Me tuve que quedar con el diario

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Día 2

13 de abril de 2019

Querido diario.

Antes de empezar a escribir, estaba pensando, ¿por qué ponemos "querido diario" cuando escribimos un diario? ¿No se podrá poner "hola, soy yo nuevamente..."? Es decir, al fin y al cabo, básicamente estoy hablando conmigo misma, ¿no? ¿O es que existe una especie de ser superior que lee los diarios? Y este dice: "Oh, que falta de respeto, no puso querido diario al principio". ¡Ja! Lo veo innecesario, así que le preguntaré a Suika si definitivamente debo iniciar diciendo así.

En fin... empiezo a contar lo que debo decir: Evidentemente no resultó lo que quería hacer. Para nada, sólo conseguí que la psicóloga afianzara mucho más su idea de que necesito la terapia con el diario. Así que no puedo seguir intentando luchar contra esto. Es inevitable. Tendré que aceptar que me tocará tener un diario hasta que a ella le parezca apropiado dejar de reseñar los aspectos de mi vida, pero... ¿qué tanto puedo escribir? No lo sé porque este no es mi fuerte.

Como había dicho la última vez, en caso de que no funcionara mi plan y tuviera que continuar con esto, empezaría por escribir respecto a cómo conocí a Senku y cómo es que irremediablemente terminé enamorada de él. A tales efectos, lo primero que diré, en mi defensa, es que fue algo que ni siquiera yo misma pensé que pasaría, ya que no es normal que un nerd y una artista marcial se hagan amigos (me pesa decir que somos amigos cuando estoy irracionalmente enamorada de él), sinceramente mi buen juicio se nubló y contra todo pronóstico terminé en esta situación.

Siento que soy la versión femenina de Mr. Darcy, y no, no me leí el libro, pero Suika sí y me convenció de ver la película en su versión de zombies... jajajaja... es muy buena esa versión. Con la diferencia de que Mr. Darcy al final se le confiesa a Elizabeth y terminan casados. Yo no tendría el valor de confesármele a Senku, y menos siendo que ya una vez me rechazó.

Así que, pues nada... aquí te va mi historia, "diario". Una historia llena de suspenso, emoción, aventura y, ¿a quién engaño? Una historia realmente patética.

Todo comenzó en primero de secundaria, una pequeña Kohaku de apenas 11 años, iniciaba su año escolar teniendo menos edad que la mayoría de sus compañeros, por haber entrado gracias al apoyo de su padre, bajo la premisa de que había cursado sus estudios en casa con un tutor (cosa que era cierta). Realicé una prueba de ingreso y, ¡lo conseguí! Fui capaz de ingresar al sistema educativo, aunque fuese "procedente del campo" y aunque hubiera estudiado con mi tutor hasta esa edad.

¿Por qué estudiamos con tutor Ruri y yo? Pues nuestros padres consideraron que, por la enfermedad de mi madre y por lo enfermiza de mi hermana para aquel entonces (actualmente ya no es enfermiza, desde que se sometió a un tratamiento especial que fue patrocinado por la Fundación de Obras Sociales de la Familia Nanami). Entonces cuando ella hizo su examen con 12 años (cumplió 13 años poco después), entró directamente en primero de secundaria y yo un año después y pues así es como tenemos sólo un año de diferencia en nuestros estudios, aunque sinceramente deberían ser dos años, ¡JA!

Volviendo a la historia, yo estaba en primero de secundaria y vi ese cabello de cebollín en el aula y dije: "Oh... un chico con cabello de cebollín" y me empecé a reír. En ese momento Chrome, mi amigo de la infancia que también había empezado a estudiar conmigo, me dijo que ese era Senku y que lo había conocido en primaria (Chrome sí estudió normalmente). Y no, en este momento no tenía ningún interés afectivo en Senku, ya que: 1) Apenas tenía 11 años, ¿cómo me iba a interesar afectivamente alguien? 2) No es que fue un flechazo a primera vista. 3) Ni siquiera lo conocía.

Pero sucede que, como niña impulsiva que era (aún soy impulsiva, pero ahora soy adolescente jeje), puedes imaginarte que pasados unos meses sin hablar ni interactuar de ninguna forma con ese niño, ocurrió un evento que cambió las cosas. En una excursión escolar los profesores nos llevaron a una montaña, en donde hubo un momento en el que uno de los niños se resbaló y yo salí corriendo tras él: su nombre es Titán y, la verdad, creo que tiene una especie de interés en mí desde ese día. Lo rescaté, pero en el proceso no sé cómo terminamos atrapados bajo unas rocas, que no era tan grandes ni pesadas, pero que, al tener que proteger a Titán, me costó mucho sacarme de encima.

La profesora que estaba a cargo de nuestro grupo enloqueció pues no sabía qué hacer y salió corriendo a buscar ayuda, pero Senku en ese momento se las ingenió para resolver de una forma que, ¡wow! Fue increíble, solucionó el problema de forma rápida y concisa utilizando su ingenio y la ayuda de su amigo Taiju, quien es bastante resistente, ya que improvisó una especie de palanca mecánica que funcionaba parecido a un gato (no sé cómo ni de dónde sacó los materiales) y con un poco de esfuerzo de Taiju ayudaron a elevar lo suficiente la roca más grande para ayudarme a dar paso a Titán y luego salir sin problemas.

Fue una solución sencilla, pero que siguió una serie de pasos secuenciales que, ¡oh, Dios! Me hicieron sentirme increíblemente embelesada con el proceso. Recuerdo que, luego, fui a darle las gracias y le dije que me "había enamorado de él" (te lo juro que no en mal sentido), a lo que él me respondió: "¿Cómo puedes desarrollar sentimientos románticos hacia mí por algo tan tonto?", y yo: "¿Qué? ¡NO! ¡Ja! ¡Ya quisieras, Ishigami! Me refería a que me gusta cómo eres y quiero ser tu amiga", y él, finalmente, respondió: "El amor es lo más ilógico que existe, un cerebro enamorado es demasiado problemático".

Pensé que realmente quería ser su amiga, te lo juro, diario, pero luego fui viendo cada cosa que hacía, lo mucho que se preocupaba por resolver todo. ¿Cómo no iba a cambiar mi perspectiva siendo que Senku es INCREÍBLE? Es la persona más genial que he conocido y me enamoré, de forma real y sincera, me enamoré y ahora soy víctima de este amor no correspondido.

Demás está decir que luego de esto, me dediqué a responder rápidamente a todo lo que me pedía, pasé a ser su esclava, la que cede a todos sus caprichos y la que está para él incluso cuando es posible que otros le fallen. Sí, una completa imbécil enamorada sola. Y pues, con el tiempo, esto fue pesándome hasta cierto punto. ¡Oh, vamos! ¡Soy una adolescente! Aunque yo misma quiera evadir pensamientos románticos, es inevitable que en algún momento caiga: "en las garras del amor". ¡JA! Respondo sus mensajes tan rápido que deberían decirme: "Rayo McQueen".

Ahora bien, retomando mi situación actual, es notorio que lo que cada día me sienta peor esto, especialmente desde que apareció Luna, quien es no sé qué para Senku. No sé qué hacer, de verdad, pienso todos los días en que quizás lo más simple sería intentar ignorarlo hasta que termine la preparatoria, pero... ¿cómo lo hago? ¿Cómo le digo a mi cerebro que no lo piense? ¿Cómo le digo a mi corazón que no lo ame? ¿Cómo le digo a mis sentimientos que deben quedarse encerrados por quién sabe cuánto tiempo?

Pero bueno, ya estoy pasando por esto y debo dejar de creer que se solucionara de forma simple. Dejaré las cosas hasta aquí por hoy, ya que ya es de noche y mi hermana cumple 16 años mañana, así que mi padre hará una pequeña fiesta en la tarde (porque es domingo y Ruri no quiere dejarla para después y vendrán algunos amigos. Y sí, Senku está invitado, su simp (o sea, yo), ya lo invité (sí, soy patética).

Mañana te contaré cómo sale eso del cumpleaños de Ruri.

Hasta mañana, diario.

...

Holis. Otro capítulo más de esta historia tipo diario, ¿qué tal cómo se conocieron Kohaku y Senku? Espero que les haya gustado la historia y que puedan dejarme comentarios para seguir motivádome y emocionándome con ella.

Les recuerdo que los personajes de Dr. Stone no me pertenecen, son propiedad de Inagaki y Boichi. Los únicos personajes que me pertenecen son mis OCs que ya ustedes los conocen.

Me despido y espero que les haya gustado.

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