HyeriLa carne de la que tanto hablaba mi amiga fue de lo mejor, comimos tanto que incluso hasta yo me sorprendí de lo mucho que mi estómago puede aguantar. Aún así, por precaución tomé una pastilla para el reflujo o dolor de estómago, no quería tener un accidente en la empresa.
Cepille mi cabello, coloque unos aretes demasiado bonitos a mi parecer. Con el traje que que tenía desde hace años y que Yuqi me había regalado simplemente me vi una vez al espejo y salí de mi nuevo hogar.
-¡Taxi! -manotee hasta que uno se digno a parar frente a mi- a TK fashion, por favor
-Claro que si señorita. -y sin más que decir el chófer arrancó y en menos de quince minutos ya estaba ahí-
Pagué y una vez en la acera, miré aquel edificio enorme del cual entraban y salían personas sin parar, algunos con teléfonos en el oído y uno que otro con la mayor calma del mundo.
Si de verdad me aceptaban aquí, terminaré como estás personas, lo quería pero a la vez no. Soy demasiado indecisa en cuanto a mis desiciones.Me acerqué a recepción, la amable señorita me indico por dónde era el camino y una vez me dejaron entrar y verificaron mis documentos, pude ingresar y subir hasta el sexto piso, dónde la oficina de reuniones que me habían dicho con antelación, se encontraba.
Las puertas del ascensor se abrieron, las personas estaban tranquilas, chicas en sus puestos, con café en mano y cabello suelto. Se veían relajados a comparación de lo que me habían dicho.
-Hola, me imagino que vienes a la entrevista. -la chica frente a mi mostraba una dulce sonrisa que me daba un poco más de confianza- me llamo Soyeon. -extendio la mano-
-Am, lo siento no me gusta el contacto físico, pero me llamo Hyeri. -ella no parecía molesta por mi actitud y eso en cierto punto fue un alivio-
-No te preocupes, ven es por aquí. -vaya que todos eran amigables y eso en cierto punto me daba mala espina o tal vez está siendo demasiado paranoica- espera aquí, el jefe no tardará en llegar
-Gracias. -sonreí en respuesta y saque mi celular el cual me hacia sonreír cada que podía debido a videos estúpidos en la red-
Me sorprendí al escuchar las alarmas sonar y simplemente quise salir corriendo de la oficina, pero al ver qué todos comenzaban a cambiar sus zapatos, maquillarse, y recojer su cabello como si el mismísimo diablo los quisiera arreglados, me sorprendí aún más. Parecían locos al hacerlo.
Abrí la puerta de vidrio y cuando conecté vista con Soyeon simplemente me sonrió nerviosa, ella se veía agitada al igual que los demás, sus zapatos bajos ahora eran zapatillas de color negro y el otro par lo guardo en su cajón con llave.
-Aqui no pasa nada, espera adentro. -me empujó suavemente y simplemente me sentó de nuevo en la silla- Dios santo, ¡su café! -y se fue dejándome bastante confundida-
De una lado a otro, todos corrían, encendían sus computadoras, preparaban catálogos de moda y simplemente colocaban papales encima de su escritorio haciendo como que de verdad estaban trabajando.
De repente todo se calmó, la verdad, no mentiré, eso me dio miedo y a la vez algo de pánico que hasta dudé si debería irme.De nuevo todos en sus lugares, actuando como si nada hubiera pasado. Había perdido a Soyeon de vista y luego la encontré, colocando la taza de café en frente de mi y los papeles que probablemente eran mios. Salió de nuevo corriendo y justo cuando se colocó en su lugar las puertas del ascensor se abrieron.
El dueño de los nervios de aquella oficina había aparecido y supongo que también de los míos. Traje de sastre, zapatos de vestir y lentes oscuros que hacían que diera miedo. Por un momento me paralice en mi lugar pero debía reaccionar o haría el ridículo.
-Hola jef~ -escuché perfectamente como la chica no terminó la frase y como segundos después la puerta se abría-
Su porte y elegancia hacia que me dieran escalofríos por el cuerpo. Ni siquiera saludó pero no podía hacer nada, así que simplemente bajé mi mirada y esperé hasta que dijera algo.
Tomó asiento frente a mí y comenzó a revisar los papeles frente a él mientras sorbía de su taza con café negro.
-Song Hyeri, veintiocho años. -eso fue lo último que leyó, ni siquiera llegó a la parte de habilidades- Aplicas para el departamento de ventas y marketing, pero aquí la pregunta es, ¿Porque debería contratarte? Tengo buenos empleados en mi empresa y sinceramente no necesito a alguien más que haga el mismo trabajo
-Am, yo sinceramente creo que~ -me interrumpió y me dio escalofríos la manera en la que me veía-
-¿Crees? Osea que no estás segura. -levantó una ceja en símbolo de cuestionamiento, ahora mismo soy un manojo de nervios- ¡Soyeon!
-¡Ya voy señor! -en cuanto la chica entró su mirada se desvío de mi y tomó el catálogo a su lado-
—Quiero que llames a Chitapphon, dile que necesitamos más cinturones de Gucci, y que las modelos que me mandó no son lo que esperaba. También llama a TY makeup, el maquillaje que trajeron simplemente era horrendo y no era nada de lo que yo quería. Diles que mejoren su calidad o de lo contrario no seremos compradores de su marca de nuevo —palabras concretas no más—
-Am, gracias por su..... tiempo. -tomé mis papeles y salí de ahí, de verdad que daba miedo-
En cuanto abrí la puerta de cristal suspiré y me despedí con un "hasta luego" de todos ahí en la oficina. Llegué al ascensor y presioné en botón de planta baja. Lo último que observé antes de que las puertas se cerraran, fue como la mirada del castaño rojizo me examinaba por completo.
Dí un suspiro de nervios y en cuanto las puertas se cerraron no pude estar más tranquila y relajada. Parecía el mismísimo diablo en persona y la verdad el solo ver sus ojos fijamente me hacia querer morirme en el instante.
La chica de la recepción me dio una sonrisa genuina en cuanto me vio de nuevo y antes de siquiera salir del edificio los gritos de Soyeon me hicieron voltear.
-¡Hyeri! -se detuvo unos momentos antes de tomar más aire y llegar hasta donde estaba yo- quiere verte
¿Acaso eso era una buena o mala noticia?
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Working with the devil [Nakamoto Yuta]
FanfictionTrabajar para la mejor revista de moda de la ciudad es algo maravilloso, hasta que te das cuenta te conviertes en la esclava personal del mismísimo diablo. Subir, bajar, correr de una lado a otro e incluso trabajar en un puesto que...