04. R

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Yunho bufó al notar que su amigo el pecoso se estaba riendo de el al terminar de contarle la historia del como es que había terminado encerrado en el baño de su oficina, drogándose. El pecoso solo lo escuchó sin decir nada más y justo cuando terminó empezaron las risas y unos cuantos golpes sobre el escritorio, no podía creer que tuvo que esperar más de dos horas ahí encerrado para que al final el alto le dijera, prácticamente, que se había enamorado. Nadie le jodia, su mejor amigo casi su hermano, se había enamorado a primera vista, si es que eso existía. 

Oh, Yunyun... te has enamorado ¡que lindo!— chillaba emocionado, una vez que termino de reírse en la cara de su amigo. Tenía que abrirle los ojos y ya daba igual si enamorarse de ese chico terminaría, de nuevo, en el mundo de las drogas, ya vería después que hacer. 

—¿Yo? ¿Enamorado?— dijo incrédulo. 

—En efecto querido... y no, no es muy pronto. Es amor a primera vista— interrumpió antes de que el alto dijera algo más —¿no te has escuchado?  Me has dicho que te preocupaste al inicio y quisiste actuar como todo un profesional, a perdón, un doctor profesional y hacer tu trabajo como se debía, pero cuando le has visto te pareció demasiado lindo y solo querías que estuviera bien ¿me equivoco?— preguntó notando como el contrario solo bajaba la mirada —Después, llegas al siguiente día, con la esperanza de encontrarle y decirle que estaba bien, que tu le ibas a ayudar con lo que necesitará y siempre estarías para él, pero... ¡oh sorpresa! tu "pequeño" ya no se encontraba, te llevaste la noticia de que los hermanitos Choi se habían escapado del hospital. Y en resumen, al final, te sientes terrible porque no has podido  ayudarle como querías y te has encerrado como un cobarde en el baño para drogarte. ¡Porque eso eres! ¡Un cobarde!

¿Eso fue un regaño? Sí. 

A Felix le molestaba que tuviera una recaída, después de haber estado tanto tiempo haciendo que dejará de hacerlo y que pudiera avanzar con su vida, pero no era el. No quedaba en el. No podía enamorarse como si nada, Yunho sabía que su amigo le regañaba por algo y no sabía que argumentar ante ello. 

—Soy un cobarde, lo sé. Pero no fue por Jongho— habló ganando la atención de el pecoso —, siento que lo estoy traicionando, traicione a Jeongin por fijarme en mi paciente ¿por qué? Porque yo le prometí que iba a seguir, hacer todo lo que no pudo... pero no me iba a enamorar. Ese mocoso que se droga no me puede gustar. 

El contrario lo escuchaba, apoyando su mentón en su mano que reposaba en el escritorio, manteniendo su mirada en el suelo, asintiendo una que otra vez para que el contrario supiera que tenía su atención, a pesar de tener su ceño fruncido con levedad. Esas palabras no las creía. Lee Felix no creía en las casualidades o en cosas del destino, pero ante sus ojos estaba pasando una.

Jeongin murió a la edad de 20 años por una sobredosis al drogarse, desapareciendo de la vida de Yunho. 

Jongho a la edad de 20 años con una convulsión por drogarse, aparece en la vida de Yunho. 

¿Casualidad? ¿Destino? Quizá... ¿Cuál fue el primer paciente de Yunho?

—Okey... ya te has de dar cuenta. Debemos ir con Chan. 

—Yo lo pude ver...— susurró inaudible, a nada de llorar. 

Yunho creía que al llegar a sentir algo por ese chico era imperdonable pues se estaba enamorando cuando le juró que no podía amar a alguien más porque el siempre le amaría hasta que sus días terminen. Sus corazones deberían amarse a pesar de que en esa vida no pudieron amarse, tal vez en otra vida iban a poder... o tal vez no estaban hecho para amarse. 

A duras penas pudieron sacar a Yunho del hospital sin que nadie se percatara de su estado, llevándole a su casa para que pudiera descansar y después ver que pudieran hacer, porque algo estaba en claro, Yunho no iba a quedarse con los brazos cruzados por no haber podido ayudar a su primer paciente y su corazón le pediría a gritos que se volvieran a encontrar, cueste lo que cueste. Ellos deben estar juntos y superar todo. 

Lo que no sabía el doctor, era que su amado amigo Felix sabía muy bien con quien contactarse para encontrar y saber un poco más sobre el pequeño Jongho. Después de todo tener una fundación para ayudar a dejar las drogas dejaban buenos contactos, debería solo mover unas cuantas cartas y su querido Yunho ya estaría haciendo su vida de nuevo, pudiendo amar. Porque una de las cosas que no pudo hacer Jeongin fue amar, dejo amores sin amar y a Yunho le iba a dar esa oportunidad.  

—Mingi, hola...— saludo cuando el teléfono fue respondido desde el otro lado —oh, estoy bien gracias. Solo te llamaba para saber si aún sigues en contacto con aquel club... hace días me hablaste de algo en particular y me interesa un poco más... ¿puedes?

Después de esa llamada y esperar a que el alto despertara, Felix sabía a donde ir y con quienes para saber sobre el futuro amado de Yunho. 

Porque Dios los hace y se tienen juntar.

 ¿Así era?


Sobredosis [2ho] •Editando•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora