Lívido asqueroso

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Capítulo 3

Beca intentó resistirse a seguir su juego, sabía que es lo que la Alfa estaba haciendo, y sabía en que terminaría si se dejaba llevar.

Pero de igual manera sucedió, se dejó llevar por los labios de Winter chocando contra los suyos de manera brusca. La mezcla de aromas era muy intensa y las feromonas de la alfa estaban haciendo efecto en Beca.

La omega podía sentir el emergente bulto en el pantalón de la alfa.
El choque de labios se había transformado en una guerra campal de ambas lenguas por dominar la boca ajena, la cual estaba siendo ganada por Winter. El sabor metálico de la sangre que emergía del labio de Beca, se mezclaba con la saliva de ambas.

El bulto en el pantalón de la alfa comenzaba a pedir salir, mientras que el cuerpo de la omega comenzaba a pedir a gritos a ese bulto.
El beso fue cortado abruptamente por la falta de aire de Beca, la cual jadeaba intentando regular su respiración mientras su cuerpo temblaba y se movía por inercia sobre el bulto de Winter.

La omega al escuchar los leves jadeos de la Alfa ante el rose sobre su notorio bulto, colocó una de sus manos en este Asi rozándolo un poco.
— Mmh...deja de torturarme...sácalo de ahí...— las órdenes de Winter fueron ignoradas por Beca. — Primero me debes una disculpa.—
Acariciaba el bulto en forma de torturarla, la omega sabía que si hacía esto habían dos opciones, o recibiría lo que quería o la alfa se desesperaría.

— No te voy... a hacer caso... si eso es...lo que quieres.— Beca río ante su respuesta, al parecer la segunda opción iba a suceder.

Y así fue. La omega fue puesta al nivel de la entre pierna de la alfa, la cual sacó su largo de donde se encontraba aprisionado. La omega tenía más que claro porque Winter o mejor dicho el Diablo era tan popular y codiciada por una gran cantidad de omegas, después de todo ese libido insaciable venía acompañado de buenas habilidades en la cama, y un más que buen "dote" para ejercerlas.

La pelimagenta entendió de inmediato que era lo que la peliverde quería que hiciera, al ser colocada a esa altura.
Ni siquiera pensó en negarse, esa discusión había acabado. Como todo el resto de sus discusiones acababan.

La omega lamió lentamente la punta del miembro endurecido de la alfa, estaba esperando a que la peliverde se desesperara. Cosa que no se hizo esperar.

La cabeza de la omega fue empujada de manera brusca, haciendo que el miembro entrara por completo. La alfa la tomó por el cabello para guiar los movimientos del vaivén.

—Mmm~...ngh~...— Los jadeos no tardaron en llegar. La omega se encargaba de cubrir el miembro de la alfa con saliva por completo, mientras su cabeza era empujada de manera que el largo de la alfa entraba por completo en su boca hasta que llegaba a su garganta.
— Ahg~....mierda~...— En poco tiempo la de cabello oscuro terminó por venirse, haciendo que la de ojos azules sintiera ese calor llenar su boca y garganta.

—...Traga...— Winter le ordenó a la omega antes de que sacara su miembro de la boca, Beca le hizo caso, acatando sus órdenes, y así tragando el fluido espeso que se encontraba en su boca. Luego de eso la pelimagenta retiró el miembro de su boca, así recibiendo una caricia en su cabello por parte de la alfa.

No hubo ningún respiro cuando la ropa de la omega había sido retirada. Ambos cuerpos estaban a punto de fusionarse, mientras sus fuertes aromas ya lo estaban, los cigarrillos y café se Winter se encontraban fundidos en las fresas y rosas de Beca.

La alfa bajo por el torso de l omega dejando chupones de manera agresiva, hasta que llegó a los muslos de Beca dejando mordidas cerca de su intimidad. —¿Q-que...haces~..?— La alfa le dirigió una mirada juguetona. — Nada~..., solo dejó claro...que por aquí paso el diablo~...—

Luego del su comentario que no dejaba nada a la imaginación, la alfa rozó el clítoris de la omega causando que los jadeos de esta se volvieran más notorios. Beca se estremecía al sentir el contacto de su interior con el metal en la lengua de Winter.

La omega disfrutaba esos placenteros movimientos. Tal vez esa alfa con la que estaba podía ser una doble cara, pero Beca no negaba que amaba a su cara real, definitivamente la alfa era una mierda de persona, normalmente cualquiera la mandaría a la mierda. Pero cuando se trataba de saber como complacer el cuerpo ajeno, nadie podía negar que Winter era realmente buena en eso.

La mente de Beca solo podía pensar en cómo era que esa mujer fuera tan buena en eso, la alfa sabía demasiado bien como equilibrar el dolor con el placer causando una satisfacción inigualable.
La omega estaba perdida en sus pensamientos hasta que sintió la lengua de su acompañante ingresar en su interior, —Ahh..ngh...— así causando que la pelimagenta soltara un buen gemido, aferrándose al cabello de la alfa.

Mientras la omega sentía su lengua en su interior, la peliverde buscaba en uno de los bolsillos de su pantalón, cuando encontró lo que buscaba también sacó su cinturón.

La alfa lentamente retiró su lengua del interior de Beca. La omega sabía que eso solo había sido un calentamiento para lo que seguía.
Winter colocó las manos de Beca contra el sofá, ya habiendo recostado a la omega por completo la alfa con su cinturón amarró sus manos, para luego colocarse el preservativo.

Ahí estaban de nuevo, a punto de pecar, como siempre lo hacían. Era el único momento en el que nada les importaba. Una historia que se repetía una y otra vez.

Beca amaba el contraste que había entre una cara de Winter y la otra. Cada una de las dos hacía cosas que la otra jamás haría.
Adoraba a la alfa que la tenía acorralaba, pero le desesperaba la señorita perfecta que veía hablar con la niña de las plantas. La omega amaba el estilo de desalineado pero a la vez de buen gusto que tenía la mujeriega que la hacía salir de sus cábeles, pero no podía desagradarle más el estilo pulcro y limpio que manejaba la hija del año.

Cada una de las caras de esa alfa eran una persona distinta, cada una actuaba de manera diferente. Mientras una cara era una mujeriega con reputación nocturna, perforaciones visibles, (y no tan visibles), un estilo excéntrico y malos hábitos por montón. La otra cara era una prodigio, una hija y hermana ejemplar que jamás dañaría a nadie y que por momentos parecía una nerd del montón.

Pero lo que la omega más amaba era cuando ambas caras se juntaban en una...

Y ahí estaba de nuevo la omega, era otro amanecer en la desastrosa sala de la alfa, ya reconocía ese apartamento con tan solo una mirada...después de todo eso era algo que pasaba seguido...

Little Devil Deal❦ OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora