Capítulo 2: Scherzando.

145 20 4
                                    

La banda terminó con su última canción. En el público, algunos estirados no pudieron resistirse a aplaudir. Fue Sanji quien, olvidando su situación, aplaudió emocionado, para luego darse cuenta de que estaba llamando la atención, tanto de la banda, como de otros invitados, incluyendo a sus hermanos.

Sus nervios lo paralizaron, fue hasta que se percató de la mirada de cierto joven encantador que se activó su respuesta de huida.

Rápidamente salió por la puerta junto a la que se había quedado de pie. Estando fuera se arrepentía de haber aplaudido, pero no de haberse quedado a ver el show, había sido toda una experiencia. Nerviosamente se dispuso a encender su cigarrillo solo para darse cuenta de que lo había aplastado completamente por el susto. Por desgracia, ese era el último que tenía.

Otra persona salió por la misma puerta. Sin mirar, como solía hacerlo, decidió probar suerte.


        -Hey, ¿tendrás un cigarrillo?-


        -Lo siento, no fumo-


Respondió una voz que se había quedado grabada en su memoria. Era el cantante de la banda. Se le puso la piel de gallina, su corazón aceleró a mil por hora. Estaba a punto de salir corriendo "disimuladamente" cuando el resto de la banda salió vitoreando.


        -¡Muy buen trabajo chicos! Parece que al dueño le gustó así que volveremos a tocar- les felicito una hermosa peli naranja. De pronto su mirada gatuna se posó en él, luego a su compañero, volviendo rápidamente a él.


        -¿Haciendo amigos Zoro?-


Tanto el mencionado como Sanji se pusieron nerviosos, este último intentando justificar su presencia.


        -Yo solo salí a fumar un momento, fue casualidad- trató de explicar el ojeroso chico.


        -Te gusta fumar- asumió ella.


        -Bueno, solo cuando estoy nervioso o estresado- se maldijo internamente por su sinceridad, no podía evitar ponerse así cuando se trataba de chicas bonitas.


        -Ah. . . Supongo que ninguno de ustedes tendrá un cigarrillo- Inquirió tratando de cambiar la dirección de la conversación.


        -Guácala, no. Saben muy mal- respondió el integrante más joven.


        -Es verdad, nunca me gustó el sabor, solo me acostumbre- Carajo! Maldijo internamente, no debería decir esas cosas a un grupo de extraños.


        -¡No hables sin pensar!- grito la la chica dándole un golpe en la cabeza.


        -Perdón, perdón- respondió este sin realmente sentirlo.


        -Lamento eso, nuestro capitán puede ser algo estupido a veces- dijo a modo de disculpa. -Bueno, más bien todo el tiempo-


        -Cada que respira- dijo el nariz larga en forma de burla, comenzando una divertida pelea entre ambos.

Binaria forma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora