesa y salió de la sala de Gryffindor.

Eso no podía ser cierto ¿No? La adivinación era una mentira para estafar a las personas.

Cuando Remus recogió la carta de Marlene, se quedó un rato observándola. Ella había sacado a la muerte como augurio propio.

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1) Cirene, al renunciar a las labores propias de las mujeres de la época, se decantó por vivir una vida salvaje, y tras una intensa batalla que tuvo contra un león, Apolo, dios reconocido por ser encargado de las profecías, la raptó convirtiéndola en una de sus esposas mortales.