03. B

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Joder, se sentía tan bien.

No recordaba con exactitud como termino en el baño del hospital haciéndolo, solo sabía que esa sensación era de lo mejor. Yunho estaba consiente que estaba cometiendo un error... no podía ponerse así por un paciente. Drogarse en un lugar prohibido era lo mejor y, obviamente, no se arrepentía. 

En menos de 24 horas en donde había comenzado a trabajar y en menos de un año en donde dejo las drogas y ahora estaba recayendo de nuevo y la razón tenía nombre. 

Choi Jongho. 

Sonrío sin gracias y sin alguna gota de felicidad, estaba perdido y lo sabía. Tarde o temprano se iban a dar cuenta. 

—¡Yunho! —exclamó Felix al verlo en ese estado, desde muy temprano le había buscado, pues se entero que ya había tenido a su primer paciente y como buen amigo quería saber como se había sentido el contrario, pero vaya sorpresa que se encontró al entrar a la oficina del alto. —¿Qué paso?

Y eso es lo que quería saber, desde hace más de media hora quería saber que fuer lo que había pasado, el porque se encontraba así, perdido. 

¿Qué fue lo que paso? 

—Gracias, puedes retirarte— pidió el alto mirando al chico de la camilla —Por una sobredosis lo perdí, pero a tí... a tí si pude salvarte, pequeño Jongho.

Se paso la tarde, curando de esas heridas que se notaban, hizo estudios confirmando toda esa basura que consumía, se quedo velando sus sueños. No sabía el porque, solo era un paciente, pero la atención que estaba poniendo en el menor era muchísimo más que un paciente, como si fuera de su familia. 

Como... como sí fuera Jeongin. 

Ahora, se encontraba acariciando delicadamente el cabello del menor, admirando su rostro tranquilo al estar durmiendo, sí, era demasiado tierno. Como Jeongin. Como arte de magia, y sin esperarlo, se encontraba llorando maldiciendo una y otra vez culpándose por no haber podido ayudarle, pero al ver a Jongho... esa culpa se esfumó. El estaba ahora para poder ayudar a ese chico lindo. Las lagrimas también desaparecieron y eso le resulto extraño. 

Al diablo todo. 

Un doctor tiene principios y Jeong no los estaba teniendo, al parecer los olvido al ver esos labios tan besables y ese cuerpo tan deseable... si tan solo pudiera besarlo y hacerlo suyo ¡NO! ¿Qué mierda? Su cuerpo estaba reaccionando y no de la mejor manera, tenía que controlarse, había demasiados chicos lindos y no podía caer solo a los pies de uno. No, no podía besarle. 

—Doctor Jeong, el joven San quiere saber el estado de su hermano— anunció la enfermera entrando a la habitación —, de igual forma quiere saber si ya se lo puede llevar. 

Suspiro sacando el estrés que había acumulado sin darse cuenta. Hizo un ademan dando a entender que el, lo que suponía,  hermano de Jongho pudiera entrar y darle el informe completo y unas cuantas indicaciones más. 

—¿Me puedo llevar a Jongho?— cuestionó con un tono de preocupación, más que nada por lo que les esperaba en casa si se llegaban a tardar más de lo que ya habían tardado y eso Yunho no lo sabía. 

—Es feo saber todo lo que a llegado a consumir Jongho a su corta edad . Tiene solo 20 años y de verdad es un milagro que siga con vida— comentó observando el historial del menor —, a  decir que a tenido muchas convulsiones y es raro que no sean constantes... debe, o deben, dejar de consumir todo eso. Esta de más mencionar todos esos golpes que trae, traen— corrigió al ver el rostro del contrario que solo se encogió en su lugar y solo se limitó a suspirar —, mañana temprano será dado de alta. Debes dejarlo descansar y por mientras... vamos a sanar esos coretes que traes. 

Después de que Yunho curó las heridas de San, su turno había dado el fin y era hora de volver  a casa. Sería un pecado negar que estaba feliz por haber ayudado a Jongho y a su hermano. Con esa sensación decidió que era hora de ir a dormir, para estar listo para el día siguiente y despedirse de los hermanos Choi, con esa satisfacción de saber que ahora estarían mejor, pues les había dado el contacto de Felix por cualquier cosa y, sobre todo, hacer que dejaran las drogas por completo. 

Despertó a la misma hora que el día anterior, se colocó su pantalón de vestir color negro, su camisa blanca acompañada de una corbata de color azul, sus zapatos negros y su saco color negro. Todo un doctor. Después de desayunar salió de su casa abordando su automóvil para marcharse al hospital, al llegar lo primero que hizo fue ir hasta su oficina, revisar unos cuantos informes y al final... ir a darle el alta a su paciente, Choi Jongho. Se colocó la bata blanca y el gafete con su nombre en su costado izquierdo, tomó la tabla con los papeles de su paciente y así decidió acercarse a la habitación en donde vio que descansaba, en la noche anterior, el pequeño Jongho. 

Buenos días menciono cuando abrió la puerta, había notado que había un poco de movimiento y supuso que eran los hermanos. Sorpresa que se llevó al ver que solo era una enfermera que limpiaba la habitación vacía y dejarla lista para que otro paciente la fuese a utilizar, ni sabía siquiera que poder decir o como reaccionar, Jongho, su paciente, no se encontraba ahí. ¿Por qué?

Doctor Jeongsaludo la mujer, sonriéndole amablemente —, cuando llegamos ya no se encontraban. Es normal que pase cada que ellos pisan el hospital.

¿Normal?

—Sí, ellos normalmente vienen y se van. Solo buscan ayuda para lo necesario... nadie a logrado que dejen las drogas— contó la enfermera  —, aún no se confirma, pero dicen que sus padres los obligan a hacerlo y  les pega cuando no lo hacen. Nadie se a querido entrometer en ese caso, no hay pruebas y los doctores temen a que algo les pase. 

—Y yo soy un terrible doctor si dejo que sigan con ese tipo de vida...

Eso fue lo que había pasado. Yunho termino en el baño de su oficina, drogándose a la vez que se auto lastimaba como si con eso quisiera sentir todo por lo que pasaban los hermanos Choi, lamentando no ser lo suficiente para ayudarles, odiando no saber que es lo que verdad temían ambos hermanos. Pero a la vez se sentía tan bien recaer. 

Se sentía tan bien... porque el podía verlo. 

Sobredosis [2ho] •Editando•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora