-Candy, ¿Recuerdas nuestro segundo beso?
-Sí, lo recuerdo.
-No debes negar que fui más tierno.
-Lo fuiste, he olvidado los detalles, pero no puedo olvidar que fue en Escocia, en la sala de música de tu casa de verano.
-Yo recuerdo todos los detalles.
-¿Quieres contármelos por favor?
-¿Recibiré algo a cambio?
-Quizás otro beso.
-¡No es suficiente incentivo, ya te he besado un millón de veces está noche!
-No obtendrás un beso más si no me cuentas, ¡ni siquiera te volveré a tocar!
-Oh no, ¡no puedes hacer eso! ¡Apuñalas mi corazón mujer!
-No, quiero escuchar la historia, ¡por favor!
-Por qué pones esa vocecita de pecosa malcriada, está bien, quiero que prestes mucha atención, porque no volveré a repetirlo.
-Tu llegaste a la villa de mi padre, como todas las tardes para tu lección de piano, eras muy puntual, por cierto. ¡Y yo te recibí como siempre con té y galletitas!
-¡¡Las galletitas!! ¡Era lo mejor de las clases!
-Eres una manipuladora, ¡¡cómo es que recuerdas las galletitas!!
-Eran deliciosas, imposible no recordarlo, pero continua.
-Entonces comenzabas con tu conversación interminable sobre que habías hecho en la mañana, sobre las chicas y los chicos... las nuevas odiosidades de la horrible bruja pelirroja y las monjas... y después caminábamos al salón de música.
-Y tú siempre me decías, no hagas tanto ruido señorita, o despertaras a los fantasmas, se asustarán si ven tantas pecas, sabes que odiaba ese comentario
-No, no lo odiabas.
-Sí que lo odiaba.
-Ese día te dije que me mostrarás lo aprendido la vez anterior, debo hacer un paréntesis, fue vergonzoso - dije esto riendo a carcajadas- realmente vergonzoso señorita, pero no me importaba era delicioso estar así a tu lado - y mientras te decía esto acariciaba tu espalda-
-Era intimidante, tenerte así de cerca, podía sentir tu respiración... por eso olvidaba las notas de la melodía
-Ese día tu cabello olía a hierba fresca, y jazmín silvestre, me gustaba acercar mi mejilla a tu cabello y sentir tus ricitos en mi cara, y mis brazos rodeando tus delgados hombros
-Tú me decías: pon tus manos en mis manos y mira el movimiento, eran tus dedos y mis dedos danzando con la canción, lo practicamos varias veces, y me preguntaste, ¿ya lo entiendes? quieres que te muestre, te dije yo muerta de miedo... pero lo había aprendido a pesar de mi nerviosismo
-Y luego te dije, buena chica Pecas, lo conseguiste.
-Y me disté un beso en la mejilla...
-Cerraste tus ojos, y no pude resistirme. Besé de nuevo estos pétalos parlanchines -mientras dibujaba los labios de ella con dos dedos.
-Ya no tenías miedo.
-No Candy, ya no le tenía miedo al amor, porque comencé a ver mi mundo a través de tus ojos.
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Fanart: Fantasía.
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Recuerdos de juventud
FanfictionTerry Grandchester recuerda a través de pasajes bellos momentos de su juventud y del amor.