Capítulo 9: Divide y vencerás

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Sia

River seguía tenso, y el silencio se transformó en incomodidad para todos. Intenté acariciar su hombro en señal de comprensión.  Pero volvió a recordarme cob aquella amenazante mirada que yo no sabía nada.

Llegamos a mi casa, su furia no disminuía. Abrí la puerta y mis hermanos empezaron a saludarnos. Ava fue la primera, me abrazó y saludó a River con un apretón de manos. -Eres raro, aún no te has ido. -¿Por qué tendría que irme? -Creo que Sia no te ha contado toda la verdad. -No te entiendo. -Somos quince hermanos. -le dije. -¡Qué pasada!-. Entró en la casa y dejó sus cosas en la entrada. La mesa estaba puesta, por lo que solo hizo falta que se entara para dar comienzo al almuerzo. Su sonrisa era inmensa, algo así como mi hambre. Mi madre había preparado spaguettis con tomate, para el centro había cocinado provolone fundido y bajo este una deliciosa capa de tomate y albahaca.
Para que me comprendáis en mi casa hacemos días temáticos, hoy era el día italiano. River estaba disfrutando, lo noté. -River, parece que es la primera vez que comes pasta-dijo Lucas. -No es la primera vez que como pasta, es que en mi casa no hacemos estas cosas. -Lo normal es aburrido, lo diferente es atrevido-. Esa era la frase que me repetía una y otra vez, esperaba que River no sospechara de ello.

Terminamos de comer, recogieron la mesa mis hermanos, mientras que River y yo subíamos al cuarto. Antes de llegar me paré delante de la puerta y lo imité: -Cualquier cosa que digas sobre mi cuarto me la dices a mí -Yo no hablo de esa manera -Lo ves, finges hasta en eso -Eso no es así, es que me imitas mal. Por cierto, dime que no compartes cuarto con nadie  -No -Vale mejor. ¿Puedo hacerte una pregunta? -Ya la has hecho -Otra -Vale -¿Te sabes los nombres de tud hermanos? -Lucas, Ava, Chris, Danielle, Alexa, Collin, Robin, Ian, Maia, Evelyn, Noah, Frankie, Lyra y Ewan. -¿Eres la mayor? -Sí. Y tú el pequeño. -Así es -No te llevas bien con Lance -No es difícil saber eso -No entiendo por qué -Era simplemente que mi existencia no merecía la pena. Era muy bueno en todo, y por mucho que hiciera el siempre hacía algo mejor. Por ejemplo, la primera vez que recité un poema. Lo recité y mis padres sonrieron mucho, de pronto entró Lance y recitó otro, como era natural diez mil veces mejor y mucho más extenso, y mis padrez respondieron a Lance con los aplausos que jamás escuché y con un: River deberías mejorar o no serás nada terminaron aquellos gestos con mi pequeño corazón. -Lo siento, debió ser difícil -Aún lo es -Pero no es lo mismo -No, es peor, ahora que no está debo ser como él, y eso sin duda es lo más duro -Mejor dejemos de hablar de esto-. Creo que lo estaba deseando, no sé por qué me lo había contado, aquel comportamiento no era propio en él, estaría quizás empezando a confiar en mí.

Mi cuarto estaba raramente ordenado, habría limpiado mi madre. Nos sentamos en la alfombra. Me miraba confundido. Saqué unas cajas que se encontraban debajo de mi cama. Abrí la primera, estaba llena de cartas, en la segunda había un montón de cosas variadas, y en la tercera pequeños álbumes de fotos. -River me juego lo que sea a que no tienes nada parecido a esto -Bueno, los álbumes sí, pero son los que tienen mis padres -Antes de poder empezar con arte debes empezar a practicar por separado sus distintas ramas. Estas cartas las he ido escribiendo a lo largo de mi vida para la "yo" del futuro. Estas cosas las he ido coleccionando, y todas ellas tienen un significado especial para mí. Y en estos álbumes esrá mi historia, quién fui, mi pasado -Curioso, pero no tiene nada que ver con el arte -Claro, esto es como una macedonia, cada fruta debe estar perfecta para que al combinarlas su sabor se funda y se convierta en algo aún mejor.

Después de haber estado observando todas mis cartas, objetos y álbumes y después de haberme demostrado a mí misma mi error cerré las cajas. River reía a carcajadas y le hizo algunas fotos al interior de mis álbumes.  Mi rostro parecía una bombilla roja. Aún riendo River comentaba chistosamente mis colores. -Sia, no debiste haberme enseñado esto, ahora podré chantajearte siempre que quiera -Y yo podré decir que tienes sentimientos -Eso nunca, y yo soy un ser maligno sin sentimientos que se dedica a alimentarse de las almas buenas que quedan en el mundo y es por eso que estamos aquí. En el fondo llevo años fingiendo para poder encontrar a alguien como tú. Sé que lo supiste desde el primer momento, lo vi en tus ojos. Ahora sacaré unos colmillos que me harán extremadamente sexy para ti y te morderé, absorbiendo cada gota de tu ser. -Lo tuyo no es el sarcasmo, aunque podemos tachar la interpretación de la lista. -¿ Y si no fuera teatro? -Estás al sol -Vale, debí haberlo previsto -No tendrías que haber intentado ligar conmigo -Entiendo que te hicieras ilusiones, pero jamás me fijaré en ti. Eso es un hecho, más bien una realidad -Lo curioso es lo que parece -Parece que tengo que repetirte las cosas muchas veces. Yo soy así, me gusta ser amable, y si no eres capaz de distinguir entre simple amabilidad y deseo deberías plantearte seriamente quién necesita lecciones aquí -Tengo una idea -¿Vas a escucharme? -No, vayamos al jardín-. Nos dirigíamos al jardín cuando nos cruzamos con Ewan.
-Sia ayúdame -Dime qué es lo que te ocurre -Estaba jugando con Noah en el jardín con la pelota -No me digas más, el tejado -Sí es que he embarcado el balón yo y tengo que ir a por él -River espera un momento -Al subir a ese tejado dejarás de ser quien eres -¿Por? -Porque por fin podrás mirarme por encima del hombro-. Ewan me miraba mientras ponía esos ojitos de cordero degollado que hacen derretirse a cualquiera.

El tejado estaba resbaladizo, pero al andar descalza por él mi sujección era más segura. Ewan se asomaba por la entrada al desván. Y tanto River como Lucas se colocaron debajo del tejado por lo que pudiera pasar. Ewan me pasó el rastillo, lo agarré con fuerza y atrapé el balón. Mas como soy bastante torpe tropecé y empecé a caer. Cerré los ojos pues no había medio alguno para poder sujetarme. Notaba cómo caía rápidamente. De repente noté que estaba quieta. Una voz me susurraba algo, pero tenía taponados los oídos por la presión. Abrí los ojos. River me tenía entre sus brazos. Por puro instintó me abracé a él, y él me devolvió el abrazo. Cuando dejé de abrazarlo no podía dejar de mirarlo, sus ojos mostraban alivio, y su corazón latía a mil por hora. Estábamos muy juntos, en condiciones normales diría que demasiado, pero ahora no me importaba. Ewan vino corriendo, no podía parar de saltar mientras que yo me sumergía en aquellos ojos. Yuve que bajar para calmar a mi hermano. -River, ahora sí que podemos quedarnos en el jardín -Vale, pero ni se te ocurra volver a subir al tejado -Entendido, no te gustan las alturas -Lo que no me gusta es que alguien peligre por mi culpa-. Iba a decirle que no era culpa suya, que yo lo decidí, pero era un cliché demasiado forzado.

Nos tumbamos en el césped. Pusé la séptima sinfonía de beethoven.

Pasaron unod veinte minutos hasta que decidí moverme un poco. River estaba sentado en el césped, pero no tumbado como le dije. -Por un momento he notado que estaba muerto -¿Por qué? ¿Por descansar cuerpo y alma, por ser y no ser, por ver y no ver, sentir y no sentir, pensar y no pensar? -No, he sentido que he muerto pirque solo he podido pensar en Heather -Eso no es malo, ella es la mujer a la que se supone que amas, es bueno que pienses en ella -Estuve pensando que parece que soy yo el ancla de la relación. A veces me pregunto si en el fondo desea estar conmigo, y este tiempo de reflexión ha sido uno de esos momentos -River, yo no puedo pensar como ella, yo no sé si te quiere o no, porque no tengo ni idea de cómo es. Solo puedo decirte que el tiempo descubre la verdad-. Seguimos allí sentados. Quería descubrirle para ayudarle a encontrarse, pero yo no deseaba conocer toda su vida, esto es demasiado; River saca un papel de su bolsillo. Miss deberes -¿Qué? -Los deberes que me mandaste-. Se me olvidó por completo. Cogí la hoja antes de notar que River se levantaba para irse. -Debo irme. Empiezo a entenderte -Ahora solo hace falta que te entiendas a ti-.

Habían pasado unas horas desde la salida de River de mi casa. Necesitaba hablar con alguien, me despedí de mi madre y me fui directa a la casa de al lado, a la casa de Azula. Llamé a la puerta y aquella risueña chica me abrió. -Sia, ¿qué quieres? -Necesito hablar, no preguntes, es importante -Dime que tu nuevo alumno no se ha propasado contigo, porque no me importa matar a nadie y menos si le ha hecho daño a mi amiga -No, no, no -Pues cuenta, tu intrigante conversación me consume -Es que es todo tan intenso, no me gusta, pero su forma de mirarme, de hablarme, de sincerarse conmigo, es demasiado -Puede que esté colado por ti -Él quiere a su novia, además somos completamente distintos -Es por eso, nunca haa conocido a alguien como tú. Bueno ni él ni nadie. Eres especial, entiéndelo, porque en mi opinión él empieza a entenderlo -Pero eso no es lo que quiero, solo deseo que aprenda y que consiga sentirse liberado -Te conozco, terminarás siendo algo más que su amiga, lo haces con todos. Lo hiciste conmigo, con Theodore, con Ruby, pero ahora sí que habrá un algo más real-. Azula cerró aquella conversación, no entendía cómo era posible que siempre me dejara sin palabras.

Llenó la tetera con agua caliente e introdujo la bolsita del té. A los pocos minutos el té estaba listo y servido en dos tazas. Azula bebió apenas dos tragos de la taza antes de levantarse de la mesa. Encendió el equipo de música. Azula aunque no lo paraciera con ese look punk y alocado adoraba la música clásica. Y mientras sonaba la primavera de las cuatro estaciones de vivaldi saqué la hoja del bolsillo y dije : -Leamos los deberes-.

River Bowen:

Comida ~ hamburguesa con queso
Animal ~ tigre
Canción ~ Feel this moment/ It's my life
Película ~ Ted/ Fast and Furious
Serie ~ Juego de Tronos
Personaje ~ Mark Sloan

Azula y yo nos miramos a los ojos y no pudimos evitar reírnos, aún me quedaba mucho trabajo si se consideraba Mark Sloan.

Aprendiendo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora