Aiden sujetó mi mano y la metió junto con la suya al bolsillo de su abrigo, lo miré y sonreí.
Con Aiden me sentía inexplicablemente cómoda, me brindaba desde hace cuatro años la paz que él me brindaba antes de dejarlo por primera vez.
Aún me lo cuestionaba, ¿había sido mi culpa por dejarlo?
¿Yo no había sido suficiente para él?
¿Parecía que no me importaba?
¿Él alguna vez me quiso de otra forma?
¿Yo me había confundido sola mientras él solo intentaba ser amable?
Me sentía muy confundida apenas llegué a Alemania, ¿me gustaba o me frustraba sentirme así por él? No tenía ni la menor idea.
Probablemente me frustraba solo porque no tenía el valor para decirle que estaba perdidamente enamorada de él.
Gracias a Aiden descubrí que mi decisión había sido la correcta, y que era necesario seguir adelante con mi vida.
Tengo veintiun años, casi veintidós, todavía era muy joven como para tirarme a llorar por un no correspondido amor adolescente.
A pesar de todo las preguntas sobre él seguían invadiendo mis pensamientos, no con tanta frecuencia pero aún lo hacían.
¿Cómo está?
¿Sigue con ella?
¿Se preguntó en dónde estaba?
¿Me ha buscado?
Realmente no lo sé, las preguntas sobre el tal vez nunca se acabarían pero en algún momento dejaría de pensarlo como alguien a quien amé con tanta fuerza que a pesar de que el amara a alguien más yo estaba dispuesta a romper el mío solo por seguir con él.
/Cuatro años y dos meses atrás/
Intercalaba mi mirada entre mi celular y la calle, el vecindario era sumamente bonito, no me arrepentía de haber dejado a mi mamá escojer el lugar.
Saqué la tarjeta para abrir la puerta, sonreí al mirar lo lindo que era el apartamento, me di cuenta de cómo todo estaba en perfecto orden pero cubierto por una ligera capa de polvo lo cual no me molestó en lo absoluto, iba a tener que limpiar y no me aburriría tanto estando sola.
Subí a mi habitación para dejar todas mis cosas en su lugar y acomodar solo mi maleta, mis demás pertenencias aún no llegaban.
Mi celular sonó y el nombre de mi madre apareció ahí, colgué la llamada sin pensarlo tanto.
—¿Cómo estás ______? ¿Te gustó el apartamento?
—Es lindo aunque demasiado grande para mí sola.
—Espero que pronto te adaptes a tu nueva vida...
—Mamá, no lo digas como si estuviera dejando todo atrás, solo lo dejo a él.
—Sé que te vas a sentir mejor con eso, solo quiero que seas feliz con la decisión que tomes.
—Me vas a hacer llorar —dije tomando una gran bocanada de aire.
—Basta, mejor ve a comer algo que estoy segura de que aún no lo haces.
—Lo haré mamá, te quiero, hablamos luego.
—Tambien te quiero.
T
ome las llaves del apartamento y mi chamarra para salir, coloque mis audífonos con "Like you do" y me dispuse a caminar hasta algún lugar de comida rápida, unos minutos después encontré lo que parecía ser una buena opción.
Camine hacia la entrada del lugar mientras cambiaba la canción, estaba por empujar el pomo de la puerta cuando mi mano sintió el calor de otra.
Perfecto, mi primer día aquí y yo ya estaba pasando vergüenzas.
—Lo lamento, pasa primero —una voz suave pero ronca me hizo dar un paso hacia atrás.
—No, está bien, pasa tú.
—Los abuelos dicen que primero las damas.
—Gracias... —dije en apenas un susurro.
Conocí a Aiden de una forma muy cliché, me recordaba a algunos libros que había leído hace unos meses, supuestamente con casualidades así terminaba conociendo al amor de tu vida.
Reí internamente luego de reaccionar que me había dejado envolver por los libros de romance como si fuera una niña de doce años.
/Actualidad/
—¿Puedo saber en qué pensabas?
—Nada importante, mejor hablemos de cuando me vas a llevar a Italia —su rostro se tornó ligeramente rojo, hablar del viaje a Italia siempre lo ponía así.
—¿Cuando tienes vacaciones?
—Creo que en una semana, ¿tú?
—Aun no estoy seguro, pero yo creo que tal vez coincidan, podemos ir en la fecha que se crucen.
—Eso me parece una idea magnífica.
—Muero de frío, vamos por chocolate caliente.
—¿Solo chocolate?
—Y un cheesecake también —una cálida sonrisa se formó en sus labios.
—Eso suena aún mejor —le dije devolviéndole la sonrisa.
—_____, ¿qué diría tu mamá si supiera que te tengo tan consentida?
—Nada porque ella me consentía igual —me acerque más a él para mirarlo aún más de cerca.
—No pienses en hacer un espectáculo.
—No lo pensaba —dije dándole una mirada de desaprobación.
Quise caminar un poco más rápido pero Aiden me lo impidió tirando de mi mano.
Llevé mi mirada a nuestros manos unidas y la devolví al frente, la sonrisa que no había desaparecido de mis labios se borró en un instante y me detuve de golpe.
Aiden me miró con confusión, mi corazón se aceleró y una ola de electricidad recorrió mi cuerpo. Su mirada cambió de confusión a preocupación, se puso frente a mí y me tomó de los hombros.
—¿Estás bien?
—Solo, vámonos a casa...
—Como tú quieras.
Aún seguía confundido pero apresar de ello no pregunto nada.
—¡_____! —aquella voz que seguía conociendo demasiado bien pora mi desgracia se hizo presente luego de cuatro años.
Ya no quiero saber cómo está.
No quiero verlo.
Quiero salir corriendo.
No tengo el valor.
Fueron cuatro años sin mirarlo.
Pensadolo bien estaba mejor sin él.
No puedo verlo sin haberlo olvidado aún.
Tal vez solo venga de visita, con su novia, tal vez no tiene otra intención, será mejor afrontarlo antes de que descubra que me fuí de Japón por él.
Tal vez mis sentimientos por él nunca murieron.
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.Ayudaaaaaaaaaa, amo a Aiden, de antemano pido perdón.
Bueno aquí ya sabemos quién regresó, nos vemos en la próxima actualización.
Gracias por leer <3
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𝙸𝚗𝚖𝚊𝚛𝚌𝚎𝚜𝚒𝚋𝚕𝚎 - 𝙺𝚎𝚒𝚜𝚞𝚔𝚎 𝙱𝚊𝚓𝚒
FanfictionEscribiendo con canciones de Morat de fondo 7u7