Glimpse of us [Jintae/Taejin]

xv

Una semana había pasado desde que Jin y Jungkook se enteraron de la verdad detrás de Kim Daehoo. ¿Sinceramente? Jin sentía mucho, pero sabía que debía ser prudente con su actuar y su sentir, porque él no era el más importante ahora, sino el muchacho que había vivido una mentira y que había despedido a un padre que nunca había conocido.

Jin tenía miedo de que Jungkook recayera en ese ambiente negativo que había tenido en el pasado, a las peleas y la ira que no sabía como sacar más que entrar en peleas que no tenía forma de ganar, pero su hermano lo había tranquilizado siendo mucho más maduro de lo que esperaba de él.

Solo Seokjin se comportaba como un imbécil mocoso malcriado, buscando en las cerradas cajas llenas de polvo que tenía en el fondo de su armario llenas de objetos importantes de su madre que cuando murió ninguno de ellos pudo siquiera analizar si botar, regalar o donar, sino que en cambio habían llegado al acuerdo tácito de guardarlo hasta que tuvieran las fuerzas.

Nunca más hablaron de ello.

Sin embargo, ahora estaba él allí, buscando cualquier indicio de Daehoo en las pertenencias de su madre, buscando cualquier cosa que le explicara cómo él pensó toda su vida que su madre amaba a su padre cuando en verdad amaba al padre de Jungkook. No es que le molestara del todo, sino que le incomodaba pensar que ella había amado a dos idiotas del porte de un buque y ninguno había dado una mierda por ella.

Lo vio en Mingyu, con Jungkook.

Lo vio con Taehyung.

¿Estaban destinados a tener esas relaciones a medias por siempre?

Encontró una carta entre la billetera de su madre.

"Algún día. Lo prometo"

Su corazón se rompió en mil pedazos, porque estaba seguro de que su madre murió esperando ese día.

Jin, Jimin, Yoongi y Hoseok estaban a las afueras de SK Entertainment ese sábado por la mañana. Jin y Yoongi habían recibido llamadas continuamente tanto de Kim Jisoo (en el caso de Seokjin) como de Kim Namjoon, instándole a pensar en el contrato, diciéndole que harían las modificaciones necesarias como para poder acomodarlos a sus deseos y no había sido solo una vez en la que habían hablado el tema con sus amigos.

Yoongi estaba decidido. —Lo haré, hyung. Esto es algo que siempre quise... pero nunca pensé que podría lograrlo.

Jin estaba feliz de que alguien estuviese dispuesto a explotar el talento que Yoongi tenía. Era tan meticuloso que probablemente sería el mejor de todos.

Él, por su parte...

—¿Por qué no aprovechas esta oportunidad amor? —la mano de Jimin estaba entrelazada en sus dedos, los ojos del muchacho fijo en los suyos, brillando como siempre lo hacían. Jin bajó su cabeza para juntar sus labios y degustar ese dulce sabor de su novio. Cuando se separaron, Jimin siguió con su forma disimulada de convencerlo. —Siempre quisiste ser un actor.