𝙸𝙽𝙵𝙸𝙴𝙻「MarkHyuck」

14.

Donghyuck paso las siguientes dos semanas en el hospital, había renunciado a su trabajo para cuidar de su hija que había entrado en coma.

Mark por su parte, pasaba los días en el juzgado, pues habían iniciado un juicio legal contra la escuela y los padres del niño que había empujado a su hija por las escaleras.

En esos momentos odiaba a su país, a las leyes de protección de los niños, y como es que no había un castigo para el menor. No lo entendía, quería que el niño pagara por lo que hizo, pero para todos era sólo un niño participando en un juego de niños.

Frustrado y cansado regreso a su casa sólo para encontrarla vacía.

Ya no se escuchaba la risa infantil de Layda, ni la voz amable de su esposo, ni tampoco veía la sonrisa de ángel de la que se había enamorado.

Ahora sólo era silencio y soledad.

Aquel día Donghyuck sólo regreso a casa para cambiarse de ropa y luego poder volver al hospital.

Cuando lo vio, Mark lo abrazó pero él rechazó el gesto como lo hacía últimamente.

—Por favor déjame abrazarte, se supone que deberíamos estar más unidos que nunca.

—Hace mucho que no estamos unidos Mark Lee —le dijo Donghyuck con voz seca y amarga. —Y no empezó por mi culpa.

Lo empujo suavemente y se metió al baño dispuesto a darse una ducha.

Después de un rato, Mark todavía seguía ahí, sumergido en sus pensamientos mientras pasaba sus manos por su cabello sin saber qué hacer ni como cambiar la situación; No es como si pudiera volver al pasado y corregir todos sus errores...

Luego Donghyuck salió de la ducha ya vestido y peinando su cabello.

Por fin había llegado la hora, tenía que enfrentar a Mark de una vez por todas, pues tal vez después no tendría el valor para hacerlo y necesitaba darle un cambio a su vida, necesitaba terminar con todo lo que le hacía daño.

Así que pasó la mano por su cabello húmedo y se sentó en la cama a lado de Mark.

—Quiero el divorcio.

Mark lo miró sorprendido y negó. —No, no, no, no... Esto es sólo un momento Donghyuck, ya pasara... Layda despertará y todo volverá a la normalidad.

El mayor rogó.

—Nada volverá a la normalidad Mark, tú lo sabes.

—Pero yo te amo.

Donghyuck lo que menos quería oír era aquello, sí lo amaba, ¿Entonces por qué lo había engañado en primer lugar?

—Y yo a ti —admitió, porque así era, él todavía amaba a Mark. —Pero hemos cometido muchos errores, tú y yo, los dos, nos hemos engañado. Hemos traicionado nuestro matrimonio y ya no puede volver a ser lo que era antes.

Mark volvió a negar con la cabeza, tomo a Donghyuck por los hombros fuertemente y lo miró suplicante.

—No nos hagas esto Donghyuck, ahora te necesito más que nunca.

—Ya no puedo Mark, he tratado pero no puedo, hay otra persona en mi vida y sé que también hay otra en la tuya —le dijo el menor sereno.

—Lo dejaré, lo dejaré por ti, y no me importa si ya hay alguien en tu vida, pero no puedo perderte.

Donghyuck no sabía qué hacer, había confesado su infidelidad, y Mark había admitido la suya, ahora podían verse sin mascaras.

—Lo siento pero ya lo hable con el abogado.

El menor se levantó de la cama incómodo, aguantándose las lágrimas, sólo dejándolas salir cuando había salido de la casa.

Ahora no podía volver atrás.